A los 88, el teniente general VGM Martín Antonio Balza volvió a dar el sí. Fue este martes 10 de enero a las tres de la tarde con Gladys Margarita Aquino, de 76 años, chaqueña, en el Registro Civil de la calle Vicente López y frente a un grupo de familiares y amigos íntimos: 12 personas entre las que se encontraban dos de sus cuatro hijos, Santiago (que estaba junto a Ana, su esposa) y Martín y los testigos, el embajador en Sudáfrica Claudio Pérez Paladino y su mujer, Liliana Villalobos Zamora.
“Los dos somos viudos, y en marzo vamos a reunir a lo máximo a la familia para hacer una bendición religiosa”, que oficiará Monseñor Pedro Candia, quien fue Obispo Castrense. “Cómo católicos, será la ceremonia más importante”, aclara Balza.
El motivo de las ausencias fue que la pareja postergó varias veces la fecha del casamiento por civil debido a la pandemia y se complicaba compatibilizar los tiempos. Hasta que sus hijos le pidieron: “No lo postergues más”. Ella tiene tres hijos, Lizy, Francisco y Laura, que viven en Calafate, Resistencia y Paso de los Libres. El que estuvo fue su nieto, Franco Balassanian, hijo de Lizy.
La historia que hoy se concretó frente al juez de Paz Néstor Eduardo Álvarez Cid comenzó hace 56 años, en 1966. Porque Gladys, a quien todos llaman Molly, fue una de sus primeras novias. Salieron en el corto período en que él fue destinado en el Regimiento de Artillería 3 de Paso de los Libres, donde llegó como Teniente 1ero. Por entonces, el Ejército apadrinaba a la escuela 265. Allí, Molly era maestra. Un día, junto con sus alumnos, visitó la unidad militar y allí Balza la vio. “Yo no lo registré entonces, pero lo hice un poco después, cuando a la salida de misa se acercó a hablarme”, cuenta ella, vestida con un conjunto color lavanda de Graciela Ocampo, que compró en la galería Promenade del hotel Alvear Palace.
Se pusieron de novios, pero al año siguiente a Balza lo trasladaron. Gladys continuó en Paso de los Libres. Y más tarde comenzó a salir con un conocido de la niñez, Francisco Méndez, con quien se casó en Brasil, tuvo sus hijos y enviudó.
Poco tiempo después, Balza conoció en Córdoba a María Inés Serrano, con quien tuvo 4 hijos, que les dieron seis nietos. Ella falleció el 25 de octubre de 2008, mientras él estaba destinado como embajador en Colombia.
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Lo curioso es que Balza, como Teniente Coronel regresó a Paso de los Libres para conducir el Regimiento 3, con el que cumplió una destacada misión en la guerra de Malvinas. “Pero no nos encontramos nunca, aunque estuve tres años en esa oportunidad. No es una ciudad muy chica tampoco, y además . Lo importante es que nos vimos después”. Molly, sin embargo, cuenta que “los dos sabíamos cosas del otro, porque teníamos amigos en común”.
Hace aproximadamente 10 años, uno de esos amigos en común, Julio Monti, viajó a Paso de los Libres. Llamó a Balza y le dijo “te voy a pasar con alguien que vos conocés”. Y allí reapareció Molly. Monti, lamentablemente, falleció hace unos meses por COVID, con una semana de diferencia de su esposa.
Balza y Mollie intercambiaron teléfonos y así, él desde su destino en Costa Rica y ella desde Corrientes, empezaron a hablar. Al poco tiempo, mientras él estaba en Buenos Aires, Molly, que ya trabajaba en la Aduana de Paso de los Libres, viajó a la Capital. Allí, otra vez con el guiño de Monti, se volvieron a ver en una cena en el restaurante porteño El Globo. Por las dudas, Balza le pidió a su amigo que estuviera presente. Pero luego se entusiasmó y la invitó a Costa Rica. Así se selló el noviazgo, que oficialmente arrancó en 2015 y derivó en convivencia cuando él regresó a Buenos Aires y ella se jubiló y, hoy, en el intercambio de los anillos que compraron en Giovanna Di Firenze.
“Mi agradecimiento a Molly por haberme aguantado tanto. Fueron 45 años antes de volver a vernos y ni yo me olvidé de ella, ni ella de mi”, dijo luego Balza mirando a los invitados, entre los que se encontraban los generales retirados Mario Chretien -junto a su esposa, María Marta- y Gustavo Lux, “que me aguantaron mucho cuando estaba en actividad, y yo los soporté a ellos”, bromeó el novio; y en el servicio exterior, el nombrado testigo Claudio Pérez Paladino, que trabajó con Balza en Colombia, y Martín Recondo, que lo hizo en Colombia y Costa Rica.
La luna de miel no será inmediata, pero tendrá lugar en una ciudad que Balza conoce bien, Mar del Plata.
Fotos: Gustavo Gavotti
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