Es viernes al mediodía y Nidia Olineka (42) luce cansada en una playa de Villa Gesell. Llegó hace unas horas desde Misiones, habiendo recorrido más de 1400 kilómetros, y todavía no durmió. Vino con su hijo, Alejo Bazzigalupi (9), y su sobrino, Liam (8), para asistir a un evento de supercross que se desarrollará en Pinamar. Fue un viaje que hasta último momento estuvo en duda: es que sin la posibilidad de tomarse vacaciones esta semana, a la mujer se le ocurrió casarse con su pareja para hacer uso de la licencia laboral correspondiente y así poder acompañar a los chicos.
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“Trabajo en una estación de servicio y no había forma de combinar vacaciones, días libres ni nada”, cuenta Nidia. De ese modo, junto a su flamante marido, Pablo, con quien mantiene una relación desde hace 15 años, les surgió la idea y contrajeron matrimonio el jueves último. “Hasta ese punto llegamos para estar acá”, dice entre risas la mujer y enseguida cuenta su historia.
Nidia, Pablo y Alejo viven en la ciudad Leandro N. Alem. Son una familia íntegra de pilotos y todos en algún momento de sus vidas compitieron. El que ahora lo hará en Pinamar es el menor; los padres abandonaron la actividad cuando el país se paró por la pandemia de coronavirus.
La mujer cuenta que toda su vida fue fanática de las motos. “Pero mis padres, por miedo, nunca me habían dejado subirme a una. Recién a los 30 me pude comprar mi primera moto, empecé a entrenar y correr”, recuerda. Tres años después de eso quedó embarazada de Alejo: “Incluso tenía un mes y medio de embarazo y corría, así que él desde la panza que está arriba de una moto”.
El menor, por su parte, empezó a correr a los 7. “Desde chico sabíamos que le gustaba pero tenía ese miedo y en el motocross tenés que estar seguro de lo que hacés, sino no podés correr. Hasta que un día vino solito y me dijo ‘mami, me podés enseñar’. Entonces arrancó a practicar en un mini circuito que teníamos en nuestra casa, donde entrenábamos con mi marido”, relata la madre.
Alejo inició su camino en el mundo del motocross en 2020. Arriba de una Beta 50cc, el año pasado obtuvo el primer puesto en dos campeonatos provinciales. También participó con victoria en eventos en las provincias de Chaco y Corrientes. Como parte de su aprendizaje, a lo largo de este breve periodo tuvo varios entrenamientos con entrenadores de mini cross avalados por la Federación Internacional de Motocross (FIN), como Marcos Trossero y Jorge Martín.
En esta parte del relato, Nidia pisa el freno y se refiere a “quienes no entienden cómo le podés dar una moto a una criatura”. Primero señala que es una edad habitual en la que los menores comienzan a dar sus primero pasos en esta disciplina derivada del motocross. Y luego comenta: “Lo primero que te dicen es que es una locura dejar a un nene de 9 años arriba de la moto. Pero si hay algo que ellos (por los chicos) saben es la responsabilidad de lo que hacen, de que la moto no es un juguete. Son conscientes de jamás tocar una moto sin que estén los padres al lado. Y yo siempre les remarco que la técnica que tienen que aplicar sí o sí, no para andar más rápido sino para no lastimarse”.
Recientemente, Alejo estaba por dar el salto a la categoría 65cc. “Pero justo en noviembre surgió la invitación al Champs Series para participar con la 50cc”, continuó la madre. Se trata de una competencia que define el campeonato latinoamericano y reúne a destacados riders locales y extranjeros.
El viaje a Pinamar tuvo otro inconveniente para los Bazzigalupi: el martes pasado se les rompió un repuesto de la moto del chico y tuvieron que arreglarlo de apuro.
Este viernes, apenas llegaron, madre e hijo fueron a recorrer el circuito conocer el escenario. “Siempre hacemos una primera vuelta caminando y revisamos uno por uno los saltos”, revela Nidia y para concluir asegura que Alejo tiene el deseo de ser, algún día, piloto profesional: “Es una decisión de él y no hay que exigirle nada si es que el día de mañana ya no quiere correr más. Pero el apoyo nuestro siempre lo va a tener hasta donde sea. Ahora mismo estamos dando hasta el último suspiro”.
Casos como el de esta familia hay muchos más. En la categoría de Alejo hay 28 inscriptos, todos menores de 10 años. La gran mayoría llegó desde el interior con las valijas cargadas de ilusiones y la ansiedad por saltar a la pista. También hay pequeños pilotos que vinieron desde Brasil, Uruguay y Chile.
Pinamar es un lugar con gran historia para el motocross y el deporte off road en el país. El verano pasado ya había sido sede del primer campeonato nacional nocturno. Este año se pondrá en juego el campeonato latinoamericano. Hay cuatro categorías: MX1, MX2, MX3 y Mini 50 cc. El escenario se montó en el complejo Casino Park, ubicado sobre el kilómetro 398 de la Ruta 11, en Valeria del Mar.
Son tres las fechas programadas: además de hoy, el miércoles 25 y el sábado 28 de enero. En cada jornada habrá prácticas libres y tandas cronometradas, y las series clasificatorias y finales comenzarán a partir de las 21. Allí, los espectadores además podrán disfrutar de otras experiencias: habrá un show de freestyle y el popular cantante Ecko le pondrá ritmo a la jornada inaugural.
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