“La Doctrina Social es esencial en el mensaje cristiano”, dijo la autoridad más relevante del mundo eclesiástico presente físicamente en este el III Congreso de Doctrina Social de la Iglesia, organizado por el Celam (Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño). Se trata del cardenal checo-canadiense Michael Czerny, jesuita, quien desde el año pasado se desempeña como Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Monseñor Czerny brindó la ponencia central —”Actualizar y renovar la Doctrina Social de la Iglesia”— durante la primera mañana bogotana del viernes.
En un solo párrafo sintetizó su abordaje: “En el siglo IV, Gregorio de Nisa hablaba de ‘ir de comienzo en comienzo mediante comienzos que no tienen fin’. Con este nuevo comienzo en el corazón, pretendo ofrecer una síntesis de lo que el Papa Francisco, tras diez años de pontificado, nos enseña y anima a poner en práctica en nuestro camino sinodal. Explicaré la importancia de Aparecida para toda la Iglesia católica, cómo la sinodalidad va adquiriendo un rostro desde lo particular a lo universal, y los retos y los nuevos impulsos para que este camino se haga realidad: superando el escollo del clericalismo, caminando hacia la inculturación, valorando las diferencias y construyendo unidad. Todo ello en clave misionera, abriendo los ojos al cuidado de la casa común y haciendo una relectura de nuestra realidad social. Espero que el Espíritu Santo nos ilumine para que cada uno de nuestros pasos nos conduzca a ‘poner el vino nuevo en odres nuevos’ (Mt 9,17).
Focalizando en el contexto de América Latina y el Caribe, Czerny destacó el impulso que le dieron a una nueva evangelización y situación de la Iglesia, tanto la reunión de los obispos latinoamericanos en Aparecida (Brasil) en el año 2007 al Concilio Vaticano II, como posteriormente, las encíclicas de Francisco Laudato si’ y Fratelli tutti, y la exhortación apostólica Evangelii gaudium.
Destacó el enorme valor del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) al que calificó como “una gran riqueza para toda la Iglesia, todos le estamos agradecidos”. Y detalló que fue “América Latina la primera región del mundo que dio origen —en 1955— a un cuerpo episcopal de naturaleza colegial”.
Más laicos en funciones de gobierno de la Iglesia
Esta idea que se repite en cuanta reunión analítica del andar de la Iglesia se convoca y hoy en boca de un cardenal de estrecho vínculo con el Papa Francisco, apareció el clericalismo como uno de “los grandes escollos” y a la vez “un desafío” para alcanzar una Iglesia auténticamente sinodal: debemos “reformar las estructuras eclesiales de modo que se incorpore el testimonio y la acción de los laicos en la vida y en la misión de la Iglesia, a todos los niveles, hasta el punto de no considerar como un hecho anómalo y extraordinario la posibilidad de que éstos ejerzan funciones y responsabilidades de gobierno en las Iglesias locales y en la Curia romana”.
Sin ambages le habló a la jerarquía eclesiástica: “La resistencia a la hora de acoger los documentos conciliares, como también el magisterio de Francisco, incluso el documento de Aparecida en el contexto latinoamericano, se debe en gran medida a la dificultad de convertir el corazón de obispos, presbíteros y religiosos a la idea de una Iglesia de ‘puertas abiertas’, casa de todos. (…) No se puede contrarrestar el clericalismo si, al mismo tiempo, no se permite que surja un laicado responsable y fiable”.
¿Por qué lo social le importa a la Iglesia?
Así lo explicó Czerny, que usa una cruz pectoral que está construida con maderas de una barca que encalló en las cercanías de la isla de Lampedusa, transportando migrantes ilegales y es considerado “el cardenal de los migrantes”: “Enseñar y difundir la Doctrina Social pertenece de modo esencial al mensaje cristiano: no se trata de una acción marginal, que se añade en segundo lugar, (…) sino que se sitúa en el corazón mismo del anuncio evangélico. (…) La referencia a la ciudadanía me parece particularmente importante, porque es en este contexto en el que los valores evangélicos deben entrar en diálogo con los diversos aspectos y actores del tejido social, político, cultural y religioso. [Es allí donde] el fiel laico está llamado a actuar en el ámbito de las realidades temporales, es una responsabilidad que corresponde al laicado en nombre de toda la Iglesia, esto significa que deben poder expresarse con creatividad, ejerciendo en conciencia recta una libertad que, de entrada, no debe ser ni coaccionada ni preceptuada”.
El primer Congreso de DSI organizado por el CELAM se realizó en Santiago de Chile en 1991 y el segundo en México en el año 2006. Este Congreso, iniciado el viernes, continúa durante el día de hoy, sábado, y clausura el domingo al mediodía, puede seguirse en vivo por las redes sociales del CELAM y prevé importantes exposiciones de nativos de países del continente americano con alto y profundo compromiso en temas relacionados con la Doctrina Social de la Iglesia, el magisterio del Papa Francisco y la actualidad política de los países que conforman América Latina y el Caribe.
El mensaje del papa Francisco
“La caridad, motor de todas las acciones que procuran construir un mundo mejor”, dice el mensaje del papa Francisco leído en la jornada inaugural del III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Doctrina Social de la Iglesia (DSI) organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en Bogotá, Colombia.
Las palabras de Francisco—leídas por el padre David Paul Charters a. i., encargado de negocios de la nunciatura apostólica en Colombia— instaron a detenerse en la caridad, es decir, en el amor: “El Papa Francisco saluda con afecto a Vuestra Excelencia así como a los organizadores y participantes del III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Doctrina Social de la Iglesia que se realiza del 21 al 23 de abril en Bogotá”.
“Con el deseo de que estos días de encuentro y formación sean una ocasión propicia para renovar el celo apostólico -dice la misiva firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano-, Su Santidad los invita a reflexionar especialmente sobre la caridad, fuente de la que brotan todos los compromisos de la Doctrina Social de la Iglesia y motor de todas las acciones que procuran construir un mundo mejor”.
“El Santo Padre les pide también que no dejen de rezar por él y por su servicio al santo pueblo de Dios. A la vez que invocando a la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe sobre todos los presentes, participantes, sus familias y demás seres queridos les imparte complacido la implorada bendición apostólica”, concluye monseñor Parolin.
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