Desde la capital de la provincia de Córdoba, Jano y su mamá, Florencia, se conectan a una videollamada para charlar con Infobae. La charla incluye un improvisado concierto de clarinete del niño de 10 años que se declara un “fan de la física cuántica” en cada uno de los videos que sube a su canal de YouTube, donde explica distintos conceptos de la ciencia que estudia las cosas a nivel atómico y subatómico. Su pasión paralela es la música, y ahora que está de vacaciones aprovecha para practicar más que nunca sus melodías favoritas.
En sus redes sociales lo conocen como Jano Quantum, un apodo que incluye un guiño a la palabra latina traducida como “cantidad”, y que en el caso de la física hace referencia a la unidad mínima de energía que puede transmitirse en cualquier longitud de onda. Recientemente pasó a quinto grado, y comenta que le fue muy bien este año en la escuela. “Tengo muchas materias preferidas, porque en mi escuela aprendemos mucho de música, así que me gustan materias como coro, instrumento, teatro y plástica, pero obviamente también me gusta mucho matemática”, cuenta sonriente.
Sobre el origen de la vocación científica asegura que no se trata de un legado familiar, porque no hay muchas personas en su círculo cercano que entiendan las teorías que estudia. “Podría mencionar a mi abuelo, que con él tuve algunas charlas y creo que es el que más que nada me hablaba de física clásica desde que yo era chiquito, pero a mí me gusta la cuántica, que es totalmente diferente”, revela. Todo cambió hace tres años cuando encontró una página Web de astronomía y divulgación científica donde vio un video titulado “Física cuántica para principiantes”.
“Ahí fue donde tuve más o menos una idea de qué era, y dije: ‘Esto es genial, quiero saber más de esto’. Me puse a investigar y a investigar, hasta que empecé a tomar clases con un profesor de Física, que se llama Federico, y me encantaba aprender con él”, relata con nostalgia, porque el docente se mudó a Alemania para trabajar con computadoras cuánticas. Durante un buen tiempo, charlaban dos veces a la semana durante una hora sobre diferentes temas, y sin dudas era el momento preferido de Jano.
“Estuvo buenísimo porque vimos conceptos que son muy difíciles, como el Pomeron por ejemplo, que es una partícula con la que se me armó un poco de lío y estuvimos casi un mes hablando de lo mismo, hasta que lo entendí, porque son temas que se están estudiando todavía, teorías en constante revisión, y por eso es muy difícil”, repasa con entusiasmo. Y se lamenta: “Esta Navidad Fede vino a Argentina, y estaba rebosante de alegría porque nos íbamos a ver en un bar para charlar de física, y justo le agarró Covid, así que no pudimos vernos, y tendremos que hacer alguna videollamada más adelante porque ya volvió a Alemania”.
Actualmente está sin profesor, pero no se desmotiva en lo absoluto y recurre a su espíritu autodidacta. “Todo viene a raíz de si te gusta o no, y a mí me costó mucho llegar a ese primer video que me atrapó bastante, porque estaba bien explicado, y aunque era poco lo que decía, me despertó mucha curiosidad”, expresa. Y agrega: “Al principio como no tenía nadie que me enseñe, agarraba los textos que estaban en inglés, les sacaba foto y los traducía en Google, pero por suerte este año empecé a estudiar inglés, porque las palabras de la ciencia son muy específicas”.
“Es muy difícil conseguir un profe de algo tan específico, cuesta, pero yo sigo investigando, ya sea leyendo libros en la biblioteca de mi escuela durante los recreos o viendo videos”, asegura. “Me gusta leer, y antes de que terminen las clases estaba leyendo Desayuno con partículas: la ciencia como antes se ha contado -el bestseller de Sonia Fernández-Vidal y Francesc Miralles publicado en 2014- y es un libro grandote, con muchas páginas, pero me lo devoré en una semana, porque me atrapó mucho la historia”, agrega emocionado, y confiesa que lo hubiera leído dos veces de ser posible, pero tenía que devolverlo antes de que termine el ciclo lectivo.
Es el único alumno de su grado al que le gusta la física cuántica, y admite que le cuesta que los niños de su edad entiendan los temas que le interesan, pero no se da por vencido y sociabiliza cada vez que puede. “Tengo una seño a la que también le gusta aprender de física, y la verdad es que fue un golpe de suerte encontrármela. Es colombiana y ahora al menos tengo alguien a quien decirle en el recreo: ‘¿Qué pensás de los quarks?’”, bromea con una sonrisa que ilumina la pantalla. Surge de su interior el deseo de compartir con el mundo lo que va aprendiendo, y al ver la facilidad que tiene para explicar temas muy complejos, su madre le ofreció que volcara esos conocimientos en un canal de YouTube.
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El pequeño divulgador considera a las redes sociales como una herramienta de difusión, y le gustó la idea de tener un archivo virtual para subir material. “Hoy justo vamos a grabar un video, y la verdad es que no es grabar y subirlos, hay que elegir los efectos, editarlos un poquito, y tardo un buen rato, pero acá en la casa de mi mamá tengo mi pasillo, que es blanco, y ahí mismo grabo los videos, sentado con un trípode donde pongo el celular”, indica, mientras señala dónde se encuentra su lugar preferido para filmar.
“Es todo bien casero. No tenemos un equipo ni nada. Yo digo: ‘Voy a hablar de tal tema, hago una introducción, después desarrollo, y me despido’. Si no me acordé algo lo corrijo y lo digo después, no es que hago un diagrama de cómo lo voy a decir ni nada, es según como me salga”, detalla sobre el detrás de escena. Cuando grabó el primer contenido saludó al público con una frase que se convirtió en un clásico de sus clips: “Hola, soy Jano, y soy un fan de la física cuántica”. Él mismo se encarga de la postproducción, y reconoce que le lleva mucho tiempo, pero una vez más, el motor es su pasión. “Me gusta tanto no me doy cuenta; quizás estuve horas con algo y para mí fue un minuto”, manifiesta.
Sus padres se divorciaron tiempo atrás, pero Florencia asegura que mantienen muy buena relación, y ambos priorizaron el acompañamiento en los intereses de su hijo, tal como fueron surgiendo, con curiosidades científicas que en un momento excedieron sus conocimientos básicos y recurrieron a clases particulares. “Estudiaba piano con el método Suzuki cuando tenía 3 años, y después le gustó el clarinete, así que ahora practica a todas horas porque también le gustan los videojuegos y creó una canción hace poco”, revela la madre de Jano, mientras el niño muestra el instrumento a la cámara para ofrecer tocar la banda sonora de la saga de Harry Potter, porque también es un amante de la ciencia ficción.
“Me encanta la música, hay que resaltar eso, porque tampoco hay que dejarla de lado, y para mí se complementa perfecto con la física. A mi mamá le gusta mucho la música, así que creo que esa faceta viene de ella”, agrega quien tiene casi 9000 seguidores en Instagram.
El CERN, el sueño de Jano
“Tengo decidido estudiar la carrera de Física cuando sea grande, y me encantaría trabajar en el CERN”, proyecta el niño cordobés con mucha ilusión, haciendo referencia a la Organización Europea para la Investigación Nuclear, comúnmente conocida por la sigla CERN por su acrónimo en francés. En Suiza opera el laboratorio de Física más grande del mundo, el mejor lugar para el aspirante a convertirse en físico cuántico. “Hace poco me regalaron un kit con un montón de cosas de ahí, donde me dieron remeras, un casco, que son los mismos que usan allá, y varias cosas más que me encantaron, además de una dedicatoria personal para que siga estudiando mucho”, cuenta invadido por la emoción.
Durante la entrevista lució uno de los regalos, la remera que tiene impresa la frase “I love CERN” con un corazón, para dar cuenta de que ese anhelo funciona como un motor para seguir aprendiendo hasta alcanzar la meta. “Quiero trabajar en física de alta energía, que básicamente trabajan haciendo experimentos y con aceleradores, y al fin y al cabo también descubren partículas, como el reciente Bosón de Higgs, que siglo atrás teorizó el físico Peter Higgs, y quedó ahí por 50 años hasta que lo volvieron a considerar, porque todo tiene que ver con todo cuando se trata de física”, remarca.
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“El CERN es la unión europea para la física nuclear, pero no solo hay europeos trabajando ahí, hay argentinos también, profesionales de todas partes del mundo, promoviendo la investigación”, celebra Jano, que sueña con convertirse dentro de algunos años en un representante de la bandera celeste y blanca que apuesta a la ciencia. A la hora de nombrar referentes que admira, no duda en posicionar en el listado a Erwin Schrödinger. “Es un físico cuántico famoso por por haber desarrollado la ecuación de Schrödinger, y otro que también me gusta es Richard Feynman, por haber inventado algo que a mí me encanta, que es el arte gráfico de la física, a través del diagrama de Feynman”, explica con soltura, la misma que demuestra en cada uno de sus videos. “Siempre en mi colegio me disfrazaba de él para Halloween, y era gracioso porque todos iban de fantasmas y yo iba de Richard Feynman”, revela con humor y picardía.
Aunque le gustaría tener más material sobre física en su casa, por ahora tiene una colección de piedras y otra de legos. “Me gustan mucho ese tipo de instrucciones para armar cosas, y no tengo muchas cosas de física cuántica porque es algo bastante específico, no es algo que encuentres en una juguetería”, remarca. Con seriedad, asegura que a veces “la física se subestima”, sin considerar que implica un estudio continuo.
En el 2022 Jano fue uno de los ganadores del 14° concurso nacional de relatos, historietas y cuentos cortos “Contemos la Ciencia” organizado por Academia Nacional de Ciencias, que tuvo como tema “el vidrio”, donde se presentaron 269 trabajos por 618 alumnos de escuelas de distintas localidades de nuestro país. Al recibir la distinción tomó el micrófono y contó de qué se trataba lo que escribió. No fue la primera vez, porque el año pasado ya había ganado el primer premio en un concurso de la Olimpiada Argentina de Física.
Si bien agradece los logros y los reconocimientos, su postura filosófica trasciende la valoración que brinde el afuera, y lo ejemplifica con el mismísimo Premio Nobel. “A mí me gustaría descubrir una partícula, pero la verdad es que no sería para ganar el Premio Nobel, porque me lo ganaría solamente por mi trabajo, pero la satisfacción de descubrir una partícula ya es más que suficiente”, sentencia. Y añade: “Si tengo que elegir entre ganar un premio Nobel o no ganarlo pero haber descubierto algo, no lo dudo y elijo la segunda opción, porque lo que importa es haberlo hecho”.
Una de las traducciones del nombre Jano es “el que es brillante como el Sol”, y no hay duda de que le hace honor con su carisma y su increíble aporte como pequeño divulgador. Después de tocar tres canciones con su clarinete, vuelve a su rol de productor de contenidos para grabar un nuevo video para su canal de YouTube @JanoQuantum, donde combina su alma de artista con la del físico cuántico en el que anhela convertirse.
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