Andropbit es un barrio del poblado de Mindiptana, una localidad céntrica de Boven Digoel, una región anclada al norte de Papúa del Sur, una provincia de Indonesia, un país de Asia. Andropbit es, en síntesis, un sitio geográfico en el territorio indonesio. Luce cubierto por una vegetación frondosa y un verde oscuro homogéneo. Esconde camuflado en una cordillera dotada de forestación un punto que la lupa del google maps solo distingue tras el esfuerzo del zoom de la imagen satelital. El acercamiento deja divisar una porción de tierra, techos y civilización. En Boven Digoel, según el censo de 2020, viven 64.285 ciudadanos. En Mindiptana, las versiones aducen una población inferior a los cuatro mil residentes. En Andropbit habitan, tal vez, pocas decenas de personas y un aeropuerto.
Es el Bandar Udara Mindiptana, en dialecto indonesio. No hay mucha información del aeropuerto vertida en los laberintos de la web. Los que más hablan del aeropuerto de una región recóndita del país asiático son los medios argentinos. Su definición en Wikipedia es escueta: “El aeropuerto de Mindiptana es un aeropuerto ubicado en Andopbit, distrito de Mindiptana, Boven Digoel Regency, Papúa. Este aeropuerto tiene un tamaño de pista de 1.950 por 45 metros”.
Las fotos más representativas del edificio pertenecen a la cuenta de Facebook Bandar Udara Mindiptana, que cesó su actividad el último día de 2020. En su archivo hay imágenes del aeropuerto, anuncios de entidades gubernamentales, recomendaciones para pasajeros y una grilla de operaciones con una frecuencia de vuelo actualizada hasta el 10 de agosto de 2019. Solo había un traslado aéreo diario hacia Mindiptana, según aporta el documento: partía desde Merauke -capital de la provincia-, el viaje duraba una hora con diez minutos y era operado por la aerolínea Susi Air -fundada en 2004, dueña de una flota de 49 aeronaves, con asiento en veinte bases operativas y ya sin vuelos hacia el inhóspito poblado-.
El aeropuerto tiene una pista de aterrizaje, un edificio pintado en celeste, blanco y naranja, unas escalinatas con ocho escalones que conecta ambos escenarios y 18 asientos en el interior de la estructura. Fue fundado por algún visionario en 1945, año de oportunidades tras la capitulación de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. El código OACI -una secuencia alfanumérica de cuatro caracteres que se utiliza para identificar los aeropuertos de todo el mundo según la Organización de Aviación Civil Internacional- es WAKD y el código IATA es MDP: el grupo de tres letras le asignó la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
La IATA ahora representa a 300 aerolíneas en 120 países y transporta el 83% del tráfico aéreo mundial. Pero había sido creada el 19 de abril de 1945 en La Habana, Cuba, por 57 miembros fundadores. Casualidades: 1945 fue el año del lanzamiento de la IATA y el comienzo de operaciones del aeropuerto de Mindiptana, en Indonesia. La visión de la organización es acompañar y fomentar el crecimiento de la industria del transporte aéreo. La misión es servir a las aerolíneas para operar de manera segura, segura, eficiente y económica bajo estándares definidos. Para ello, imparte una suerte de homologación de los aeropuertos, a los que les adjudica un código de tres letras. El aeropuerto internacional de Ezeiza es, por ejemplo, EZE según el designio IATA y Aeroparque, por caso, se resume AEP.
El Aeropuerto Internacional Ástor Piazzolla de Mar del Plata quiso recibir en sus albores la identificación mundial de “MDP”: la sigla lógica. Llegó tarde: tres años tarde. La semilla de la aeroestación data de 1939, cuando un grupo de entusiastas de la aviación fundó el Aero Club Mar del Plata, donde actualmente se asienta la Base Aérea Militar, con el propósito de promover la actividad aerodeportiva y formar nuevos pilotos. Hacia 1948, desde los órganos oficiales deciden profundizar la dinámica aérea que crecía en la ciudad con un grupo de hombres que empezarían a darle forma a una base de operaciones militares en un espacio compartido por el club de aviación.
El 15 de febrero de 1952 el presidente Juan Domingo Perón firmó el Decreto Nº 3114/52 que ordenaba la creación del Destacamento Aeronáutico Mar del Plata. El aeropuerto y la base militar adoptaron esta fecha como la de su fundación. En 1965 dejó de ser un destacamento para convertirse en una Base Aérea Militar. En 1978, para la organización de la Copa del Mundo, el aeródromo de Mar del Plata se transformó en un aeropuerto. El estadio mundialista de la ciudad albergó seis partidos del certamen: tres de Brasil, dos de Italia y dos de Francia -entre ellos el que jugó con la camiseta del club local Kimberley para enfrentar a Hungría-. Hacia 1994, para la recepción de las delegaciones de los Juegos Panamericanos del año siguiente, mejoró sus prestaciones. Lo mismo en 2005, cuando Mar del Plata fue sede de la Cumbre de las Américas.
Desde el 20 de octubre de 1998 la concesión pertenece a Aeropuertos Argentina 2000 y desde el 20 de agosto de 2008 se llama, oficialmente, Aeropuerto Internacional Ástor Piazzolla. En la ceremonia de redenominación estuvieron Laura Escalada, la viuda del célebre compositor, y las autoridades del gobierno nacional. La por entonces presidenta Cristina Kirchner justificó el cambio del nombre (desde 1995 se llamaba Brigadier General Bartolomé de la Colina, en honor al primer Secretario de Aeronáutica de la Nación) al señalar que cree “en las sociedades integradas plurales” y adujo que un aeropuerto tenga el nombre “de un artista de la valía de Astor es un signo de incorporación de los cambios en los tiempos”.
Entre MDP y MDQ hay quince mil kilómetros de distancia. La pista del aeropuerto argentino mide 300 metros más de largo y en 2022 recibió cerca de 277 mil pasajeros. Carlos Ferro es jefe del aeropuerto marplatense. No apena ni celebra la denominación recibida: asume que es lo que es y que así está bien. “Ese aeropuerto indonesio se categorizó hace 74 años -describe-. Mar del Plata, en ese momento, era un aeropuerto militar de uso público. Toda la guarnición aérea Mar del Plata era una gran base militar. Estábamos bajo la jurisdicción del CRA (Comando de Regiones Aéreas), que regía para el espacio aéreo argentino y todo lo manejaba la Fuerza Aérea hasta que en 2007 se firmó la creación de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil). A partir de los noventa se empezaron a poner todas las cosas en reglas”.
El diálogo con el aeropuerto indonesio que “robó” la sigla es nulo. El nivel de actividad del aeropuerto aprobado por la IATA tres años antes que la homologación del de Mar del Plata es un interrogante. La frecuencia de vuelos no luce disponible ni cercana: solo persiste una página de Facebook que lleva dos años de silencio. El otro aeropuerto, el que llegó tarde, el renombrado Ástor Piazzolla -ubicado a diez minutos del centro turístico más visitado del país- proyecta perspectivas de modernización. “Le quedó la sigla MDQ porque no había otra: MDP ya había sido otorgada. Mar del Plata tiene hasta un programa de televisión que se llama MDQ, es famoso y puso a la ciudad en el mapa. No tenemos pensado hacer un intercambio de siglas ni presentar un reclamo. Convivimos con esta sigla. Es la que nos tocó por haber llegado tarde: esto es ley de precedencia. Para la IATA, una vez que registraste te ganaste la matrícula antes que el otro”.
Asignada la P a un selvático y modesto aeropuerto asiático, a Mar del Plata le tocó en suerte la siguiente letra del abecedario. Quiso el destino que fuese una Q. La sigla MDQ, más que ser un lamento, ya es una marca.
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