Roberto Taborda está convencido de que su hija sigue con él, a su lado. La siente en la brisa fresca de la mañana, cada vez que huele las ropas que dejó doblada en el placard o cuando una Vaquita de San Antonio, que ella amaba, se posan sobre él.
El duelo por su trágica muerte, ocurrida en la madrugada del domingo 26 de marzo, lo lleva acompañado por su familia, apoyo profesional y, sobre todo, el amor de Morena, su otra hija. “Era un ángel en la tierra y ahora es un ángel en el cielo. Eso fue y agradezco a la vida haber sido su papá, todo lo que vivimos, sobre todo, en estos últimos tres años, que decidió vivir conmigo y mi familia”, dice el hombre de 38 años.
Mientras él no estaba en casa, Julieta y una amiga sacaron sin permiso la moto de la tía, se la llevaron y cerca de las 4.30 de la mañana un remis las chocó en la esquina Bv. Roca y calle España, en San Francisco, Córdoba. Debido a las lesiones provocadas por el fuerte impacto y la falta de casco quedó gravemente herida, fue trasladada al Hospital Iturraspe y luego derivada al Pasteur en Villa María, donde le diagnosticaron muerte cerebral.
“Cuando me dijeron que tenía muerte cerebral, los médicos me preguntaron si quería donar sus órganos y dije que sí porque ese era su deseo. Habíamos hablado del tema hacía unas semanas, surgió en una comida familiar, y todos en casa dijimos que sí seríamos donantes; Juli resaltó esa vez la importancia de ayudar a otros cuando ya no se está en este mundo”, recuerda emocionado y orgulloso de la conciencia que la niña tenía.
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Los 15 años
La fiesta de 15 años era un sueño para Julieta, y más aún lo fue cuando tuvo triple motivos para celebrar. “Nació un 9 de diciembre, era fanática de River y en 2018 festejó que La Banda le ganó la Libertadores a Boca en el Bernabéu, la ‘Copa Eterna’, como decimos; y el 9 de diciembre pasado, también fue cuando Argentina le gana a Holanda en ese partido memorable del Mundial de Qatar... Así que fue todo junto y todo lo quiso celebras; además, debido a las altas temperaturas, en todo San Francisco se cortó la luz, pero en el salón que alquilamos había un equipo generador y pudimos festejar. ¡Estaba feliz!”, resume Roberto y agradece a su familia por haberlo ayudado a cumplir ese deseo de fiesta.
Los recuerdos lo invaden mientras habla de Julieta, pero no llora. “Lo estoy procesando bien porque estoy con asistencia de una psicóloga que me hizo entender que todo tiene un por qué, una explicación... Recibo el apoyo de Morena, mi otra hija, de 13 años; de mi novia, que es uno de los pilares en mi vida; y de mi familia. Hace un tiempo mi papá tuvo un ACV de grado 5 y eso también nos enseñó a tomar la vida de otra manera. Parece extraño, pero hay detalles de la vida que yo tomo como señales que ella manda porque, por ejemplo, ahora veo Vaquitas de San Antonio, que ella las amaba, o mariposas todo el tiempo, y se posan sobre mi; a sus amigos les pasa lo mismo, entonces ¿cómo no creer que de alguna está y sigue entre nosotros?”, pregunta conmovido y subraya: “Ella hoy vive en siete chicos que, según supe, salvaron sus vidas gracias a que recibieron sus órganos; y otros dos recibieron las córneas, por ejemplo, no sé cómo fue la donación del hígado, que tengo entendido va por partes. Por ahora, sé que fueron más de diez en total aunque no tengo todos los detalles”.
“Hoy, saber que todas esas personas que recibieron sus órganos no presentaron rechazo y que puedan seguir con sus vidas es emocionante. Pensar que vive en otros da consuelo, de manera inexplicable, saber que parte de ella vive en otros... porque eso era lo que ella quería”, reconoce.
Aún más emocionado, recuerda la pasión con la que vivieron el pase de la Selección Argentina a los Cuartos de Final del Mundial de Qatar, partido infartarte que se definió por penales (4-3) luego de empatar en dos goles en el alargue.
“Ella solo vio el primer tiempo y después se fue a peinar, a poner el vestido, a preparar para la fiesta. Hacía mucho calor y recuerdo que se cortó la luz en todos lados... ¡La pasamos muy bien, hermoso!”, dice y cuenta: “A Juli la conocí cuando tenía ocho meses de nacida porque con su mamá nos conocimos y estuvimos juntos sólo una noche, y quedó embarazada. Y me dio esta hija hermosa, que fue todo en mi vida”.
Desde 2020, pidió vivir con su papá y pasaba también mucho tiempo con su tía. “Siempre nos llevamos muy bien, pero este último año nos hicimos muy amigos y compartimos más de lo que se puede compartir con un papá, por ejemplo, fuimos a fiestas y a un baile juntos, nos divertimos mucho. Yo le contaba mis cosas, ella me contaba sus cosas; nos hicimos un tatuaje juntos para sellar la hermosa relación que teníamos... Pese al poco tiempo que estuvo en este mundo, dejó y enseñó mucho”, admite.
El dibujo los representa: un hombre lleva a una nena de la mano y con ellos hay un globo de corazón.
Con dolor, pide: “Le pido a la gente, a los chicos, a los jóvenes, sobre todo, que anden en moto, que usen casco porque si ella lo hubiera tenido, quizás la hubiera tenido fracturada, pero estaría. No se salvó porque en el impacto golpeó la cabeza. Y si hay papás que lamentablemente también pierden a sus hijos tan jóvenes, recuerden aquellos que desde hace años están esperando un trasplante para vivir o quienes se van esperando un trasplante. Yo hablé con sus amigos de la escuela sobre esto, para que tenga conciencia de los peligros que hay en la calle”.
Respecto al remisero que impactó a Julieta mientras manejaba la moto, que sacó a escondidas de la casa de su tía mientras ella dormía, dice que “ojalá que no vuelva a manejar, por la sociedad que no lo vuelva a hacer porque supe que ya había chocado antes”.
El hombre —cuenta— se comunicó con él, a quien asegura, “prefiero no juzgarlo porque se encargarán Dios y la Justicia”.
La causa por este siniestro está en la Fiscalía de Delitos Complejos de San Francisco, Córdoba, y fuentes vinculadas a la investigación informaron a los medios locales que tras ser indagado, el remisero sería imputado por el delito de “homicidio culposo”, aunque continuaría el proceso judicial en libertad. Y que se espera los peritajes que determinen si tenia alcohol en sangre.
“Julieta era vida. Hoy su donación dio vida, eso es lo que quiero que quede de todo esto: donar órganos salva vidas y Juli salvó vidas. Donar es salvar a otros”, finaliza.
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