La historia de las vacaciones, desde la Biblia hasta Mar del Plata

Desde que Dios “descansó el séptimo día” y el emperador Augusto decretó que todos se tomaran un mes en el verano, el hombre buscó que el trabajo y el estudio se equilibraran con el ocio. En Argentina, a partir del inicio del siglo XX, distintas leyes regulan el descanso

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Mar del Plata, la meca
Mar del Plata, la meca de las vacaciones de verano en Argentina

Enero, por estas latitudes, equivale a “vacaciones”. Damos por hecho que existe un tiempo en el cual nos dedicamos al ocio. La RAE lo define como: “Descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios”. Tiempo de ocio es decir tiempo desocupado que nos invita a pensar, a recapitular, a meditar. Aunque sabemos que no es así: las vacaciones nos estimulan a gastar, al “entretenimiento”, al bochinche; es decir los llena de estímulos para que, por lo general, no tengamos tiempo para pensar o meditar. Y claro, luego de esa híper-estimulación, al culminar las vacaciones estamos muchas más agotados que cuando las comenzamos.

¿Siempre hubo tiempo para el descanso laboral? Sí, pero no como lo concebimos hoy.

Dios, en un fresco de
Dios, en un fresco de Johann Michael Rottmayr, ubicado en la Iglesia San Carlos de Karlskirche. En la Biblia dice que ordenó que hubiera un día de descanso, el mismo que se tomó él luego de los seis días en que creó el universo

En la Biblia, el mismo Dios obliga a descansar el 7mo día. En Éxodo 20:11, se nos dice que debemos honrar el sábado a imitación de Dios: “Porque en seis días hizo Yahveh los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero descansó el séptimo día; por eso, Yahveh bendijo el día de reposo y lo consagró”. El Sabbat semanal para el pueblo judío es sagrado y nadie trabaja, ni libres ni esclavos. También la Biblia consagra un año entero de descanso, el “año sabático”. Leemos en Levítico 25. 8-12: “Después de pasadas siete semanas de años, es decir, cuarenta y nueve años, al llegar el día diez del séptimo mes, harás resonar el cuerno. Será entonces el día del Perdón, y harás resonar el cuerno en todo el país. El año cincuenta será para ustedes un año santo, un año en que proclamarán una amnistía para todos los habitantes del país. Será para ustedes el Jubileo. Los que habían tenido que empeñar su propiedad, la recobrarán. Los esclavos regresarán a su familia. Este año cincuenta será para ustedes el Jubileo. No sembrarán ni segarán los rebrotes, ni vendimiarán la viña sin cultivar, pues es año jubilar. Será para ustedes un año santo en que comerán de lo que el campo produce por sí solo. Este año jubilar, cada uno volverá a su propiedad.”

El cristianismo mutó el día de descanso del sábado al domingo. El día en que los cristianos dedican el culto es el primer día de la semana, y recuerda el día de la resurrección de Jesús. De hecho, la misma palabra lo dice: “dies dominicus” en una de las lenguas latinas. Para las otras familias de la lengua es el día dedicado al Sol, el cual era considerado la divinidad suprema: Sonntag en alemán, Sunday en inglés, Søndag en danés, Sonndeg en luxemburgués, etc...

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En el año 18 A.C.
En el año 18 A.C. el emperador Augusto decretó que en agosto -verano europeo- hubiera un mes de descanso para todos (Wikipedia)

En el año 18 A.C., el emperador Augusto decretó que en todo el imperio, a la llegada de los rigores de la canícula, se tomaran un mes de tiempo de descanso. Con orígenes en la “Consualia”, fiestas dedicadas al dios Conso, un dios menor protector de los cereales. Coincidía con el fin de los trabajos agrícolas. Las fiestas incluían carreras de caballos y competiciones con animales de tiro (asnos, mulos…) adornados con flores. Los campesinos felicitaban a los dueños de los campos recibiendo, a cambio, alguna propina. Y nadie trabajaba: ni tribunos, ni nobles, ni guerreros ni esclavos, ni siquiera el ganado. Hoy en día, el Ferragosto en Italia es solo un día de celebración y coincide con el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María.

En nuestro territorio, desde la época virreinal hasta el S. XX, prácticamente solo había tiempos de descanso en las festividades litúrgicas católicas. Los domingos nadie trabajaba, ni dueños, ni peones, ni esclavos; tampoco en Semana Santa o Navidad o días de los patronos de cada región o ciudad; pero periodos extensos de vacaciones no existían.

Una de las primeras fotografías
Una de las primeras fotografías de Mar del Plata, ciudad fundada por Patricio Peralta Ramos en 1874

A fines del S. XIX, principios del XX las vacaciones comenzaron siendo un privilegio de la clase alta. Eran ellos quienes disponían del dinero para pagarlas. Podían transportarse a orillas de mar, a su estancia en el campo o allí donde el clima fuera más benigno para la salud y esparcimiento.

La primera normativa laboral de un descanso que se registra en Argentina es la Ley 4.661 sancionada en 1905, cuyo autor es Joaquín V. González, a partir de la cual se estableció el descanso dominical. Vale mencionar que, en una primera instancia, esta solo se aplicaba al territorio de la ciudad de Buenos Aires (luego se fue replicando en el resto de las provincias). Fue considerada como la “primera ley obrera” y el puntapié para otras leyes laborales.

Estatua de Joaquín V. González,
Estatua de Joaquín V. González, autor de la Ley 4.661, sancionada en 1905, por la cual se estableció el descanso dominical. Es considerada la primera norma laboral

En el año 1929 se sancionó la Ley 11.544, que reguló la duración de la jornada laboral, y se encuentra vigente hasta hoy en día. En ella se estableció que las jornadas no pueden superar las 8 horas diarias o las 48 horas semanales. Es decir que se reconoce que luego del trabajo, los obreros podían tener “tiempo de ocio”.

En el año 1933 se sancionó la Ley 11.723, a través de la cual se introdujeron algunas de las medidas protectoras más importantes para los trabajadores. Indemnizaciones y vacaciones pagas fueron algunos de los derechos más importantes, aunque en este momento solamente eran para trabajadores del sector comercial. Luego de numerosos reclamos del sector sindical, en el año 1945, y a través del Decreto 1740, el entonces secretario de trabajo y previsión Juan Domingo Perón generalizó el derecho a gozar de vacaciones pagas a los trabajadores de todos los sectores.

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Playa Bristol de Mar del
Playa Bristol de Mar del Plata alrededor de 1910. El cuerpo debía estar completamente cubierto y los varones, separados de las mujeres

No dejemos de mencionar que en el orden internacional la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el convenio 52, define como a las vacaciones anuales remuneradas del trabajador como un número previamente determinado de jornadas consecutivas, fuera de los días festivos y los días de enfermedad durante los cuales, cada año, cumpliendo el trabajador ciertas condiciones de servicios, interrumpe su trabajo y continúa percibiendo su remuneración.

La rambla de Mar del
La rambla de Mar del Plata, en su época de esplendor (Archivo General de la Nación)

En principio, la alta sociedad argentina pasaba sus periodos estivales en Mar del Plata, la Deauville o Biarritz de Sudamérica. Fundada por Patricio Peralta Ramos en 1874, comenzó a imponerse como sitio preferido para entregarse a un buen descanso veraniego. Influyeron el arribo del ferrocarril a la ciudad atlántica en 1886, el impulso que le dio Pedro Luro y la inauguración del lujoso Bristol Hotel.

Inicialmente, los visitantes se entretenían en juegos de azar, como el casino, inaugurado en 1889, y las carreras de caballos. También practicaban golf y se efectuaba el tiro a la paloma, también se realizaban largas caminatas por la afrancesada rambla de madera, el balcón para mirar y ser vistos. A lo largo de la ribera marplatense, se sucedían las casonas y palacios de la alta burguesía argentina; uno más imponente que el otro.

En 1909, saldrá una nota en el diario francés “Le Figarò” escrita por Jules Huret, que describirá con elocuencia las preocupaciones de la elite de entonces: “Se entiende que nadie va a Mar del Plata para disfrutar del mar, para admirar los cambiantes juegos de las olas sobre las rocas, la magia de los crepúsculos o de los claros de luna, porque todo el día, con una sinceridad que desarma, las gentes vuelven la espalda al océano, y no tienen ojos más que para los paseantes. Se va a Mar del Plata a lucirse, a lucir su fortuna, a divertir a las muchachas, y a armar las primeras intrigas que se resolverán en los noviazgos de invierno. Las familias de las provincias intentan mezclarse con las de la capital y hacerse relaciones; las niñas de ‘las estancias’ que anhelan lanzarse, no tienen bastante con un mes para exhibir todo su guardarropa”.

Playa de los Ingleses, hoy
Playa de los Ingleses, hoy Varese, en la década del '60. Los hoteles ubicados sobre la costa fueron demolidos en la década del '70 @FotosFamiliaMdP

Al punto tal era considerada una ciudad de la Riviera francesa que el pintor Eugenio Álvarez Dumont la plasmó en sus lienzos en un óleo sobre tela en el año 1912 cuyo título es “Mar del Plata” si observamos el cuadro, parece el paseo costero de Biarritz, pero debemos observar con detenimiento: el señor sentado de espaldas de traje blanco, tiene en su mano un ejemplar del diario “La Capital”. Y en los vidrios se lee pintado el nombre de los otros dos diarios más leídos por la alta sociedad de la época: “La Nación” y “La Prensa”.

Al declararse las vacaciones pagas, obreros y empleados podían disfrutar del tiempo de ocio, por tanto la costa bonaerense era la más simple, de alcanzar sobre todo por la llegada del ferrocarril. Pocos tenían coches, y micros de larga distancia prácticamente no existían. Así que los gremios comenzaron a construir hoteles. Así nació el “turismo sindical”. El gremio de Empleados de Comercio en 1948 fue el primero en comprar hoteles tradicionales y transformarlos en sindicales. Estos eran el Hurlingham y el Riviera. Luego, la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) compró el “Royal Hotel”.

Enero en Mar del Plata,
Enero en Mar del Plata, hoy (DyN)

Hoy, el tiempo vacacional se achicó considerablemente. Antes se vacacionaba un mes, luego 15 días, entrando en los 90´una semana; y ahora se hacen “escapadas” que comienzan un viernes culminando el domingo por la noche.

No obstante las vacaciones están y es tiempo de ocio. Por tanto intentemos descansar y desconectarnos del mundanal ruido. Y hagamos viajes hacia nuestro interior, para ver y rever lo que podamos arreglar para ser mejores, para crecer y para poder ser felices.

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