“Las leyes de migraciones para la bebé y para nosotros son muy favorables”, admitió Denis Dikarev, un ruso oriundo de Moscú que llegó a la Argentina el mes pasado junto a su mujer embarazada para parir en Buenos Aires y arrancar una nueva vida familiar alejada de la guerra.
Ellos forman parte de un fenómeno migratorio que está en contra de la invasión de Putin en Ucrania y buscan un futuro mejor lejos de la vista del jefe del Kremlin. “Vimos varias opciones y Argentina es un país abierto para inmigrantes, muy democrático y con gente maravillosa”, dijo el ruso en declaraciones a Radio Con Vos, en momentos donde muchos argentinos deciden radicarse en el exterior justamente con ese objetivo.
Consultado al respecto, prefirió no meterse en polémicas, pero destacó: “Cada país tiene su propio problema. Hay que esforzarse y trabajar porque la definición de ‘buscar un futuro mejor’ es relativa”.
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Actualmente, Denis sigue manteniendo el mismo trabajo que tenía en Moscú ya que trabaja de manera remota como Director de Inversiones en Finanzas. “Para la gente que tiene un empleo a la distancia como el mío es más fácil instalarse porque encontrar un trabajo acá no es fácil. Todavía no he conseguido”, señaló el ruso.
Sin embargo, contó que está muy a gusto en esa empresa y que espera continuar. Al menos hasta que conozca bien el mundo de las finanzas argentinas, que aún no ha explorado demasiado.
El hombre recordó que cuando llegó a Buenos Aires su esposa, Elena, estaba de 6 meses y que optaron por no atenderse en un hospital público, como sí lo hacen muchos de sus compatriotas. “Buscamos un doctor en un hospital privado porque no queremos gastar el dinero de los contribuyentes argentinos. Decidimos pagar los honorarios del doctor”, se sinceró Denis, quien tiene una buena posición económica.
En ese sentido, dijo que la mayoría de los rusos que eligen venir a vivir a la Argentina “son de clase media porque solo el vuelo cuesta más de 1.000 dólares y encontrar una habitación para vivir también cuesta mucho”. Y agregó: “Hay mucha gente que no lo podría pagar”.
Si bien hay otros rusos que optan por instalarse en Chile, Uruguay y Paraguay, él está convencido -porque no tiene estadísticas al respecto- de que “la mayoría que de los que vienen a Sudamérica eligen Argentina”.
Consultado acerca de cuál fue el detonante que lo impulsó a emigrar, Denis admitió el temor que le generó la decisión de Putin de invadir Ucrania. “Tuvimos miedo que me llamaran para alistarme en la guerra”, señaló.
“Esperamos que esta situación cambie en el futuro porque nuestro país también es maravilloso, con lugares muy hermosos y gente muy buena. Hoy, vemos a la Argentina como una patria nueva”, aseveró Denis, quien ya tiene decidido el nombre de su beba, que nacerá en marzo. “Se va a llamar Iva, como Eva (Perón) pero con I”, admitió entre risas.
Denis y su esposa forman parte de un fenómeno que el periódico inglés The Guardian tituló “turismo de nacimientos” (birth tourism) que tiene a la Argentina como principal destino por la facilidad para viajar al país, el hecho de que no pida una visa y la libertad que les concede el hecho de contar con una segunda nacionalidad a la hora de moverse en el mundo.
En un extenso reportaje, el diario británico cita datos de la embajada rusa en el país para afirmar que en 2022 -año de la invasión a Ucrania- unos 2.500 rusos se mudaron a la Argentina. Muchos de ellos fueron mujeres embarazadas que eligieron el país para el nacimiento de sus hijos. Las estimaciones de la embajada indican que en 2023 podrían ser 10.000 los que lleguen al país, más que nada por turismo de nacimiento.
El turismo de nacimiento no es algo nuevo en la cultura rusa. Con solo 80 países del mundo abiertos sin restricciones para los ciudadanos rusos, era común viajar a Miami u otros destinos con el objetivo de conseguir otra nacionalidad a los niños. Pero eso fue hasta que Putin ordenó la invasión a Ucrania y las sanciones se fueron multiplicando en todo el mundo. Ahora, el principal destino es Buenos Aires.
Una de las principales ventajas del pasaporte argentino es que sus ciudadanos pueden realizar viajes de corta duración a 171 países sin visado, incluidos la UE, el Reino Unido y Japón, mientras que obtener un visado estadounidense de larga duración “no es muy difícil”.
El sistema de salud, tanto público como privado, es uno de los atractivos para el turismo de embarazadas. Pero también factores como la facilidad para afincarse en el país: los padres del niño nacido en Argentina pueden tramitar fácilmente la ciudadanía en unos dos años, algo sencillo en términos internacionales. Y no solo embarazadas llegan a Buenos Aires. También trabajadores de la industria tecnológica que ven un destino donde continuar sus carreras luego de que el clima de negocios se resintiera seriamente en Rusia. Además de un buen lugar para estar lejos de cualquier intento de reclutamiento para ir a pelear a Ucrania.
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