La dirección nacional de Migraciones confirmó que en 2022 ingresaron a la Argentina 10.500 embarazadas rusas, de las cuales 5.800 lo hicieron en los últimos tres meses. Una denuncia a la División de Delitos Federales fue el disparador de una investigación que ya implicó la realización de una serie de operativos para desbaratar a una banda dedicada a hacer ingresar a las mujeres y otorgarles documentación falsa. Cuáles son los principales ejes en torno a la investigación sobre la llegada masiva de mujeres que escapan de un país en guerra.
A partir de los constantes enfrentamientos y las pocas libertades en Rusia, surgió el llamado “turismo de nacimiento”. De ese modo, se busca obtener la nacionalidad de la nación que se visita, la residencia permanente y un nuevo pasaporte para los padres. En ese marco, Argentina se convirtió en uno de los destinos más elegidos debido a que no se requiere de visa y ofrece facilidades migratorias.
Más allá del contexto propio del país de origen de las mujeres y la búsqueda de un país que les ofrezca la posibilidad de garantizar una mejor calidad de vida; la Justicia se centró en el detrás del boom presentado en los últimos meses. Así se logró detectar a una banda que llegaba a cobrar hasta USD 35 mil a mujeres embarazadas rusas para traerlas a parir a Argentina y sin ningún fin humanitario sino económico.
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Los puntos centrales de la investigación son:
- La causa judicial se inició a raíz de una denuncia en la División de Delitos Federales de la PFA, en la que “una mujer advirtió sobre maniobras irregulares en el ingreso de ciudadanas rusas a punto de dar a luz en el país, el nacimiento de ellos y el otorgamiento de trámites migratorios”, indicó el comunicado.
- La investigación se encuentra a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 1 de María Romilda Servini, quién ordenó el allanamiento en dos viviendas ubicadas en torres de lujo del barrio de Puerto Madero. Si bien allí residían los presuntos líderes de la banda, ninguno fue detenido pero se secuestraron elementos de interés.
De cuerdo a lo revelado, la organización delictiva se contactaba con familias rusas de alto poder adquisitivo, quienes para ingresar al país debían pagar desde 20.000 a 35.000 dólares. Luego de llegar, ellos les designaban un centro de salud para el nacimiento de los bebés que “se convertía en ciudadano argentino”. A partir de allí, “gestionaban con documentación apócrifa trámites de radicación y ciudadanía argentina en tiempo récord”, informó la PFA.
- El pasado jueves, el caso de las mujeres rusas embarazadas cobró mayor atención dado que seis habían sido retenidas. La situación marcó un punto clave en el fenómeno, dado que el juez federal Luis Armella habilitó el ingreso provisorio al país de todas las que presentaron recursos de habeas corpus. Ante dicha situación, tanto ellas como otras 14 embarazadas rusas que arribaron a Ezeiza el viernes por la noche, pudieron salir del aeropuerto.
- La medida fue sustentada por Armella debido al “estado de avanzada gravidez, y por razones humanitarias”, aunque el magistrado sostuvo que “fue correcto lo que hizo Migraciones en tanto que para entrar a radicarse en el país hay que hacer los trámites correspondientes y no declarar ingreso de turista”, indicaron fuentes judiciales a Télam.
- Antes de que tomara mayor atención la situación de las embarazadas retenidas en el aeropuerto, el “turismo de nacimiento” ya había sido advertido en enero por el diario británico The Guardian. En aquel entonces, se planteó que decenas de mujeres elegían a la argentina por su pasaporte, dado que les permite realizar viajes de corta duración a 171 países sin visado, incluidos los de la Unión Europea, el Reino Unido y Japón. A diferencia del documento ruso, con el que sus ciudadanos solo pueden ingresar a 80 países.
Dichos beneficios pueden resultar alentadores para quienes se retiran del país con el pasaporte argentino, pero también puede se desfavorecedor para la Argentina. Al respecto, la Directora Nacional de Migraciones, Florencia Carignano planteó que dicho documento “es el número 19 de los más seguros del mundo” de manera que “empecemos a fijarnos a quién le damos los pasaportes, porque los perjudicados vamos a ser los argentinos cuando pasen cosas, como los espías rusos que encontraron en Eslovenia y tenían nacionalidad argentina”.
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