En el Parque Nacional Los Alerces, los carteles que indican el índice de peligro de incendios marcan desde “muy alto” a “extremo”. En Villa Futalaufquen, los visitantes podían observar el alerta de máximo nivel de riesgo desde el mes de enero. Nada impidió una nueva propagación del fuego que se presume intencional.
Las llamas ya arrasaron más e 1400 hectáreas de bosques nativos de la provincia de Chubut. La vida de los lugareños está alterada, dependiendo de la cercanía con el incendios. En el PN Los Alerces, donde el ingreso al turismo permanece abierto a los sectores públicos, son siete “puntos calientes” con focos ígneos activos en el extremo sur del área protegida.
El incendio más preocupante que se inició el fin de semana está identificado como “Población Rosales II”, acicateado ayer por las altas temperaturas y las ráfagas de viento noroeste (NO). Es una zona circundante a Laguna Larga, cruzando hacia la frontera provincial. La expectativa de los más de 135 combatientes -integrados por bomberos y brigadistas- y los 90 técnicos de respaldo logístico que están trabajando en el lugar es contar con una ayuda climática este jueves. Se espera que el ingreso de un frente frío contenga la propagación por estas horas, lo que generará aumento en la humedad y mejores condiciones para lucha.
Las duras condiciones climáticas también afectan, desde el lunes, en la cara opuesta de la región a varios kilometros al norte de Los Alerces por fuera del área custodiada por el Estado Nacional. En el Lago Cholila, cerca de la homónima ciudad patagónica perteneciente al departamento de Cuchamen, hacia las 15.30 del miércoles el viento esparció las llamas y creó nuevos focos secundarios. Unas 162 hectáreas de bosque nativo, matorrales, pastizales y arbustos estarían afectadas, según el último reporte del Sistema Provincial del Manejo del Fuego (SMNF), que depende de la Secretaría de Bosques del gobierno chubutense. Al operativo tuvieron que ir brigadas tanto de Cholila como de otras localidades cercanas, entre ellas, Las Golondrinas y Epuyén.
La intensidad de las ráfagas impidieron en Lago Cholila que el helicóptero con el helibalde de 800 litros pudiera operar. Ante la imposibilidad de controlar el fuego, se evacuó de manera preventiva el barrio San Esteban con la asistencia de Protección Civil. Son aproximadamente nueve viviendas y personas con casas de recreación que tuvieron que irse a la ciudad de Esquel.
En Villa Futalaufquen, en cambio, algunas dificultades empezaban a normalizarse. La luz eléctrica fue reestablecida con dos grupos electrógenos de gran capacidad. Días atrás se produjo un corte porque el fuego alcanzó el tendido rural. El poblado es el más urbanizado de la zona y allí funciona el centro operativo y de servicios del PN Los Alerces.
“Pareciera que nunca se encuentra al responsable”
En las últimas horas, las autoridades nacionales y provinciales de Chubut redoblaron los esfuerzos para controlar y desandar el daño provocado. Hay un relativo optimismo de que la propagación del fuego se esté conteniendo en las próximas horas.
Del lado provincial, el gobernador, Mariano Arcioni, instruyó a que funcionarios del gabinete de cinco ministerios y organismos estén presentes -Gobierno y Justicia; Salud; Desarrollo Social, Familia, Mujer y Juventud; Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio, entre otros- para conformar un Centro de Operaciones de Emergencias (COE).
Desde Nación, el titular de la Administración de Parques Nacionales, Federico Granato también llegó a la zona afectada para reunirse con los equipos técnicos y autoridades locales de Esquel y Trevelin, y el intendente del área protegida, Hernán Colomb.
Durante la recorrida por las zonas afectadas, el ministro Juan Cabandié expreso: “Esto es un ecocidio y no vamos a aceptar estas situaciones que se viven con cierta frecuencia y que duelen, generan reducciones y afectan a nuestros ecosistemas, a las familias y al planeta; es angustiante que suceda esto. Esperamos que todo el peso de la ley caiga sobre los responsables si es que se comprueba que hubo intencionalidad. Se trata de un delito federal dado que se generó dentro de una jurisdicción nacional”.
Tanto Arcioni como las autoridades nacionales expresaron su preocupación por el origen del fuego, que habría sido obra de una mano humana. El gobernador chubutense pidió la asistencia de los peritos de la Policía Federal Argentina (PFA).
“La verdad que no es la primera vez que pasa y se dieron varias condiciones que indican la intencionalidad de esta tragedia. Se han hecho todas las denuncias, pero pareciera que nunca se encuentra al responsable y nosotros seguimos yendo detrás del incendio para apagarlo”, fustigó Federico Granato, de la APN.
Desde el Gobierno nacional, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible aportó un avión hidrante, un avión anfibio, un avión observador, un helicóptero con helibalde y un helicóptero Chinook -con una capacidad de 10.000 litros- pertenecientes al Sistema Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) para operar en Los Alerces. Una asistencia áerea que, por momentos, no puede operar por los intensos vientos y la acción se reduce a las líneas de agua terrestres, apoyo técnico y meteorológico y los autobombas.
Además, Nación envió a Cholila 30 brigadistas y un autobomba. A todas estas tareas participan también fuerzas de Gendarmería, Prefectura, el Ejercito Argentino y Vialidad, junto a equipos de combatientes de localidades como El Bolsón.
Desde Parques Nacionales destacaron estos esfuerzos como un “gran avance” en el operativo, con la consolidación de una estrategia conjunta de brigadistas y bomberos. Hasta hoy, nada parecía ser suficiente para controlar el fuego ante una sequía que agrava el problema. La posibilidad de precipitaciones, pronosticadas para este jueves en Los Alerces, aparece como un horizonte de alivio.
En la provincia de Corrientes hay otro incendio forestal crítico en curso que empeora con el correr de los días. En enero, el fuego arrasó 27.882 hectáreas de la superficie provincial, en su gran mayoría humedales, y hay focos activos en el sureste a la entrada al Parque Nacional Iberá. La infraestuctura del área protegida ya sufrió daños en plataformas y pasarelas de uso público del área que se conoce como “Núcleo Carambola”. Los especialistas que operan en el terreno estiman que las llamas podrían extenderse hasta abril y que solo una lluvia de 200 milímetros de lluvia podría apagarlas.
Del otro lado de la Cordillera de Los Andes, la situación ambiental es aún más devastadora. En Chile, donde el Gobierno ofreció ayuda, los incendios en los bosques nativos provocaron 26 muertos y casi 300.000 hectáreas arrasadas.
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