En un nuevo aniversario del nacimiento del general José de San Martín, el Museo Histórico Nacional del Cabildo y la Revolución de Mayo exhibe las obras de Ramiro Ghigliazza, el artista gráfico que logró reconstruir digitalmente el rostro del Libertador de América desde los 3 hasta los 70 años. El trabajo implicó una ardua tarea de investigación, que llevó a humanizar la imagen del prócer desde su infancia en Yapeyú hasta su muerte en Francia.
La muestra San Martín: La reconstrucción y el enigma de su rostro puede ser recorrida de miércoles a domingos de 10.30 a 18 horas (Bolivar 65, CABA), y estará disponible hasta el primero de abril. Se trata de una actividad gratuita que permite imaginar cómo fueron las diferentes etapas de la vida del padre de la Patria.
Hasta el momento, la exhibición que inició el año pasado, ya recorrió varias ciudades del país como Concordia y Paraná, en Entre Ríos, Funes y Rosario en Santa Fe y Junín en Mendoza. Asimismo, fue presentada en Europa: “También llegó a Boulogne Sur Mer, en Francia, y se presentó un retrato del Libertador en Londres para el 17 de agosto. Después, fuimos a Barcelona, digo fuimos porque a veces hago de cuenta que San Martín ya es como mi amigo”, relata el artista. Después de Buenos Aires, la próxima parada de la muestra estará ubicada en la provincia de San Juan.
Para realizar su obra, Ghigliazza llevó adelante una reconstrucción basada, primero, en la pintura que acompañó al Libertador hasta sus últimos días en la ciudad francesa de Boulogne Sur Mer, a los que se sumaron una serie de testimonios de sus contemporáneos. “Existen cientos de retratos de esa época. De lejos similares, de cerca todos diferentes”, detalla el informe técnico que acompaña la muestra.
Sin embargo, en la segunda etapa del proyecto, y tras realizar un estudio comparativo de las imágenes, el artista decidió tomar principalmente la única fotografía existente de San Martín, un daguerrotipo efectuado en el año 1848 en París -cuando el honorable militar argentino ya había cumplido 70 años- como el único documento fielmente representativo de su identidad. “Empecé a reconstruir este famoso daguerrotipo. A partir de ahí pude empezar a descender en edad, yo quería llegar a la etapa de Libertador, de la Revolución, entonces me basé estrictamente en la fisionomía de esa etapa. La reconstrucción me sirvió mucho porque tenía la piel, los músculos y hasta la mirada en una súper calidad”, explicó el artista en diálogo con Infobae.
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De esta manera, y con la finalidad de mostrar la reconstrucción visual humanizada del rostro de San Martín hacia atrás en el tiempo, Ghigliazza exhibió, en un video, cómo fue la evolución de la imagen del Libertador desde el año 1781, en Yapeyú, cuando tenía 3 años, hasta su muerte. A partir de 1813, año siguiente al regreso del futuro prócer a la patria, su rostro jovial es modificado por uno más más envejecido, hasta que se observa cómo en 1820 empieza a usar patillas para luego lucir con canas.
La percepción de los cambios en la imagen fueron realizados a través de un proceso de ensamblaje digital de distintas partes del rostro de distintos modelos, con proyecciones más fieles y altamente compatibles al mencionado daguerrotipo original. “Yo hago un trabajo bastante artesanal debido a que hago un fotomontaje de distintas partes de personas para poder llegar a tener esa calidad y ese objetivo”, señaló Ghigliazza.
“Primero, empecé a bajar en edad, en años más jóvenes, con los testimonios de sus contemporáneos, entre ellos Gerónimo Espejo, Juan Bautista Alberdi, Félix Frías, Domingo Sarmiento y agentes ingleses y norteamericanos. Hasta que llegué, manteniendo los rasgos principales, por supuesto, pero con las características de una persona más joven y de acuerdo a la etapa que estaba viviendo”, detalló.
“Luego seguí de largo, no pude parar y llegué hasta su juventud, adolescencia e infancia. Siempre es bueno aclarar que la infancia, y la imagen de bebé, es una imagen simbólica, aunque conserva los patrones o las transformaciones propias de la edad y los rasgos principales de él, que eran las cejas, los ojos negros, más bien redondos y una mirada muy firme. Eso lo voy conservando pero teniendo en cuenta que son etapas más subjetivas. Ya en la adolescencia se empieza a ver más en detalle los rasgos principales”, agregó Ghigliazza.
Así, esta muestra, de importante valor documental, logra reconstruir los orígenes y develar el misterio, el enigma, de cómo era el verdadero rostro del General José de San Martín, padre de la patria y Libertador de América.
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