Mar del Plata ofrece una amplia variedad de restaurantes. La oferta gastronómica es vasta y variopinta. Hay de todo y para todos. Pastas, carnes, pizzas, pescados, mariscos. Una reseña de ocho célebres restaurantes de La Feliz que permite dilucidar cuánto cuesta, en promedio, un plato de comida en las principales casas de comida de la ciudad. Están los históricos con décadas de presencia y penetración en la sociedad y están algunos concebidos en el nuevo siglo con una fuerte imposición en la cartelera gastronómica. Un recorrido para deleitarse de la cocina marplatense.
Montecatini
Hay cuatro sucursales en Mar del Plata. La primera, la original, es la de avenida Colón y Corrientes. Su inauguración fue el 30 de noviembre de 1963: 1.700 personas pudieron deleitarse con los platos de un servicio gastronómico enfocado en el turismo. Pasaron sesenta años y tres sucursales más: La Rioja y 25 de Mayo, Belgrano y Corrientes, Santa Fe y San Martín. Martín Juliano, su gerente, infló el pecho: “Somos, junto a Manolo, los mayores referentes de Mar del Plata en cantidad de clientes por el volumen que trabajamos”. Presume de una capacidad instalada de 1.300 sillas y tres de las cuatro sucursales comparten un radio de seis cuadras. “Si repetimos la afluencia de la temporada pasada nos damos como satisfechos”, expresó.
Su cocina se destaca por las pastas y las milanesas. Los platos favoritos son dos: la milanesa napolitana que cuesta 2.300 pesos, es para compartir y trae fritas, y los ñoquis verdes souffle a la crema gratinados con queso parmesano que valen 1.750 pesos. Toda la carta está publicada en su página web. También ofrece un menú infantil de 1.550 pesos con plato principal, bebida y postre y una promoción de almuerzo con plato principal, bebida y postre a 2.100 pesos.
El Torreón del Monje
Un ícono de la ciudad es también un ícono de la gastronomía local: no podía ser de otra manera. Es tan representativo de Mar del Plata que no tiene dirección: no hace falta. Se encuentra en el Paseo Jesús de Galíndez y carece de un domicilio numérico. Es una de las obras arquitectónicas que se usan para identificar a Mar del Plata. Lo ideó Ernesto Tornquist, un empresario y estanciero, que quería construir un castillo de estilo medieval sobre la playa para que se destacara de los chalets de veraneo de las familias pudientes y porteñas. El imponente edificio se construyó a principios del siglo XX y aún en la actualidad concentra el interés de los turistas.
En su interior, claro, hay un restaurante. Su carta tiene 22 páginas y es pública. Para llegar a los platos principales hay que sortear la cafetería, los té, los desayunos y meriendas, la pastelería, las tostadas, los tostados, las medialunas, el brunch y las entradas: la porción de rabas servidas con alioli cuesta 3.780 pesos, lo mismo que los langostinos apanados con coco. De la carta de platos se destacan la pesca Torreón -pesca del día con ñoquis de ricota ahumada y crema de ajos confitados- que vale 3.940 pesos, la bondiola braseada que está a 4.300 pesos y el bife de chorizo -servido con polenta grillada con panceta y hongos- que cuesta 4.460 pesos.
Tisiano Ristorante
Claudio es uno de los mozos de Tisiano Ristorante desde hace once años. El local gastronómico está desde 1998. Ubicado en la calle San Lorenzo 1332, se destaca preferentemente por su cocina italiana. En su cuenta de Facebook, la descripción está en idioma italiano y se define como un “restaurante italiano, especializado en pastas y pizzas, donde también encontrarás deliciosos platos de pescado”. El fuerte, dice Claudio, son las pastas caseras: ravioles, sorrentinos, cintas, lasagna de la casa, canelones. La capacidad es para 120 cubiertos, tiene delivery y reservas.
“Los platos son abundantes, por eso recomendamos que compartan”, sugiere Claudio. El promedio de gasto de una familia tipo (dos adultos y dos hijos) es aproximadamente de entre diez y doce mil pesos: incluye una entrada, plato principal y postre. Una referencia: los ravioles con salsa incluida cuestan 3.000 pesos y una pizza de ocho porciones de muzzarella vale desde 1.500 pesos en adelante.
La Tranquera
Ezequiel Greco es uno de los dueños de La Tranquera, un restaurante ubicado en la entrada de Mar del Plata, sobre avenida Constitución 6576. “Una de las causas por lo que somos un lugar icónico de la ciudad es porque estamos hace 33 años ofreciéndole carne de primer nivel a los turistas y a los marplatenses”. Cuando habla de carne enumera asado, vacío, lechón, cordero y una oferta grande en carnes a la parrilla, bifes de diferente tipo y una amplia cava. Se denominan especialistas en la cocina criolla. “Por historia familiar aprendimos a cocinar carnes de manera tradicional, consistente en usar el mejor quebracho colorado, tiempo y distancia justa de cocción y las manos de nuestro asador en su preparación hasta su retiro del fuego”, expresan en su página web.
Trabajan con reserva, abren al mediodía y a la noche, y cuentan con una capacidad para 135 comensales. Abrieron para Año Nuevo con una prometedora cantidad de visitantes. “Se ve una afluencia de turistas bastante importante, desde donde estamos nosotros vemos bastante movimiento en el ingreso a la ciudad”, dice Ezequiel. Lo que más se vende de su carta es el menú Don Rubén, que consiste en empanada, chorizo, morcilla, asado, pechito de cerdo, ensaladas y papas fritas. Todo eso cuesta 2.400 pesos. La opción premium incluye también matambre tiernizado y postre: 2.900 pesos.
Trattoría Napolitana Véspoli
“Esta casa ha sido distinguida por el Club de Leones y la Comuna de Sorrento, Italia, por la difusión de la Cultura y la Gastronomía de la Península Sorrentina en nuestro país. Habiendo sido premiada como la ‘verdadera y única sorrentinería en Argentina’”. Distingue lo que es la Trattoría Napolitana Véspoli, el restaurante que presume de ser la primera sorrentinería del país. La fundó Francisco Saverio Véspoli, quien llegó a Mar del Plata en 1887 procedente de Sorrento, Italia. En Argentina nació Argentino, su único hijo argentino. Se radicaron definitivamente en la ciudad balnearia hacia principios de siglo XX, después de superar el desarraigo. Fundaron un hotel donde le daban de comer a sus huéspedes. Se instalaron en la zona de La Perla: primero en la Plaza España, después en la calle 25 de Mayo y finalmente en 3 de febrero 3154.
Trattoría Napolitana Véspoli es un emblema gastronómico de la ciudad y los sorrentinos, un invento argentino. El 20 de diciembre pasado cumplieron cincuenta años en la casona donde están ubicados ahora, resistiendo a los embates de modernización. La vedette de la demanda del público son los sorrentinos: hay de jamón y queso, de espinaca y ricota con la salsa Véspoli -queso fundido, crema y albahaca-. “A la gente le gusta mucho”, dice Pablo Barranachea, su administrador. “Hay una pequeña entrada con fiambres elegidos y de postre la famosa tarantela casera, mousse de chocolate y el postre Don Chiche, en honor al fundador de la casa y el creador de los sorrentinos”, agrega orgulloso. ¿Los precios? “Normalmente el gasto medio está entre tres mil y cuatro mil pesos como máximo por persona, siempre y cuando uno elija un vino estándar”.
La Bodeguita
Hace 22 años que en Mar del Plata hay una bodeguita como la cubana, como la que también se desperdigaron por España, Alemania, México, Costa Rica, Bolivia, Inglaterra, Colombia, República Checa y Venezuela. La Bodeguita del Medio es toda una institución en la cocina mundial. Pablo Senno, su gerente en la casa que ocupa un gran radio en la calle Castelli 1252 y dispone de 150 cubiertos, cree que se estableció como un ícono de la ciudad “porque ofrecemos un menú diferente: cocina cubana, caribeña, latinoamericana. Somos los únicos en la ciudad que ofrecemos una carta tan particular”.
“La gente también nos elige por los shows: tenemos shows todos los días”, aduce Pablo. Entre el público se suele reconocer al comensal cubano, venezolano, colombiano y de todas partes del mundo. “Eso es un diferencial que nos gusta remarcar”, valida el administrador. El plato tradicional del lugar es la Ropa vieja, el famoso plato cubano de carne desmechada. “Después tenemos algo más nuestro: el vacío bodeguita y los rolls de langostinos”, agrega. Pero la Ropa vieja es el plato insignia: cuesta 3.200 pesos y es, como el resto de los platos del menú, abundante. El promedio del cubierto por persona oscila entre los 3.000 y los 3.200 pesos. Una familia tipo de dos adultos y dos niños gastarían entre diez y doce mil pesos. “Parece que va a ser una buena temporada”, concluye.
Costa Pacífico
En Garay 2270, hay un restaurante que abrió el 2 de noviembre de 2019, cinco meses antes de que la pandemia obligara el cierre de toda actividad gastronómica. Costa Pacífico resistió y se estableció en la multifacética cartelera gastronómica de Mar del Plata como una opción distinta. Leonardo, su administrador, lo define como “un lugar que transmite un ambiente relajado para disfrutar de sus patios y terrazas en el macrocentro de la ciudad”. Por noche reciben cerca de 200 comensales.
“El menú es acotado pero variado -describe-. Pescado, carnes rojas, ribbs de cerdo, la ensalada Gohan que trae los mismos ingredientes del sushi de salmón rosado, pastas y un picoteo variado”. También se destacan por la amplia carta de cócteles de autor. Todos los platos principales son para recomendar así como sus postres para compartir entre dos. El promedio del cubierto es de entre 2.500 y 3.000 pesos por persona.
Banderita
Banderita no tiene segundas interpretaciones. Su nombre obedece a una especialización: el asado banderita. Sobrevive en Mar del Plata desde hace siete años: la sede fundacional es Avellaneda 2702. También tiene una Olavarría 3043 y una tercera en Alem 3926. Entre las tres sucursales dispone de 380 cubiertos. El dueño de la parrilla es también dueño de frigoríficos, lo que garantiza platos con carne premium. El plato más pedido por el público es el ojo de bife: la vedette de la casa. También son muy codiciados los diferentes formatos de tabla con cortes de carne y achuras. Pero la especialidad de la cocina no deja de ser el asado que le da nombre al restaurante.
El cubierto, en promedio y eligiendo cualquiera opción moderada de la carta, cuesta 4.000 pesos por persona con bebida y guarnición. El asado banderita vale 4.350 pesos y es para compartir. El ojo de bife -650 gramos de carne- cuesta 3.990 pesos. Están abiertos mediodía y noche todos los días, y hasta tienen un servicio express de compra al paso.
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