El viaje a Irak que realizó el Papa Francisco la primera semana de marzo de 2021 le sirvió a Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, para ilustrar la amistad transversal que unió este lunes 13 de marzo a los líderes religiosos que se encontraron en el salón principal del palacio ubicado en la calle Suipacha, en pleno microcentro de la Ciudad de Buenos Aires, para conmemorar el décimo aniversario de la asunción del cardenal Jorge Mario Bergoglio como jefe de la Iglesia Católica.
Evocando la homilía del Papa aquella vez en Ur de Caldeos, la tierra de Abraham a 300 kilómetros de Bagdad, el Obispo de San Isidro recordó: “Somos su descendencia, judíos, cristianos y musulmanes, junto con las hermanas y los hermanos de otras religiones”, y dio la bienvenida durante el Encuentro Interreligioso y Ecuménico que celebró los 10 años de la asunción del sumo pontífice.
Uno a uno, el director del Congreso Judío Latinoamericano, Claudio Epelman, el presidente del Centro Islámico de la República Argentina, Fabián Ankah, el Obispo emérito de la Iglesia Apostólica Armenia, Kisag Mouradian, el pastor de la Iglesia Evangélica Metodista, Néstor Miguez, y el pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal, Norberto Saracco, se sucedieron durante el encuentro compartiendo anécdotas y gestos que vivieron junto al Santo Padre durante sus años en Buenos Aires, con los que graficaron su inclinación hacia la reconciliación de los distintos credos.
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El canciller Santiago Cafiero, en tanto, se ubicó junto a los anfitriones, como enviado del gobierno nacional, y recogió el guante a partir del mensaje de unidad frente a las divisiones que fue común a todos los oradores durante el encuentro. “Desde las diversidades se tiene que trabajar en la unidad, no que nos una si no que nos enriquezca, es lo que tenemos que aplicar en nuestro país, en la política también”, dijo en un breve diálogo con Infobae.
Pasadas las 18, una pantalla proyectó el histórico momento que se vivió en la plaza San Pedro el 13 de marzo de 2013 y dio a paso a la perceptible emoción de los invitados cuando cada uno volvió a ver al Papa pidiendo que recen por él.
El representante del judaísmo, Claudio Epelman, recordó que en noviembre de 2022 el Congreso Judío Mundial, que congrega a referentes de más de 100 países, se celebró por primera vez en la historia en el Vaticano. “Fue en el sínodo donde los Obispos construyen el devenir de la Iglesia”, resaltó.
Ankah, presidente del Centro Islámico en nuestro país, contó que abrazó a un taxista aquella tarde de 2013, cuando escuchó el anuncio posterior a la fumata blanca. “Yo recé por él”, dijo.
“Mi amistad con él comenzó tras la tragedia de Cromagnon”, confió el Obispo Emérito de la Iglesia Armenia, Kisag Mouradian, y agradeció el reconocimiento de Francisco al pueblo armenio como el primer país cristiano del mundo, el que aceptó al cristianismo en el año 301, “12 antes que Roma”.
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“El pueblo de Dios se construye con amplitud de criterios”, dijo, por su parte el pastor de la Iglesia Metodista, Néstor Míguez, y rememoró cómo en 2007, durante la histórica Conferencia Episcopal celebrada en Aparecida, un municipio de Brasil, el entonces cardenal Bergoglio incluyó unos párrafos escritos por él, “guardados en un disket y luego impresos en tres hojitas”, como parte del documento final que ratificaba la amistad entre la iglesia católica y otras religiones.
Antes de finalizar, el presidente de la comisión de Ecumenismo y Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones, Monseñor Pedro Javier Torres, Obispo de Rafaela, retomó otro hito del papado de Francisco y dijo “voy a hacer lío”.
“Parénse y mirénse entre ustedes”, les pidió a los presentes en el edificio histórico ubicado entre avenida Santa Fe y la calle Alvear, en el centro porteño.
Tras ello, describió: “Mírense y observen, como dijo Francisco, que la unidad no es uniformidad sino diversidad reconciliada”.
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