El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, reunió en un mismo lugar y durante toda una mañana a una cincuentena de referentes políticos, empresariales y sociales para un retiro espiritual y una misa.
A la convocatoria de la comisión de Pastoral Social de la Diócesis de Mar del Plata respondieron más de 50 personas de todos los sectores políticos y también del ámbito empresarial y de la vida asociativa en general.
“El obispo Mestre hizo dos meditaciones, hubo dos momentos de silencio y, al finalizar, se celebró la Santa Misa. La temática dominante fue la del encuentro: de cada uno consigo mismo, con su entorno inmediato y, sobre todo, el gran desafío del encuentro en el ámbito político y social de la Patria para superar las grietas que no nos permiten construir una verdadera Patria de hermanos”, decía el comunicado del Obispado. La convocatoria se hizo bajo el lema “La vida es tiempo de encuentro”, inspirado en la encíclica Fratelli tutti.
“Es casi un milagro, sin ofender a Jesús”, bromeó monseñor Mestre, ante la consulta de Infobae sobre cómo se había logrado semejante convocatoria.
El Obispo atribuyó buena parte del mérito al trabajo del equipo de pastoral social, “laicos y laicas que están en contacto con referentes del mundo político y social de la Diócesis”. “Desde la diócesis siempre estamos dispuestos a trabajar y reunir a los elementos del mundo secular -dijo Mestre-. Esto tiene un antecedente en situaciones difíciles, como cuando hubo un conflicto por el tema del basural entre el sindicato municipal y el entonces intendente (Carlos) Arroyo y hemos mediado en ese momento y eso dio como resultado la construcción de vínculos con todos los sectores sin identificarnos con ninguno”.
En ese entonces se constituyó la Mesa de Diálogo por el Basural que, 3 años después, pasó a llamarse Mesa de Diálogo por la Dignidad de las Periferias y que reúne a organizaciones gubernamentales y no gubernamentales “hermanados por esto de darle dignidad a las periferias”, explica Mestre.
En cuanto al encuentro del sábado pasado, asegura que “los dirigentes se han sentido cómodos”, en contraste con el clima algo crispado que se vive en el país por debates a veces violentos en torno a temas conflictivos. Pero la idea del retiro no era debatir allí los temas de agenda “sino tener un espacio de reflexión personal”. “El diálogo fue libre”, aclara.
“En un momento de tanto descrédito y desgaste, como pastor les dije ‘ustedes son importantes y necesarios en un sistema democrático y republicano y por eso tienen que hacer las cosas bien”, dijo el Obispo.
En el retiro, precisa, hubo católicos practicantes y no practicantes, personas de otros credos -como la concejal de General Pueyrredón, de JxC, Florencia Ranellucci, que es protestante- e incluso no creyentes, como el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Alfredo Lazzeretti, “un socialista ateo con el que tenemos buen vínculo y que comparte el espíritu de las encíclicas de Franciso”, aclara Mestre.
Además de los nombrados, respondieron a la convocatoria, que tuvo como escenario la parroquia Sagrada Familia, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro; la presidenta del Concejo Deliberante, Marina Sánchez Herrero, la titular del bloque del Frente de Todos, Marina Santoro, el ex intendente Gustavo Pulti; Ariel Ciano, director en Aerolíneas Argentinas; el titular de la delegación marplatense de la Anses, Marcos Gutiérrez; el presidente del Consorcio Portuario, Gabriel Felizia; el titular de la Unidad de Articulación Estratégica del Ministerio de Economía, Juan Manuel Cheppi; el presidente de la UCIP (Unión del Comercio, la Industria y la Producción), Blas Taladrid; el senador provincial Alejandro Rabinovich (JxC); la diputada Débora Indarte (FdT); concejales de distintos bloques y los defensores del pueblo.
El retiro convocado por la Diócesis de Mar del Plata coincidió con el llamado del Papa Francisco a la dirigencia política nacional, cuando, en respuesta a una carta que le enviaron por los diez años de su pontificado, dijo: “Se me ocurre decirles que, así como se han unido para firmar esta carta, qué lindo que se unan para hablar, discutir y llevar la Patria adelante”.
El Obispo de Mar del Plata, por su parte, a cinco meses de la realización de las PASO, exhortó a los políticos a “no confrontar de forma virulenta y dura” y a anteponer los puntos de acuerdo.
“Una de las meditaciones que tuve durante el retiro fue sobre la Parábola del Buen Samaritano, que es emblemática para los crstianos pero que tiene un mensaje universal; cuántas instituciones no religiosas usan ese nombre como ícono de la projimidad…”, contó Mestre a Infobae.
La primera era, en consonancia con la convocatoria, “sobre la frase de Francisco en Fratelli tutti (66), ‘La vida no es tiempo que pasa sino tiempo de encuentro’, de encuentro con Dios, con nuestros semejantes, con nuestro mundo afectivo inmediato; el político tiene que tener un momento de estar con sus afectos en medio de tanto ajetreo”, explicó el Obispo.
Un retiro como éste ya había tenido lugar en 2019, pero luego no pudo repetirse por la pandemia. Sin embargo la intención del Obispado es repetir la experiencia todos los años.
Monseñor Mestre espera que, evitando la confrontación, los políticos puedan llegar a acuerdos para encarar la solución de algunas problemáticas esenciales como la droga o “el cuidado de la casa común”, acuerdos “necesarios para sostener un mundo demócrático”.
Cree que a pesar del clima confrontativo que a veces adquiere el debate público, “se puede apelar a ese buen samaritano que cada político debe ser, no me canso de decirlo, de pedirlo…”
“A pesar de la crisis dirigencial, de que los espacios políticos están difusos, a pesar del internismo, como creyente soy un hombre de esperanza: a veces la misma dificultad de la situación, como ya nos ha pasado muchas veces a los argentinos, hace que saquemos lo mejor de nosotros frente a la adversidad”, responde a la pregunta por lo que cabe esperar.
“El futuro no se vislumbra fácil en cuanto a la tarea que tenemos por delante, que es la construcción de la Patria, y hay una crisis de educación y una crisis de valores, que no son tema de agenda o sólo lo son sólo como enunciados abstractos, y es ahí donde hay que construir realmente. Pero tengo esperanza”.
Seguir leyendo: