La provincia de Santa Cruz fue escenario de un hallazgo histórico cuando un grupo de especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) descubrieron los restos de una nueva especie de ave, que convivió con los dinosaurios hace unos 70 millones de años.
Con un tamaño similar al de un gorrión, el fósil de la especie –encontrado a pocos kilómetros al sur de El Calafate– fue bautizado como Yatenavis ieujensis. El mismo pertenece al extinto grupo de los enantiornite, según indicó el organismo a través de un comunicado. Se trata de un tipo de aves antiguas que, según una de las teorías más extendidas, al igual que los dinosaurios no logró sobrevivir al meteorito que, se estima, cayó en la Tierra hace unos 66 millones de años y que produjo la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno.
El descubrimiento toma más relevancia ya que hasta el momento se dudaba que este grupo de aves primitivas hubiera podido tolerar el clima templado que imperaba en el sur de la Patagonia a fines del Cretácico.
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Este grupo de aves, que se diferencia de las actuales por características primitivas como la presencia de dientes y de extremidades con garras agudas, se diversificó a lo largo del Período Cretácico (iniciado hace 145 millones de años) dando lugar a especies voladoras, acuáticas e incluso buceadoras.
Sin embargo, una particularidad en su estructura provocó que no se tenga un registro claro de toda su diversidad. Es que dada la naturaleza frágil de sus huesos, los restos conocidos de este grupo de aves no son representativos de toda la diversidad que lo caracterizó, motivo por el cual los expertos destacaron “el gran valor científico” de los restos hallados.
“Aunque solo se encontró la mitad distal de un húmero derecho, podemos saber que Yatenavis combina una serie de características que lo hacen único dentro de los enantiornites y que nos permiten asignar los restos encontrados no solo a una nueva especie sino también a un nuevo género”, explicó Gerardo Álvarez Herrera, primer autor del artículo y becario doctoral del Conicet.
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Según explican los investigadores, el ave tenía una marca característica en su húmero, lo que refleja que el Yatenavis tenía una alta capacidad de vuelo, maniobrabilidad y eran excelentes acróbatas a la hora de esquivar árboles y arbustos mientras volaban a gran velocidad.
A su vez, hace 70 millones de años “la Cordillera de los Andes no existía y donde hoy predominan mesetas y desiertos, había bosques y cuerpos de agua que albergaban peces, ranas, tortugas, serpientes y cocodrilos enormes”, señaló Álvarez Herrera.
Yatenavis es, hasta el momento, uno de los enantiornites más australes de los que se tenga registro y que se haya podido nombrar.
Con el descubrimiento del yacimiento de Formación Chorrillo, durante 2019 se descubrieron dinosaurios como Maip macrothorax, el megaraptor más grande conocido hasta el momento, el herbívoro gigante Nullotitan glaciaris e Isasicursor santacrucensis, un ornitópodo bípedo del tamaño de un caballo, entre otras especies.
Hallazgo en la Patagonia
A unos cuantos kilómetros, y hace unos 4 meses, científicos (del Conicet, la Universidad Nacional de Río Negro y del Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Chubut) en Neuquén lograron hallar una nueva especie de dinosaurio depredador.
El animal en cuestión era un depredador desconocido de abelisaurio. Lo llamaron Elemgasem nubilus. Le pusieron “Elemgasem” como homenaje al Dios que ha sido considerado como “el padre de vida” por la comunidad indígena Tehuelche. También se llama “nubilus” porque en latín significa “días nublados”.
“La niebla es poco común en el clima semiárido de la Patagonia, pero fue muy persistente durante los días en los que se descubrieron sus fósiles”, según explicó Mattia Baiano, el primer autor del trabajo que formó parte de su tesis como becario doctoral del Conicet bajo la dirección de Rodolfo Coria. Hizo la investigación en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología, que depende del Conicet y la UNRN, y en el Museo Municipal Carmen Funes. Baiano es italiano y se vino a formar en paleontología en la Argentina.
“El dinosaurio Elemgasem nubilus representa una forma de abelisaurio de pequeño tamaño. Tiene casi la mitad del tamaño en comparación con los otros miembros de la familia. Lo sabemos por los estudios paleohistológicos que le hicimos a los fósiles. Indica que la diversidad paleoecológica de los abelisaurios es mucho más amplia que la que se sospechaba”, explicó Rodolfo Coria.
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