Charly García, la primera canción con “loop” y el hilo rojo que lo une con Trueno, Wos y Louta

Sting, ese brillante músico británico que todos conocemos bastante bien, explica de certera manera como funciona la música ahora. En un tik tok que se ha propagado velozmente expresa que hay grandes músicas nuevas, estructuradas, mas simples, casi minimalistas. Con canciones que han abortado el puente. Para Sting el puente en un tema es terapéutico. Porque la canción expone una circunstancia, en su alocución adhiere a una pelea de pareja, con estribillo incluído, que sumerge al personaje en una situación de desamparo, con el coro sumando desesperanza en el estribillo, hasta que aparecen unos acordes diferentes sin letra, que pueden relajar un poco el drama que llegaba haciéndole pensar al sufriente cantante o al escucha empatizado, que tal vez sea una buena oportunidad de conocer a una nueva persona que salve la vida. Aquí está ese puente que cambia un poco el relato y los tonos del final. Aunque luego la crisis sigue, pero queda un resquicio para pensar que existe una salida a la crisis existencial del comienzo.

Pareciera que hoy las canciones son más urgentes, lo que les impiden salir de los básicos acordes con los que empieza. Hay que tomarse un tiempo para armar un puente que nos saque del dilema para volver después diferente.

No soy productor, músico ni compositor, soy musicalizador de radio por naturaleza, con lo cual el valor de una canción me resulta inalterable por más que lleve 45 años haciendo lo mismo. Un gran tema es siempre un gran momento, aunque la difusión excesiva tiende a confundir todo.

Es como secuenciar un tracklist con hit+hit+hit+hit+hit durante una hora. Sería insoportable pincharlo y escucharlo, de manera tal que cada cuarto de hora necesitas meter algo nuevo o desconocido para relajar la intensidad del grandes éxitos.

La gran historia se nutre de las pequeñas historias que contiene. Quiero decir que escuchando una canción o escuchando un par de horas de música, en algún momento necesitas un puente que te mueva la cabeza en otra dirección, para poder seguir disfrutando el momento después.

El loop es una herramienta que aportó deliciosos trances a lo largo del mundo discográfico, hoy podría decirse que el loop es la base sónica de la música pop.

Ya saliendo del rock, del reggaetón y de todos los estamentos actuales, aquí se toma la palabra pop como apócope de popular, que así nació. Que millones de chicas se pongan de acuerdo por todo el planeta en escuchar determinadas canción no admite discusión. Si 80 millones de oídos se posaron en la misma obra musical, es tan cortante como argumento que hace patético todo intento de paréntesis. No hay peros que distraigan lo esencial. Ese tema es un golazo.

El Gangnam Style fue un golazo, posiblemente en contra, pero un golazo de 4,500 millones de visitas, que hoy sirve para ridiculizar a alguien, por ejemplo al coreano que lo hizo del que pocos recuerdan el nombre si es que lo tenía. Parece que el sujeto a esta altura está más loco que un plumero debido quizás a que jamás, más allá del suceso, pudo hacer una carrera artística a la altura.

Siempre se dice karmaticamente, que cuanto más alta es la subida más horrorosa es la caída. Por otro lado.

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Jamás en la historia de la humanidad se ha consumido tanta música como ahora. Lo más curioso es que no fue el mercado lo que amplió la musicalidad de la gente, fue la cibernética. El acceso a las nuevas plataformas ha colocado a todo el mundo en las puertas de la completa accesibilidad respecto de obras musicales.

Ya se sabe que la información ha transformado para siempre el planeta música. Lo vaticinó hace dos siglos el gran filósofo alemán Arthur Schopenhauer. No es que hay música en el mundo, hay un mundo que es de música. Y es tan vasto y tan complejo como el mundo de la religión, el mundo de la política o el mundo de la medicina.

Nuestros hijos están viviendo un microcosmos en idioma neutro sostenido en loops, si de música hablamos. Como en el cosmos también, nada es nuevo. Todo ya está, hace falta que alguien corra el velo de la ignorancia.

El loop llegó un día para quedarse y con motivo.

La primera vez que yo, no se ud., escuché un tema en loop fue “Yendo de la cama al living” abriendo el primer trabajo solista de Charly García. Aparecido unos meses después de la banda de sonido de la película Pubis Angelical, nacida de un libro del enorme Manuel Puig, dirigida por Raul De La Torre con Alfredo Alcón y Graciela Borges. Ella misma me contó que para hacer las escenas Raul De La Torre primero lo hacía tocar a Charly para luego de eso encarar las tomas. Ambos discos en principio se editaron por separado, aunque con el tiempo en las reediciones los juntaron.

Eran unos años de vértigo para Charly, que comenzaron después de La Máquina de Hacer Pájaros, cuando graba el show “Música del Alma” con David Lebón, Raúl Porchetto, Leon Gieco y Nito Mestre entre otros amigos. Lo grabó porque estaban escasos de dinero y con Lebón decidieron irse un tiempo al exterior. Los militares ya estaban insoportables así que viajaron a Buzios. De ahí sale Serú Girán, quienes graban los 5 discos de estudio mas los dos vivos, que son hoy el compendio de todo lo que una banda de rock podía ofrecer en esos años.

Ese disco es inconseguible, porque parece que nadie sabe quién se quedó con el master de la grabación, ya que el sello Shazam Records de Oscar Lopez se fundió sin dejar descendencia. Tuvo muchas reediciones truchas que fueron horribles.

Después de Serú aparecen los disco Charlyanos “Pubis Angelical”, “Terapia Intensiva” que era sonido de una obra de teatro de Antonio Gasalla y mas tarde “Yendo de la “Cama al Living” con Spinetta, Pedro Aznar, Nito y otros parceiros.

De allí a “Clics Modernos” hay solo un viaje a New York para grabar con Joe Blaney.

Hay que tener en cuenta obviamente que eran los años póstumos de la infame dictadura, así que la cultura joven empezaba lentamente a tomar color, en una suerte de efecto Polaroid.

“Yendo de la cama al Living” en la actualidad podría ser visto como la referencia mas nítida de lo que vendría después, hasta convertirse en este sonido que hoy los más jóvenes toman como propio y a sus padres no dejan de sorprenderlos.

Quizás en el futuro sea mas nítida la delgada línea roja que une al Charly pre “Clics Modernos” con Trueno, Wos, Louta y demás traperos, raperos y lo que sean que 40 años después crearon su propio estilo encaramados en loops más elaborados y marcianos.

Escuchar hoy este disco puede ser una llave del mandala que aclare la escena para entender y disfrutar mejor de toda la oferta musical que hoy tienen en stock esa camada de conjuntos y solistas que llevan a nuestros jóvenes a multitudinarios paseos del Movistar Arena al estadio de Vélez Sarsfield.

Para empezar hay que tener muy en cuenta que “Yendo de la cama al living’' es el más auténtico disco solista de Charly García, porque lo grabó él solo, sin banda ni sesionistas. Encargándose de los sintetizadores Moog polifónico y Mini Moog, teclados, programación de baterías, piano electroacústico, guitarras sintetizadas y eléctricas entre otros enseres.

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A esto hay que sumarles los aportes en algunas canciones de la batería de Willy Iturri, mas los instrumentos y voces de Leon Gieco, Luis Alberto Spinetta y Pedro Aznar. Escuchar este álbum hoy es un viaje al estilo Tony y Douglas dentro del Túnel del Tiempo, flotando como en un flotario, entre la psicodelia y la vida rudimentaria.

Es uno de esos discos que rozan la perfección de la época.

Abre con “Yendo de la cama al living” y enseguida aparece “Superhéroes” a dúo con Nito Mestre, en una especie de Sui Generis digital.

Nos encontramos después con “No bombardeen Buenos Aires” en la que un Charly todo terreno acompañado únicamente con Iturri nos llena de rock. Con una letra que suena eterna.

La secuencia musical es altísima con “Vos también estabas verde” que es poesía en estado puro, “Yo no quiero volverme tan loco” con Leon Gieco, “Canción de 2x3″ con Spinetta, la inmensa “Peluca telefónica” con Aznar, Luis y Willy Iturri y el final con “Inconsciente Colectivo” con piano y batería es sencillamente genial.

Como es notorio son todas composiciones complejas, de grandes melodías producidas por el mismo Charly mas el siemprepresente Amilcar Gilabert mezclando todo eso en ION.

De todas maneras, quizás la más trascendente de todas haya sido “Yendo de la cama al living” que es el loop del comienzo sostenido hasta el final, todo en manos y garganta de Charly.

Mismo en el show presentación a fines de ese año en un Luna Park colmado de incondicionales, el comienzo fue con “Yendo de la cama al living” en memorable versión con una de sus bandas legendarias, GIT, Pablo Guyot, Iturri y Alfredo Toth, más los vientos de Daniel Melingo con El Gonzo Palacios, Fabiana Cantilo en los coros y un Fito Paez de 20 años que empezaba a dar cátedra.

Un prolijo Charly vestido de blanco casi inmaculado daba comienzo a la era de oro del rock argentino.

Pasa que hoy, entre tanto loop y parafernialas protoolizadas, la realidad doméstica nos hace creer que estamos ante el futuro que nos prometían, pero como Tony y Douglas en El Túnel del Tiempo, el nuevo episodio no era ni verdadero ni definitivo, era solo un paso mas hacia un desenlace que jamás conocimos.

De manera que nos toca ahora ser un poco Charly a todos, mientras pensamos que mirando las nuevas olas, somos parte del mar.

Para terminar, una frase que enseña y sienta jurisprudencia, que estaba impresa en el sobre interno de la edición original en vinilo.

“Si se grita pidiendo verdad en vez de auxilio / Si se compromete algo con un coraje que no se está seguro de poseer / Si se pone de pie para señalar lo que está mal sin pedir sangre para remediarlo / Entonces es rock. (Pete Townshend)

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