Ahora que de los laberintos ya no se sale solo por arriba, como pregonaba Leopoldo Marechal en el Adán Buenosayres, sino que con buen GPS podés llegar a cualquier punto de la manera mas cómoda. Ahora que una peli como Ascensor para el Cadalso no duraría mas de 5´, ya que con un celular a Jeanne Moreau se le solucionaban todos los problemas. Hoy mismo, que nadie es capaz de poner en una radio ningún tango lunfa de Edmundo Rivero para no comerse una maratón de juicios y marchas de militantes contrarios a la falta de decoro genérico. A 23 años del cambio de siglo, sigue sorprendiéndome la trascendencia a todo lo que le pongan adelante, de las verdaderas obras maestras.
Es verdad también que a Marechal no solo le debemos el Adán Buenosayres, sino nada menos que El Banquete de Severo Arcángelo, de donde Miguel saco el nombre para Los Abuelos de la Nada. A Louis Mallet lo sobreviven mas allá de sus películas, la banda de sonido de Ascensor para el Cadalso, un tour de force para Miles Davis, componiendo con su banda de franceses mientras le proyectaban las escenas, perdidamente enamorado de la actriz Jean Moreau por quien deja a su esposa y madre de sus hijos a la distancia. Miles se queda en París una buena temporada regresando a Nueva York con una veintena de premios ganados en Europa, lo cual eleva no solo su cotización, sino su neurosis. Aquí empezamos a encontrarnos con el verdadero Miles Davis. Y de Edmundo Rivero, a falta de Tortazos, o las 34 puñaladas, viven siempre su Silbando de Castillo-Castillo-Piana, que aunque también su letra esconde un crimen de pasión parece que es más aceptado. O su inovidable versión original de Sur de Anibal Troilo que no se puede escuchar de fondo, inevitablemente ni bien suena toma el frente de la escena, protagonista única la canción, Sur versión 1948 de Troilo/Rivero, mata todo.
Pero Packard no soportaría una pasada sola en la radio, antes de que llamen organismos estatales y no gubernamentales atentos a la moral y las sanas costumbres, advirtiendo sanciones, escraches y disgustos varios para quien osare difundir semejante atropello a la civilización y al bien público.
El yang de este ying está dado por esas obras que soportan el paso del tiempo intactas.
Del otro lado las obras incólumes. No se si llamarlas perfectas, opto por llamarlas invictas. Obras que no solo esquivan el paso del tiempo, se cotizan mejor según pasan los años. El primer disco de Almendra, de 1970, aunque la banda estaba tocando tres años antes, fue el comienzo de todo lo bueno que el rock nos brindó a varias generaciones.
Como cultura joven, soy de los que empieza a plantearse la posibilidad de que haber crecido en el rock, es una de las buenas cartas que nos ha tocado en esta partida que es la vida.
El disco de Almendra fue diferente desde el comienzo. Vale aclarar que Almendra no era exactamente la primera banda de Luis Alberto Spinetta, fue más bien la primera banda donde figuró.
Porque Almendra era un grupo formado por amigos y compañeros de colegio, en el viejo Bajo Belgrano. Ya en 1966, Emilio Del Guercio, Edelmiro Molinari, Rodolfo García y Luis Alberto Spinetta tocaban juntos. Tenían 16 años, excepto Rodolfo, el baterista, que tenía 20. Así es que en 1967 tenía que hacer el servicio militar por lo que el cuarteto tuvo que sentarse a esperar su vuelta, justamente en ese año Los Gatos sacan La Balsa y se da comienzo, formalmente digamos, al rock argentino. De manera que, ni bien salido García de la vida militar pusieron manos y corazón a la obra, se instalaron en el living de la casa de los Spinetta, a ensayar y a componer, cuatro chavales de 18 con más ideas que herramientas, pero como siempre sucede con lo genuino, en el camino adecuado.
El disco aparece en enero del 70. Con una tapa dibujada por Luis, un payaso lagrimeando con una flecha de juguete incrustrada en su cráneo. En principio los del sello trataron de convencer al talentoso adolescente que tenían enfrente, que sería mejor una tapa algo más ortodoxa digamos. Una foto de ellos por ejemplo, pero Luis no transaba, el disco iba a tener que llevar esa tapa del payaso llorando. Llegaron los directivos a perder el original que les había dejado, cosa que a Luis le importó menos que cero, ya que al otro dia les llevó el mismo dibujo, otra vez, hecho de nuevo, recomendándoles que no lo perdieran.
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Eso era Almendra, cuando el rock argentino estaba en plan de invención. El mejor momento para lo que sea.
Almendra compartía músicos, shows, giras, productores, estudios, bailes de carnaval multitudinarios, programas de radio y televisión, asistentes y groupies con Sandro, Manal, Palito Ortega, Jimmy Cliff, Joan Manuel Serrat, Pappo´s Blues y Juan y Juan. También compartían las bateas de las disquerías que todavía no tenían tantos separadores entre discos.
Bueno, la verdad es que supongo que tampoco había tantos discos.
En el disco debut de Almendra están Muchacha Ojos de Papel y Tema de Pototo, que también grabara en su disco Leonardo Favio llamándolo Para Saber Como es la Soledad haciéndolo un gran hit. Esos temas eran de Luis, como Plegaria para un niño dormido, Ana no Duerme y Figuración. Edelmiro Molinari aporta su Color Humano, así llamó también a su próxima banda, 9´a todo folk con un toque de psicodelia, todo Almendra tiene un toque de psicodelia. Edelmiro por su lado, es un guitarrista descomunal. La musicalidad de la placa fue algo nunca visto por estos lados. El gran aporte de Emilio del Guercio fue Que el Viento Borró tus Manos, que muchos le adjudican a Luis Alberto con cierto criterio podría decirse, es que parece de Luis. Porque Luis y Emilio no solo eran compañeros de banda o amigos del barrio, compartieron el pupitre toda la secundaria. Emilio fue uno de los 3 que Luis llamó para hacer Artaud. Los otros dos fueron el batero Rodolfo García y el hermano Gustavo Spinetta. Así que no me parece tan loco que compongan de manera similar.
Pero Que el Viento Borró tus manos es de Emilio del Guercio. Es más, él la canta en el disco, toca la flauta e hizo los arreglos.
-” Era una chica que voló
Vio florecer la luz del sol, y no volvió.
El tiempo comenzó a pasar,
Las frutas no brillaron más
Y el sol se fue. Y llovió.
Donde estás ahora,
Que el viento borró tus manos.
Donde estás ahora,
Tu cara es muy gris,
Tu imagen se va...
Temprano fue el atardecer
El patio no la llama más en su lugar,
Quizás esté sentada aquí.
En una silla de algodón,
Para mirar
Y mirar.
Dónde estás ahora,
Que el viento borró tus manos.
Dónde estás ahora,
Tu cara es muy gris,
Tu imagen se va...”-
Todo lo hablé con Emilio del Guercio
- Que el viento borró tus manos la escribí a los 17 años. Yo hacía muchas músicas, esta fue la que más me gustó para llevárselas a mis compañeros. La verdad tenía media docena de canciones compuestas, que terminaron en la basura. Me acuerdo de una zamba que había compuesto, al mismo tiempo que Luis compuso Barro tal vez, nos copiábamos inconscientemente los dibujos, las cosas que escribíamos. Teníamos una interacción muy grande. Esta canción particularmente la empecé tarareando. El inicio fue sin instrumentos, después lo que hice fue acompañarme con el bajo en lo que sería la armonía. Entonces me tomaba el trabajo de pasar todo eso a la guitarra, imaginate como manejaba la guitarra en ese entonces. Para nosotros era todo un impulso, un estímulo, tratar de tocar lo que aparecía en nuestra mente, pero después con los instrumentos se complicaba.
Tiene un ambient jazzero la canción. Nosotros con 16 años habíamos ido a ver mucho jazz, Ray Charles, Dizzy Gillespie, Chivo Borraro, y a los pibes nuevos argentinos que después terminaron tocando en nuestros discos, en los estudios TNT .
Me recuerdo caminando con la melodía de Que el viento borro tus manos sin letra todavía. Eran 8 cuadras desde mi casa en Montañeses y Sucre hasta Arribeños y Congreso, que era la casa familiar de los Spinetta. Ensayábamos ahí con Almendra, en el living, que daba a la vereda. Las ventanas estaban siempre cerradas. La banda había copado el living de la casa de los Spinetta. Ahi se las mostré a los pibes, les gustó mucho, así que nos pusimos a laburar como hacíamos siempre. Luis le aportó ese pulso de semicorcheas del principio. Al final llegamos a algo que nos gustó a todos.
Para terminar la letra me fui a los lagos de Palermo, que quedaban a unas cuadras de mi casa. Yo hacía eso para concentrarme, a diferencia de lo que le pasaba a Luis que podía hacer una letra en la cocina de la casa, con los viejos jugando a la generala con la hermana, la radio prendida... yo necesito mas concentración.
La letra era una construcción ideal de una chica, de una mujer que yo aun no conocía. Si bien ya estaba estudiando en Bellas Artes, había una chica ahí, Cristina, que fue después mi novia. Pero no habla de ella, sino habla de un arquetipo...”-
— Sí, claro – le contesto- a veces la historia que genera en cada quien una canción, se encuentra hasta en las antípodas del pensamiento del autor. Pero creo que es inevitable que esas cosas sucedan ante canciones adorables.
Sigue Emilio asintiendo mi obviedad más que gentilmente
— ” Mirá, ahora recuerdo que el año pasado, cuando hicieron en el CCK esa serie de conciertos homenajeando los discos de Luis. Que por otra parte habría que aclararles que el primer LP de Almendra no es un disco de Luis, es de Almendra.
Bueh, omisiones que suceden siempre en la cultura.
Cuando hacen Que el Viento Borró tus Manos, sin mencionar que la canción es mía, como tampoco que “Color Humano” es de Edelmiro.
Bueh. La presencia de Luis era inmensa, porque era el principal compositor, pero Almendra era muy democrático y todos aportábamos.
Lo que recuerdo es que en esa versión del CCK que se cantó a capella, la hicieron con sirenas, como si se tratara de una chica desaparecida, y en realidad las desapariciones, de manera sistemática y masiva comenzaron en el 76, esta canción es de 1968. Ahí hay una pequeña distorsión. Igual no hay queja de mi parte porque la gente tiene derecho a hacer interpretaciones sobre las músicas que vuelan en el éter y cada uno puede imaginarse lo que quiere. Pero no es ésta una canción sobre una chica desaparecida. Es un arquetipo.
Nacida de una armonía que hice en mi bajo, la seguí con la guitarra, Luis le agregó esos acordes tan lindos con esa pulsación acelerada del comienzo. Es muy especial para mí esta canción, fue la primera que compuse con mis amigos, mi partida de nacimiento como autor. Siempre la toco en mis shows, con Violencia en el Parque o Fermín que no firmé, pero soy co – autor, son canciones para mí que no están en un plano de melancólico pasado. Son presente siempre porque pertenecen a mi construcción emocional. Eso es algo que uno, por mas que no deje de crecer, siempre tiene encima, como esas moléculas que forman el alma, ¿no?
Me voy tarareando Que el viento borró tus manos, es compleja pero tan hermosa, casi perfecta. Pensando que ya tiene + 50 y no hay forma de mejorarla, es cuando empezás a diferenciar esas grandes obras de arte que quizás son superadas por el tiempo sin perder su belleza, y esas obras maestras, que intacta, invicta, tal como salió, Que el viento borró tus manos sigue siendo una fuckin´ masterpiece.
Y es de Emilio del Guercio.
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