Chicas y chicos de entre 13 y 19 años llegan cada día a la escuela Técnica Agropecuaria N°4-211 “Maestro Ángel Oscar Funes”, de Mendoza, para cursar en doble turno. Aman tanto lo que estudian que no le escapan a los más de 15 kilómetros que tienen que viajar para estar allí a las 8 de la mañana y quedarse hasta que baje el sol.
En total, son 215 estudiantes, el 60% son mujeres, quienes se forman para convertirse en agricultores con el deseo de recibirse y quedarse en la zona para trabajar la tierra: ya plantaron árboles frutales y los del sexto año participaron de la primera Vendimia, donde realizaron prácticas de análisis de uva y variedades con su posterior cosecha.
Lo que necesitan para tener una experiencia de aprendizaje completa ya acabada es un tractor chico (nuevo o usado de 50hp, aproximadamente, para trabajar una finca de 3ha a 5ha) para utilizarlo en las prácticas educativas en la finca de la institución, de unas 3 hectáreas.
“La visión institucional refleja el interés de todo su personal en potenciar las capacidades de los estudiantes en el saber hacer. Favorecer las condiciones de aprendizaje haciendo gustar y disfrutar de los trabajos agrícolas y de esta forma afianzar el arraigo de los jóvenes en zonas rurales. Buscamos promover activamente el desarrollo en el medio rural a través de acciones de formación técnico profesional y preparar a los jóvenes para ser emprendedores líderes de los futuros mercados”, asegura su director, Ariel Ottaviani, quien inició una campaña que busca la donación del vehículo.
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Profetas en su tierra
La escuela está ubicada al sur del departamento de San Carlos, provincia de Mendoza, en una zona rural. Desde 2015 tiene modalidad técnica agropecuaria y en 2018 iniciaron importantes tareas junto a la comunidad, productores regionales y entidades gubernamentales, aprovechando las 3 hectáreas con las que cuentan.
El objetivo con el que se los educa es que se queden en su tierra para trabajarla, producirla, verla crecer... “Cada año es más importante que los egresados se vinculen con los trabajos actuales y futuros de la región”, dice el director que subraya la importancia del vehículo que desean conseguir: “Creemos que cada uno de ellos tiene que tener sus horas de prácticas sobre un tractor, utilizar e intercambiar los implementos necesarios para las tareas agrícolas”.
“Durante este período —asegura— hemos podido reemplazar muchos trabajos manuales con la asistencia de productores de la región que nos facilitan sus tractores e implementos, pero muchas veces, esto sucede en tiempos que no son los más adecuados para mantener la actividad y dificultan la enseñanza y la obtención de resultados motivadores. Esto hace a la imperiosa necesidad de disponer de un tractor propio para mantener los cultivos, regueras y estado general de la finca”.
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Según cuenta, en poco tiempo y con mucho esfuerzo ya hicieron un reservorio de agua, nivelaron una hectárea a cero y preparamos el resto de la tierra para cultivos. Además, “se canalizó el turno de agua del Departamento General de Irrigación hacia el reservorio de la escuela, como así también, la distribución de este recurso escaso hacia los diferentes cuadros de cultivos. Actualmente disponemos de un cuadro con viña, un cuadro de ajo, un cuadro de orégano, alfalfa, forestales y el resto está disponible para trabajos agrícolas variados”, completa.
Entusiasmado cuenta que también ampliaron la forestación con cortinas de álamos, trabajando continuamente con principios de cuidado del medio ambiente. “Tenemos una quinta con unos 100, 150 forestales, una pequeña viña para las que nos vendría muy bien un tractor. Necesitamos esta maquinaria en la escuela porque no ganamos nada con que un productor nos pase las surfeadoras para poder sembrar un ajo y que los chicos sólo vean cómo lo hace. Ellos necesitan saber manejar un tractor, practicarlo porque las escuelas técnicas son las que los acerca al mundo laboral”.
En esa escuela, los estudiantes almuerzan y comparte horas de sueños y estrechan lazos entre ellos. Cosa que los ayuda a pensarse a futuro y en comunidad. “Queremos darles herramientas prácticas, pero también que consigan insertarse laboralmente en la región sin tener que siempre estar yéndose a la ciudad para trabajar. Queremos que acá tengan esas facilidades”, agrega.
A diferencia de lo que sucede en otras escuelas, la mayoría de estos alumnos no provienen de familias que realizan trabajos relacionados con la agricultura.
“La mayor parte de sus familias son empleados públicos y hacen un trabajo completamente diferente al que ellos aprenden. En algunos casos, sí lo hacen. Por eso, lo destacable es que son ellos quienes eligen estudiar acá porque cerca de sus casas tienen otras escuelas que no son ni técnicas ni agrícolas, pero recorren hasta casi 20 km por día para llegar cuando tienen muchas otras alternativas de escuela en el camino, pero les gusta esta modalidad”, dice de los futuros técnicos agropecuarios en industrias.
Pensando en el futuro de ellos, cuenta: “Se entusiasman con lo que acá aprenden porque aunque algunos no vean los frutos de los árboles que plantan, los cuidan para que crezcan sanos y fuertes; y eso mismo lo podrán hacer toda su vida en una finca, trabajando en una pequeña industria y una pequeña bodega porque se les enseñó microbiología, química”.
“Lo importante también es que hay muchas mujeres que eligen la escuela técnica. Aquí tenemos unas 120 chicas y es importante que ellas sepan manejar un tractor también para hacer los trabajos que necesitan. Por eso, queremos enseñarles a todos a hacerlo por medio de talleres y clases de manejo de tractor. No perdemos la esperanza de que alguna empresa o industria que tenga un tractor nuevo o usado chico pueda donarlo a la escuela”, se esperanza.
En la escuela ya plantaron fruto seco como nueces y almendras; frutas como manzana y membrillo con el que hacen mermelada y confitura, además producen vino y cerveza, fuera la parte de finca trabajan también en la idea de industria. De esa manera se les brinda las herramientas para, el día de mañana, hacer un microemprendimiento o armar sus propias cooperativas de trabajo.
*Quienes puedan colaborar, los contactos son estec4211sup@gmail.com y director4211@gmail.com
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