Producto del shock lógico que una persona puede sufrir luego de recibir una golpiza, Álvaro Echeverría se tomó más de una semana para denunciar públicamente la golpíza que un patovica le propinó el pasado 25 de marzo por la noche en el boliche “Velvet”, en el barrio porteño de Belgrano. El joven, aún impactado por el violento episodio que vivió en carne propia, utilizó su cuenta de Twitter para volcar su indignación y exponer al atacante, que quedó escrachado en un video filmado por un testigo que se encontraba fuera del local bailable justo cuando los hombres de seguridad echaban del lugar a la víctima.
“Voy a contarles lo que me pasó el finde pasado 25/03 en el boliche Velvet en Belgrano y escracharlos públicamente: estaba con mis amigos en la pista bailando (como cualquier persona que sale a bailar) a lo que pasa un patovica por enfrente mío y me choca, me quedo mirándolo”, dice el primer tuit del hilo publicado por Álvaro.
Sin saber cómo reaccionar ante el topetazo del patovica, el joven quedó paralizado porque no se le ocurría una respuesta para salir de esa apremiante situación. “Porque no sabía cómo reaccionar y me empieza a decir ‘¿qué pasa? ¿querés ir para afuera ? vamos afuera’ a lo que decidió agarrarme del cuello y empezar a cagarme a trompadas como un enfermo hasta perder la conciencia, desfigurarme la cara y dejarme internado”, aseguró.
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Como muestra del hecho, a continuación Álvaro publicó dos fotos en las que se observa su rostro ensangrentado y evidentes heridas en su nariz y debajo del labio inferior. La sangre llegó a manchar su remera gris, el jean y las zapatillas blancas que había elegido para salir a bailar con sus amigos, sin imaginar la pesadilla que viviría esa noche.
Un testigo que estaba fuera de “Velvet” registró con su teléfono celular los instantes poteriores a la golpiza que recibió Álvaro. En la grabación se observa a la víctima escupiendo sangre en la vereda, mientras tres de sus amigos intentaban dialogar en buenos términos con los hombres de seguridad privada. “¡Tómensela!”, se escucha gritar a uno de ellos, justamente el preseunto agresor de Álvaro. Al notar que estaba siendo filmado, éste utilizó un puntero láser para llamar la atención del improvisado camarógrafo, y despejar la zona. Por último, reiteró su exigencia para Álvaro y sus amigos: “¡Fuera!”
La grabación finaliza con Álvaro, visiblemente dolorido por los golpes recibidos, y sus compañeros caminando para alejarse del lugar. Pero el joven golpeado no se quedó de brazos cruzados e investigó para conseguir más información de su agresor. “Tengo todos los datos del patovica, nombre, apellido y DNI, pero no los puedo publicar, me estaría arriesgando a una denuncia”, explicó a sus seguidores.
Tras aclarar que los hechos ocurrieron en el boliche “Velvet” de la ciudad de Buenos Aires, debido a que estaba recibiendo comentarios sobre un local bailable de la ciudad de Córdoba que lleva el mismo nombre, Álvaro lamentó la respuesta que recibió de la Policía de la Ciudad cuando efectuó la denuncia correspondiente. “Ya está hecha la denuncia, igualmente la misma policía me dijo en la cara que no le van a hacer nada al tipo, una vergüenza”, contó.
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A raíz del hecho, fuentes policiales consultadas por Infobae confirmaron que personal de la Comisaría Vecinal 13B se trasladó hasta el boliche ubicado en la avenida Cabildo al 3200 y constató la agresión que había sufrido el joven de 19 años. También se hizo presente el SAME, que asistió al involucrado y lo trasladó a un centro de salud cercano.
En la investigación intervino la Unidad de Flagrancia Norte, a cargo del doctor Norberto Alejandro Brotto, quien inició actuaciones por “averiguación de lesiones”.
Después del ataque, Álvaro se enteró por sus propios amigos que quedó inconsciente a raíz de los golpes recibidos. “Lo único que me acuerdo es que me desperté afuera del boliche, en la vereda y lleno de sangre por todos lados. Mis amigos me dijeron que quedé entre 15 y 30 segundos desmayado en la vereda”, contó en diálogo con TN.
Además, criticó el desempeño de los efectivos que estaban en un patrullero estacionado frente al boliche durante la noche del ataque. “La policía se estaba rascando, ni fueron capaces de venir a asistirme o hacerle algo al patovica. Ellos vieron cómo me tiraban inconsciente afuera del boliche. Me revolearon desmayado”, denunció Etcheverría. Y concluyó: “No fueron capaces de actuar en el momento contra el patovica, esperaron a que me pare y recién ahí se dignaron a hacer su trabajo”.
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