Si hay algo de lo que puede presumir Mar del Plata es de su amplia variedad: hay una ciudad preparada para cada tipo de turista. El radio de ofertas que abarca impacta en la oferta hotelera, en la cartelera de espectáculos y en el menú gastronómico. Así como la gama de oportunidades es diversa, los rangos de precios también presentan oscilaciones según el lugar y el público. Los mismos productos, que podrán no tener la misma calidad -o sí-, tienen valores distintos en los 47 kilómetros de costa que abarcan el territorio marplatense.
La temporada de verano de 2023 se visualiza por encima de las previsiones. Los indicadores más optimistas hablan de igualar los números del período estival pasado, cimientos del mejor año histórico que se tengan registros: en 2022 visitaron Mar del Plata 8.853.246 turistas. La ciudad ya experimenta el colapso: el tráfico es denso, las playas están llenas, los restaurantes desprenden una larga fila desde sus puertas. En ese marco, las comidas y los platos abundan y se venden a buen ritmo. Hay para todos los gustos. Cómo cambian el valor del mismo producto según el punto geográfico donde el cliente lo compre.
Playas del Centro
Las playas del centro de la ciudad, a la vera de la rambla Bristol y denominadas populares, son el termómetro de la temporada. Si están llenas, los estándares de ocupación y consumo podrán ser buenos. Si están vacías, la esperanza de una inyección económica generosa se disuelve. Los turistas pueden comprar en los chiringuitos que se emplazan entre la rambla y la costa, en la frontera de la arena, o bien en los puestos ambulantes. Los precios, en ambas opciones, a veces difieren. Los vendedores ambulantes cobran el “delivery”.
En las playas del centro el menú es más escueto y simple. Venden súper panchos, hamburguesas y milanesas. En los puestos del ingreso a la playa, los súper panchos cuestan 400 pesos, las hamburguesas con lechuga y tomate pueden valer entre 800 y 1.000 pesos, y las milanesas completas oscilan entre 1.200 y 1.000 pesos. El valor de las gaseosas y las aguas es, por su parte, de 300 pesos.
Los vendedores ambulantes que distribuyen la misma mercadería le añaden un plus. El súper pancho y las botellas de plástico tienen un recargo de cien pesos por ofrecerlo directamente sobre la orilla. El súper pancho cuesta, entonces, 500 pesos y las bebidas y las aguas, 400. La oferta del almuerzo se completa con el famoso choclo playero que solo comercializan los puestos que recorren la costa: cuesta, en las playas populares del centro, 400 pesos.
Punta Mogotes
Los choclos que kilómetros al norte cuestan 400 pesos, en las playas de Punta Mogotes suben mágicamente 200 pesos. Cada turista desembolsa 600 pesos por un choclo playero con sal, manteca y mayonesa. Los panchos y las botellas de plástico de 500 cc mantienen su formato ambulante con costos de 500 y 400 pesos. La otra forma de comer es en algunos de los restaurantes de los respectivos balnearios, reservados para los clientes. Ya no hay chiringuitos.
Hay 24 balnearios en Punta Mogotes. Son 7.200 carpas distribuidas en 2,5 kilómetros de playa. El nivel de ocupación está próximo al 85% con algunos paradores que alcanzan indicadores superiores al 90 por ciento. El menú es más diverso, pero los platos más consumidos suelen ser los mismos: las hamburguesas y los sándwiches de milanesa. Las hamburguesas completas están más caras que en la zona de la rambla Bristol: valen entre 1.300 y 1.500 pesos. Hay también opciones más gourmet con valores de hasta 2.500 pesos. Las milanesas cuestan aproximadamente 1.300 pesos. Y, además, ofrecen empanadas, sándwiches de lomito, ensaladas y menú del día. Las empanadas: 300 ó 350 pesos. Lomito completo: 2.200 pesos. Ensaladas: desde 800 hasta 2.000 pesos. Menú del día (platos más elaborados): desde 1.500 hasta 2.000 pesos. ¿Y para tomar? Las gaseosas y las aguas chicas, alrededor de 400 pesos.
Playas del Sur
En las playas que están pasando el faro de Punta Mogotes, los estándares sociales son otros. Las clases más pudientes veranean en el sur, que presume de orillas más extensas, hasta con acceso vehicular. Lo más top de la ciudad, donde ya casi no hay oferta ambulante. Pero las opciones para almorzar siguen siendo dos: los chiringuitos emplazados en la arena blanda y los restaurantes de los paradores.
En Helena Beach está Bistró de Mar, un coqueto restó encuadrado entre paredes de vidrio, frente a una piscina y rodeado por camastros, reposeras y mesas. Allí el agua y la gaseosa está -también- 400 pesos. La carta se resume en hamburguesas, pollo grillado, lomito, pizzas, ensaladas, papas fritas, rabas y plato de frutas: hamburguesa de sola a completa, de 1.200 pesos a 1.700; el pollo grillado de solo a completo, de 1.300 pesos a 1.800; el lomito de solo a completo, de 1.600 pesos a 2.200; las pizzas vienen de muzzarella (1.400), napolitana (1.800) y con rúcula, jamón crudo y aceitunas negras (2.400); las ensaladas (caésar, clásica y de atún) cuestan 1.800; la porción de fritas 800; las rabas 2.800 y el plato de frutas, 900.
Dentro de Helena Beach también está Jaya Refugio, donde la vedette es la pesca del día y la limonada. Los platos cuestan por encima de los 3.000: la brochette de langostinos y panceta ahumada con papas bravas 3.700, el bife de chorizo con ensalada 3.600, la pesca del día con vegetales 3.000. Para tomar, un vaso de limonada de autor con menta y jengibre sale 800 pesos, en jarra el valor sube a 1.200.
Al lado, está el balneario La Restinga, que dispone de un chiringuito en altura, donde lo que más sale son las hamburguesas y los sándwiches, con una alta demanda en las vertientes veganas y vegetarianas. Aquí también las gaseosas cuestan 400 pesos -un aumento del 25% en relación al mismo producto en los puestos de las playas populares del centro-. Todas las hamburguesas del menú cuestan 2.000, al igual que el sándwich de bondiola completo, mientras que el lomito y la milanesa de ternera completo (lechuga, tomate, queso y huevo) vale 2.600 pesos. En las opciones saludables los valores son: la hamburguesa vegana 2.000 y el sándwich veggie 1.600.
En Mute, otro distinguido balneario del sur marplatense que convoca principalmente a jóvenes, hay dos opciones para consumir durante el mediodía: el sunset point más cerca de la playa y el restó propio del parador. Del primero, la carta se reduce a hamburguesas, sándwiches, panchos y ensaladas. Las hamburguesas están todas 1.500 salvo la que trae cheddar, barbacoa y cebolla que asciende a 2.000 pesos. Los sándwiches de pollo, vegetarianos, primavera, y jamón y queso cuestan 1.500. El pancho 500 y el súper pancho, el doble. La ensalada del día 1.500 y la de frutas, 1.000. El agua mineral y la lata de gaseosa se venden a 500 pesos.
El propio restó del parador ofrece un menú independiente, aunque la estrella sigue siendo la hamburguesa. La marca que atiende en el restaurante es una especialista en la materia: La Hamburguesería. La carta se nutre de catorce tipo de hamburguesas -cuatro de ellas veggies-. La más vendida es la que tiene doble queso cheddar, panceta, cebolla y 130 gramos de carne: cuesta 2.300 pesos. Pero también hay una lista de sugerencias del chef: el lomo con papas al horno cuesta 4.000, la pesca del día 4.000, el wok de vegetales 3.200, la pasta 2.500, las rabas 3.000, el sándwich de milanesa 2.500, el sándwich de milanesa completo 3.000 y las ensaladas -caésar, espinaca y tibia- 3.000. Las gaseosas de 345cc y las aguas de 500cc valen 500 pesos.
Seguir leyendo: