Del 5 al 13 de abril se celebra Pésaj, la fiesta que recuerda la salida del pueblo judío de la esclavitud. En este año de Hakhel, habrá reuniones en cada Séder (cena de la festividad) y se compartirá con las nuevas generaciones el valor de la tradición y de la libertad. Jabad Argentina invita a que en cada mesa se coma Matzá Shmurá: cuidada en su proceso, redonda y hecha mano, similar a la que comieron nuestros antepasados al salir de Egipto.
Pésaj, que dura 8 días, rememora la liberación liderada por Moisés hace 3335 años. La Matzá, pan sin leudar, es el mayor símbolo de la festividad y es una mitzvá comerla en cada Séder; es el alimento que los judíos comieron al salir rápidamente de Egipto. La Matzá Shmurá (cuidada), hecha a mano y redonda es la más apropiada y fue elaborada especialmente para el cumplimiento de la mitzvá. Quienes la amasan dicen una bendición y los ingredientes son tratados con cuidado desde su origen.
El rabino Tzvi Grunblatt, de Jabad Argentina, señaló que “este miércoles 5 de abril va a encontrar al pueblo judío en el mundo entero celebrando su nacimiento. Celebrando 3335 años desde el éxodo, desde la liberación de Egipto. Y Pésaj se destaca porque justamente desde el miércoles 5 de abril por la mañana, desde las once menos diez de la mañana de la ciudad de Buenos Aires no comemos más ningún producto de harinas o de cereal que estaba en contacto con agua y puede haber fermentado”.
“Hasta el jueves 13 de abril, no solamente que no lo comemos, tampoco lo poseemos. No tiene que estar en nuestra casa. Nos deslindamos de eso y nos reunimos todos alrededor de la mesa. Por supuesto, hay una cena festiva. Pero hay un Séder, una transmisión, hay una lectura de los hechos históricos. No nacimos ahora, tenemos raíces muy profundas. Es importante que el presente tenga su raíz en el pasado. Entonces va a poder seguir floreciendo y dando frutos”.
“Leemos el relato de la salida de Egipto, los milagros que hizo Dios en ese momento al pueblo judío. Que ese es uno de los conceptos: la revelación de Dios aquí en la Tierra de manera tangible y visible, que es la base en realidad de lo que es el credo judaico. Pero también la amargura, porque la persona para valorar la libertad tiene que recordar cómo era cuando no la tenía. Y está el concepto de la libertad, la verdadera libertad. La verdadera libertad es que la persona pueda ser lo que realmente el ser humano es a imagen y semejanza de Dios. No degradarse, no rebajarse a otros niveles, a otras criaturas que hay. Un pésaj kasher feliz para todos y que cada uno encuentre la libertad verdadera y entre todos la libertad de toda la humanidad”.
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