Descubrieron el fósil de una estrella frágil de 193 millones de años en Neuquén

El espécimen fue encontrado casi en su totalidad en la zona de Arroyo Lapa. Se trata del primer ejemplar hallado fuera de Europa, por lo que pone en jaque las teorías conocidas hasta el momento sobre esta familia de equinodermos

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El fósil encontrado por los especialistas del Conicet. (Foto: Conicet/Débora Campetella)
El fósil encontrado por los especialistas del Conicet. (Foto: Conicet/Débora Campetella)

Un equipo de científicos del Conicet descubrió en Neuquén el fósil de una estrella frágil de unos 193 millones de años. Es el primer hallazgo de esta clase de equinodermos, puesto que se creía que esta especie sólo habitaba en Europa.

La noticia se hizo pública el jueves luego de que el organismo científico confirmara el descubrimiento, pero el espécimen fue hallado en marzo del 2020 en la localidad de Arroyo Lapa, en la formación Sierra Chacaicó. Se trata del registro más antiguo de una estrella frágil para la Era Mesozoica, que tiene una antigüedad de entre 66 y 251 millones de años, en América del Sur y el único del subcontinente reportado hasta el momento del período Jurásico.

De esta manera, pudieron comprobar que tiene una antigüedad aproximada de entre 184 y 193 millones de años. “Se encontraba en posición de vida y prácticamente completa”, precisó la becaria postdoctoral del Conicet, Evangelina Palópolo. En esa línea, la especialista en equinodermos agregó: “El hecho de encontrar el fósil en posición de vida y de poder observar su preservación nos permite sacar conclusiones sobre el ambiente en el que vivía, las causas de su muerte y los motivos por los cuales se preservó tan bien”.

Según precisaron, este hallazgo fue “fortuito”, puesto que el equipo trabajaba en el lugar para obtener muestras de roca para realizar un análisis geoquímico, así como también recolectar secciones delgadas para observar en el microscopio. “Mientras realizábamos el procesamiento de las mismas vimos una laja que contenía el fósil”, contó Maximiliano Rodríguez, becario doctoral del Conicet en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, Conicet-UNRN) y coautor del trabajo en el que se presenta el descubrimiento.

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El fósil encontrado tiene casi dos centímetros de radio, cuenta con un disco central muy pequeño, con una longitud de dos milímetros de radio y sus brazos de aproximadamente dos centímetros de largo. Al tratarse de un ejemplar muy pequeño, los investigadores debieron analizarlo con una lupa y un microscopio electrónico.

Las estrellas frágiles son organismos depredadores que se desplazan por el fondo del mar ayudados de sus brazos. Por lo general, viven en ambientes pacíficos o en ambientes costeros con más energía, debajo de rocas o sujetos a algas.

Esta especie recibe su nombre por la fragilidad de sus ejemplares, ya que no pueden regular las sales dentro del cuerpo y son muy sensibles a los cambios de temperatura, energía y salinidad del ambiente; en consecuencia, al morir su esqueleto se separa en un rango de 24 horas. Sin embargo, los investigadores lo encontraron articulado, debido a que creen que su causa de muerte fue que quedó tapado por sedimentos y no pudo liberarse.

Este otro de los motivos que hace a este hallazgo tan importante para la ciencia, además de que este descubrimiento abre nuevos interrogantes sobre si esta especie estaba presente en la zona y pone en jaque a la teoría que planteaba que estos animales, del género Sinosura, sólo habitaban en Europa, información que se fundamentaba con los hallazgos realizados en ese continente.

“No sabemos a ciencia cierta si este género habitaba en todo el mundo, ya que no hay suficientes registros del período estudiado. Este descubrimiento genera una nueva incógnita que solo podremos responder si hay más hallazgos de este tipo en Sudamérica y otros continentes”, puntualizó al respecto Palópolo.

La becaria postdoctoral destacó también que “no existen registros orgánicos articulados de esta familia para otros períodos geolóficos en Argentina ni en Sudamérica”, al tiempo que resaltó que “es el más antiguo de la cuenca neuquina”, por lo que facilita ampliar el registro de esta clases en la región.

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