Sergio Pángaro, el último dandy y sus shows donde todo el mundo sale contento

A bordo de la nueva formación de San Martín Vampire, el músico, productor y escritor regresó a los escenarios. La técnica de Los Puntos Cardinales y los conciertos sin grietas, donde se reúnen amantes de la electrónica, del pop y del punk

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El siglo pasado se iba y lo nuevo, esperando el 2000, se llamaba San Martin Vampire.

Eran tres. Sergio Pángaro, un rara avis de nuestro acervo cultural, Fabio Rey que había sido uno de Los Brujos y Rudie Martinez que también era Audioperú. Tres luminarias en la incipiente escena electrónica argentina.

Sacaron un solo disco que se llamó premonitoriamente “Debut y Despedida”. Si bien lo de ellos eran los shows en vivo, arrastrados a ciertos paroxismos a través del carisma inigualable de Pángaro, la placa dio vueltas en las radios y en las discotecas de manera notable.

Sergio Pángaro es el último dandy. Es común cruzarlo un jueves o un martes o un sábado a cualquier hora vestido como Humphrey Bogart en Casablanca. No de manera forzada o llamativa. Pángaro es exactamente así. Un bon vivant, un tipo que vive bien. Lejos de excesos o fanfarronerías. Es un tipo refinado, elegante y de fluida conversación. Sin extravagancias ni lujos, muy fiel a lo que le decía Jorge Luis Borges a Mario Vargas Llosa en ese reportaje que dio la vuelta al mundo: “El lujo es la forma más costosa de la vulgaridad”.

Sergio Pángaro, Rudie Martínez y
Sergio Pángaro, Rudie Martínez y Fabio Rey: la primera versión de San Martín Vampire en el 2000

Sergio Pángaro está fuera de lo ordinario. Cantante, compositor, escritor, actor, ninguna rama del arte le es ajena. Nacido en Comodoro Rivadavia, movió para La Plata bastante chico. Allí comenzó su persistente performance artística. Después da la experiencia corta pero absolutamente trascendente con San Martín Vampire, le terminó de dar forma a Baccarat donde aportó sus cualidades de crooner, también se la dió a la Bossa Nova, al Jazz con el pianista Mariano Gianni en El Cisne Negro, con Las Mil Copas arremetió hacia un repertorio italiano, actualmente se lo puede ver el el Hotel Faena con sus Sparkling Nights, un lounge donde oficia de showman.

Versátil y divertido, su carisma tiñe todo a su cercanía.

El rock lo adoró desde que apareció. Pero su público abarca, no expulsa. Tiene una legión de fans de los más diversos tipos, desde los adoradores de Los Twist, Pippos Cippolatis latentes, hasta los exigentes souleros seguidores de Willy Crook, rockers básicos de Charly García, punks de Stuka, en muy pocos lugares podrías encontrar a todos esos a gusto. En los shows de Sergio Pángaro están todos contentos.

No me atrevería a decir algo así de otras personas, Pángaro disfruta de ese crossover que abre el talento. Talento legítimo que ejerce no solo arriba de un escenario. Sencillamente culto, es un desparramador de referencias sólidas cuando conversa.

El Elegante, del disco de San Martín Vampire "Debut y despedida" con Sergio Pángaro

A fines del 1999 creíamos que todo era posible, el milenio que venía se miraba con optimismo, había infinidad de shows por el mundo con la consigna de dar lo mejor para despedir al siglo XX. También por esos días saltaban a la fama Britney Spears, los Backstreet Boys y el disco más escuchado era “Livin´la vida loca” de Ricky Martin. Prince se juntaba con Lenny Kravitz mientras por acá la bailanta empezaba a compartir escenarios con el rock. Digamos que el buen gusto empezaba a lidiar con las buenas ventas de tickets en los shows repartidos. Quizás avecinándose a la crisis que se palpitaba inevitable, las chicas solo querían divertirse. En medio de esa ebullición, de la nada aparece San Martín Vampire. Músicas electrónicas no necesariamente bailables, aunque he aprendido que los amantes de la música electrónica bailable, son capaces de bailar un nocturno de Chopin electrónico. SMV rompió los perímetros de la electrónica, del rock y de la música pop en general. Eran distintos, dicen que el disco “Debut y Despedida” eran unos demos que habían hecho, alguien lo sacó asi nomás, y con eso alcanzó para estar hoy no solo hablando de él, sino observando como de a poco, San Martín Vampire está de vuelta.

20 años después, quizás en similares circunstancias, como Batman en la noche de Gotham City, alguna batiseñal llamó al trío que volvieron a ponerse los smokings en plena pandemia.

Nada, lo de siempre, una fiesta, cumpleaños de un amigo, Pángaro y Rudie se encuentran. Siempre tuvieron buena onda entre ellos los SMV, las palabras mágicas “hagamos algo”, el llamado correspondiente a Fabio “el rey” Pastrello y al tiempo ya estaban trabajando todos desde su casa, en el segundo disco de la banda. Efectos de la pandemia, en ese tsunami de emboles personales, a estos tres se les dio por la mejor, retomar la magnífica historia de uno de los primeros tríos electrónicos de este pintoresco país.

Nikov, de Aspic, el nuevo disco de San Martín Vampire, con Segio Pángaro

Ahora tienen obra nueva.

“Aspic” vio la luz el año pasado, un disco que nos muestra un San Martín Vampire no en retirada, sino en avanzada. El regreso que marca la madurez musical de una aventura que ya lleva casi 5 lustros, en el medio de un disco y otro han pasado Baccarat, Adicta, Fanfarrón, más de Los Brujos y más de Audioperú.

Aspic es un viaje sensorial bastante elevado para la media habitual. Letras por demás interesantes, arreglos complejos buscando melodías sencillas. Una búsqueda que más que interesante me suena necesaria. Alguien debe apuntar para arriba, aunque los problemas estén ahí adelante. Esa parecería ser la especialidad de San Martin Vampire, como el de “La Sociedad de los Poetas Muertos”, pararse arriba del escritorio para mirar la vida desde un punto algo mas elevado del transitado.

Canciones que están dedicadas a Simone de Beauvior, al conde de Montecristo, alguna tonada moscovita, referencias a clásicos de la tele o a una Buenos Aires que hoy nos cuenta encontrar. La pluma de Pángaro está siempre aceitada, y sus líricas están escritas con esmerada precisión. Aunque como siempre dicen San Martín Vampire es otra cosa en un escenario.

Montecristo, de Aspic, el nuevo disco de San Martín Vampire, con Sergio Pángaro

Eligiendo alguna canción para pinchar en mi programa de radio se me complicó, así que terminé usando una que se llama “Nikov” solo porque me pegaba bien con la anterior, pero sobre todo porque me abría 6 ventanas para seguir el programa. Quienes me escuchan saben que no hablo, pongo músicas que es lo que mejor me sale, así que desde mi, encontrar canciones como éstas sólo me generan buenos presagios.

Pero casi concuerdo con Sergio en que Montecristo es otra cosa.

“Montecristo en su prisión

Con más libertad que yo.

Se movía en su prisión

Con más libertad que yo.

Pero yo lo convencí, él tenía que sufrir.

Montecristo suspiró

Y me invitó a salir.

Montecristo, I wanna take U up

¿Dónde te puedo llevar?

Pero lo convencí, que tenía que sufrir

Se movía en la prisión

Con más libertad que yo.

Montecristo I wanna take U up

¿Dónde te puedo llevar?”

En este disco también, una saludable moda que ojalá quede, cada tema tiene su videoclip. Actuados por Pángaro y dirigidos por Tom Fusco, son una obra 360ª digna de ser mirada con atención.

El "nuevo" San Martín Vampire,
El "nuevo" San Martín Vampire, con la Dj Jim (Jimena) López

Al respecto me cuenta Sergio mismo: “Montecristo nace cuando estaba experimentando con Los Puntos Cardinales, que es un modo de armonizar, distinto del tonal, donde tenes por ejemplo Do con una escala y caes al punto tonal. (Pángaro se sienta al piano y me toca la escala, así se habla con él). Este sistema de Los Puntos Cardinales parece que lo usaba Ravel, entonces te da como una sensación (sigue tocándome el piano) de que no reposa en ningún lado. Bueno, estaba con ésto y empecé con la secuencia ( y me tararea todo mientras sigue tocando) y el riff...”

Así de la nada aparece la melodía de “Montecristo” y me la canta como un aria de ópera.

Sigue Pángaro: “Bueno el asunto es que después yo lo falseo logrando que adquiera una tonalidad. Se hace romántico. Pasó que lo armé tan experimental, tan explorativo, que a todos nos costaba entrar. No tiene una lógica de canción, pero sin embargo lo que intentamos hacer es un tema bailable y memorizable. La frase del estribillo es fácil de recordar. Aquí tenés una de mis mejores canciones. Que es muy difícil de cantar en vivo, aun después de todo este tiempo que llevamos tocándola, siempre nos cuesta en el show hacerla. En fin, en algún momento la aprenderemos...”

"Margarita Kenny: memorias de la
"Margarita Kenny: memorias de la diva argentina que triunfó en la ópera de Viena" (Sudamericana), de Sergio Pángaro

-Están con algunas refacciones en San Martín Vampire, ¿no? -le pregunto ante algunos rumores del ambiente.

Pángaro responde sin borrar la sonrisa de actor italiano de la Belle Epoque que porta. “Si, es cierto, Rudie de la banda Adicta no está más. No podía ocuparse de las dos bandas, y nosotros estamos con bastante demanda de shows. Ahora paramos un poquito porque estoy con el asunto del libro que estoy sacando mas un disco nuevo de Baccarat, entonces con SMV nos tomamos un espacio de separación para preparar un nuevo disco que saldría en septiembre, ponele. Ese es el plan. Entonces en lugar de Rudie está Jim López que es Dj, una genia que trabaja mucho en el escenario donde remixa las pistas. En nuestro último show se nota bastante el laburo nuevo que estamos haciendo.”

Así es el Mundo Pángaro. San Martín Vampire a tope, nuevo disco de Baccarat, y muy importante también la edición reciente de su libro “Margarita Kenny. Memorias de la diva argentina que triunfó en la Ópera de Viena”. Eso, la trayectoria de Margarita Kenny, maestra de canto de Pángaro, con quién grabó como 100 horas de conversaciones que están plasmadas en esta obra maravillosa.

Incansable obrero del arte más refinado y elevado. Eso es Sergio Pángaro, uno de los que nunca se van, en todo caso, uno de los que siempre está volviendo.

Afortunadamente.

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