La ciudad turca de Adana, ubicada a 922 kilómetros de Estambul, está muy próxima al epicentro de los dos terremotos ocurridos el lunes 6 de febrero que ya dejaron más de 27 mil muertos entre ese país y el norte de Siria. Tenía, antes del sismo, 2.183.000 habitantes. Es la quinta ciudad más grande de Turquía. Nadie podría arriesgar con qué población cuenta ahora.
Allí están, ahora mismo, los 33 integrantes de la misión argentina de búsqueda y rescate que salió el jueves por la noche de Ezeiza, arribó este sábado 11 de febrero en el mediodía de nuestro país a Estambul, y de allí se dirigió a Andana. Pertenecen a la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria – Cascos Blancos (ACIAH), cuya titular es Sabina Frederic-, del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y el Grupo USAR Federal Argentina. Les tocó la difícil tarea, a cinco días de los sismos, de hallar sobrevivientes entre los restos de un enorme edificio donde vivían familias el mismo donde ya trabajan sus colegas de España y Portugal.
Verónica Ayala es parte del contingente argentino. Coordinadora de la Logística Sanitaria en Emergencias de Cascos Blancos, interrumpe por unos momentos el armado del campamento donde se instalará el grupo por al menos diez días para hablar con Infobae. Acaba de llegar del sitio donde deberá trabajar la misión humanitaria, a seis kilómetros del lugar donde establecen el cuartel general. La noche de Adana es fría y la sensación térmica marca 2 grados a las 22 horas. Los argentinos estarán bajo las órdenes de dos coordinadores regionales de la Agencia Turca de Manejo de Desastres (AFAD), que tiene 160 mil rescatistas operando en ese país. No es la primera vez que Ayala enfrenta las desgarradoras imágenes que deja un terremoto: estuvo dos veces en Haití, en los desastres de 2010 y 2021, y en Ecuador en 2019.
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Lo primero que admite es estar “cansada”. Cuenta que apenas durmió dos horas desde que salió de Buenos Aires. Durante el viaje se dedicaron a planificar lo que a partir de hoy será su actuación. “Hoy, ni bien llegamos, fuimos a una de las zonas de impacto. Se asignan sitios específicos, que pueden ser un edificio, un hotel, una casa o un hospital. A nosotros nos tocó un edificio en particular, uno familiar. Sabemos que tenemos por delante un trabajo difícil, por un lado por la magnitud del desastre y debemos hacerlo en poco tiempo, y por otro se complica por las bajas temperaturas que se registran aquí y por cómo quedaron las estructuras”, señala.
A pesar de la información que circuló de que en varios lugares de Turquía dejaron de buscar personas atrapadas entre los escombros, ella confía que no es tarde para actuar. Si bien pasadas las 72 horas del desastre las posibilidades de hallar sobrevivientes se achica, ya hubo más de 80 mil rescates, lo que brinda esperanzas y levanta la moral de los rescatistas. Ayala enfatiza que “No sabría decir cómo está el resto de los contextos, hoy fue nuestro primer día en el terreno y hay actividad, bastante gente trabajando. Y por lo que nos han dicho, existen reportes de que hay gente con vida donde tenemos que intervenir. Somos un grupo combinado: hay logistas, gente de enlace y coordinación, intérpretes, y el equipo específico de búsqueda y rescate, en el que tenemos un binomio que trajo dos caninos especialistas en buscar personas entre los escombros”.
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Los perros son Akira, un border collie; e Indio, un ovejero belga Malinois. Ellos, dice Ayala, son fundamentales, ya que están entrenados para “detectar restos humanos”. “En la búsqueda son los primeros en encontrar huellas y rastros, para habilitar al resto del equipo a acceder y hacer la tarea de rescate”. Ese grupo en particular está liderado por el comisario Daniel Iglesias, de 42 años y 25 de servicio.
El equipamiento total que llevó la misión argentina es de tres toneladas, entre los que hay material de comunicaciones con dos repetidoras portátiles futurecom, que pesan 82 kilogramos; una repetidora de banda cruzada de 800MHz-VHF; treinta radios portátiles multibanda 700/800 MHz, VHF, UHF Rango 1 y 2; dos cargadores múltiples de baterías APX; dos antenas del tipo Yagi-Uda de 12 dBi de ganancia.; dos antenas del tipo Panel de 6 dBi de ganancia; dos antenas del tipo colineal de 5 dBi de ganancia; dos antenas del tipo suma de dipolo de 10 dBi de ganancia; un equipo de medición radiológica Automess 6150; un boroscopio; una cámara térmica; un equipo multigas; un explosímetro y demás elementos como ropa específica para la tarea como cuatro trajes encapsulados, ocho overoles laminados con protección química, 8 partes de guantes de nitrilo, botas con resistencia química y hasta una cuerda de rescate de 50 metros. Según informaron, al grupo lo integra personal altamente calificado en lo referido a búsqueda técnica; búsqueda canina; asistencia médica; materiales peligrosos; ingeniería estructural; apoyo para Centros de Recepción y Salida (RDC), apoyo al Centro de Coordinación de Operaciones en el Terreno (OSOCC), así como para el apoyo a la Célula de Coordinación USAR (UC).
Ayala cuenta que cada una de las situaciones que le tocó vivir en cuanto a terremotos fueron distintas. “Uno ya tiene una estrategia de cómo trabajar. Nosotros somos quienes tienen un tiempo limitado en el terreno. Pero los contextos cambian. En Haití, por ejemplo, no fue igual la primera vez que la segunda. Sí hay cosas que se repiten, como la desesperación, el margen acotado de tiempo para trabajar. Por supuesto, en Haití era mucho el calor y acá hace mucho frio. También el idioma y la cultura son diferentes. Sobre todo porque es de vital importancia la comunicación en esos momentos, por eso tenemos intérpretes de turco e inglés”.
En principio, serán diez días los que actuará la delegación argentina. Pero Ayala sostiene que eso es tentativo. “No sabemos si nos van a cambiar de zona, pero por ahora es el sitio que nos asignaron. Dependerá cómo evolucione la situación, pero estar acá representando a la Argentina es un orgullo, somos un país muy solidario”.
La situación en Turquía es desesperante. Después de los sismos de 7,8 ocurrido el lunes 6 de febrero a las 4,17 hora local en Gaziantep y el segundo en Kahramanmaraş el mismo día a las 13:24 hora local con una intensidad de de 7,7 en la escala Mercali, se cuentan más de 27 mil muertos y la cifra de heridos superó los 87 mil. Las viviendas destruidas son, según los cálculos actuales, más de 12 mil. Y la ONU informó que unas 870.000 personas necesitan comida en forma urgente.
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