El 3 de marzo Sofía Rodríguez, madre de gemelos, contó en Twitter que no sabía quién era quién de los bebés, después de que durante la madrugada les sacaron las pulseritas que los diferenciaban. Los pequeños Valentín y Lorenzo fueron los protagonistas de la historia que se volvió viral, y mantuvieron en vilo a todos los internautas, que ansiaban saber cómo se iba a resolver el misterio. Luego de ir a la comisaría para que les tomaran las huellas digitales, y no tener éxito, dos semanas más tarde compartieron la feliz noticia de que gracias a la colaboración del Renaper (Registro Nacional de las Personas) que depende del Ministerio del Interior que conduce Wado de Pedro, oficialmente saben qué nombre le pertenece a cada uno.
“Mañana tengo que ir a la policía para que le tomen la huella digital a mis gemelos y me digan cuál es cuál, el premio a la madre del año me gané”, decía en ese entonces la joven de 25 años, profesora de educación física que vive en San Francisco, provincia de Córdoba, junto a su pareja Leonardo, el papá de los gemelos. El hilo de la red social del pajarito se hizo viral, y muchos compartieron sus testimonios, entre el humor y anécdotas de la infancia de casos similares. En medio de la incertidumbre, los padres de Tino y Lolo, los apodos de los recién nacidos que la semana próxima cumplirán dos meses, también mantuvieron una actitud positiva, confiados de que encontrarían la respuesta pronto, e incluso se animaron a bromear al respecto: “A uno le decimos Beto, porque ‘ve tu a saber’, y al otro Nino, ni nombre tiene”, decían en las entrevistas que brindaron a distintos noticieros.
Sin embargo, todo aquello quedó atrás cuando el miércoles por la tarde los visitó en su domicilio una oficina móvil para tomarle nuevamente las huellas a los bebés y cotejar las coincidencias para descifrar la identidad de los niños. Santiago Rodríguez, titular del Renaper, habló con Infobae y detalló cómo fue el procedimiento que aplicaron, que terminó con un aplauso y una gran sonrisa de los papás porque ahora tienen certeza de quién es quién. “Nos pusimos en contacto para ponernos a disposición, porque las políticas de derecho a la identidad y documentación de las personas son prioridad para nosotros, y el área de identificación se dedica especialmente a eso, así que hablamos con la mamá de los gemelos y diseñamos un esquema para poder resolver el problema”, explica Rodríguez.
“Como ya habían iniciado los trámites del DNI, los datos biométricos de los bebés estaban en la base de datos del Renaper, y en conjunto con los peritos que esperaban la información desde Buenos Aires, se analizaron las coincidencias de los registros”, describe, y cuenta que un equipo de profesionales fue a la casa de los gemelos para ir a tomarles las huellas y enviarlas a la la Dirección Nacional de Identificación del Ministerio del Interior. “En los bebés es aún más difícil detectar las diferencias, pero los expertos rápidamente pudieron identificar cuál era cuál, y se le dio la noticia a los padres, que manifestaron que era tal como ellos pensaban que podía ser”, dice con alegría.
A través de un audio llegó la confirmación: “Remerita celeste, Lorenzo, remerita gris, Valentino”. “Pusimos la tecnología a disposición, y estamos muy contentos de haber contribuido y resolver relativamente rápido, porque pasaron unos días, pero pudimos hacerlo y en cuestión de menos de una hora se develó el dilema, y ya le están enviando el certificado de datos a los padres”, celebra Rodríguez. En su cuenta de Instagram, Sofía también festejó el desenlace, y compartió un video del momento en que recibieron la noticia. Cabe recordar que el principal motivo por el que querían descubrir qué nombre le correspondía a cada uno era para ingresar las historias clínicas de cada uno y llevar un control individual, ya que a raíz de la confusión habían perdido la posibilidad de contemplar los antecedentes de la evolución del peso y la vacunación.
“Gracias a Renaper, que vinieron hasta nuestra casa y con buena predisposición tomaron huellas y fotos de los bebés para entregarnos certificados de su identidad. Y gracias a ellos hoy sabemos nuevamente la identidad de nuestros hijos, y también las pruebas de que ganamos la apuesta, ¡al final no somos tan malos padres!”, sentenció Sofía en su cuenta de Twitter, junto a una captura del chat que había mantenido con su pareja la madrugada donde todo comenzó, y allí dejó constancia de que pese a tener pocas horas de sueño, el nerviosismo por el malestar de los bebés y ser papás primerizos, ella había acertado sobre quién era cada uno. “Un beso a todos esos padres que se creen perfectos”, remató, haciendo caso omiso a aquellos que les dejaron comentarios malintencionados cargados de falta de empatía.
“Aunque en las fotos parece que hubiera algunas diferencias, en persona son iguales”, había aclarado días atrás sobre el increíble parecido físico de sus hijos. “Una noche hace como 10 días, nos dimos cuenta que la pulsera ya le quedaba chica, le estaba apretando el pie, así que la cortamos. Se la saqué pensando que al otro día iba a saber cual era cuál, pero nos levantamos toda la madrugada para darles de comer y cambiarlos, les sacamos la ropa porque vomitaron, y al otro día ya no sabíamos cuál era cuál”, revelaba sobre el inicio de lo que sin dudas será una anécdota inolvidable.
Entre la catarata de respuestas que recibieron aquellos días, una usuaria le contó una experiencia parecida: “Si te sirve de consuelo, a una vecina con mellizas le pasó algo similar: una de las bebas no paraba de llorar, nadie entendía por qué, y la otra dormía muy plácida. Le habían dado dos veces la mamadera a la que dormía plácidamente, la otra lloraba de hambre, desde ahí empezó a usar pulseras siempre”. Y otro internauta confesó: “Con mi hermano mellizo usábamos pulsera, uno la izquierda y otro la derecha. El mito dice que una vez se nos cayó a ambos y nos las pusieron invertidas. Tenemos casi 30 años y puede que yo sea él y él sea yo”.
“Yo soy gemela y mamá nos había dejado las pulseras del sanatorio. Un día las perdimos y llamó a una amiga para que le diga cuál era cuál. Desde ese día soy Sonia, tal vez desde antes también, pero nunca lo sabré”, agregó otra seguidora. Los papás de Valentín y Lorenzo contestaron varios de esos mensajes, siempre en clave de humor, y con su carisma conquistaron a un masivo público que estaba pendiente día tras día de las novedades. Finalmente, ya pueden presentar oficialmente a sus hijos con el nombre que les pusieron originalmente.
Seguir leyendo: