Milagro en Almagro: un auto terminó incrustado en un kiosco y dos personas lograron escapar a tiempo y salvar su vida

El hecho ocurrió este viernes por la madrugada en la esquina de Castro Barros y Belgrano. El conductor se quedó dormido al volante. Presentaba un total de 2,2 gramos de alcohol en sangre, 3 veces más del nivel permitido

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El momento en que un auto terminó incrustado en un kiosco

Este viernes, el barrio porteño de Almagro amaneció con un accidente que podría haber terminado en una tragedia fatal. A las 2:25 de la madrugada, un conductor alcoholizado se durmió al volante y terminó incrustado en un kiosco. Un cliente y un empleado del local, ubicado en Castro Barros y Avenida Belgrano, lograron salvarse de milagro.

Las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona registraron el impactante momento en el que el vehículo, un Peugeot 307, atraviesa todo el frente del kiosco, el cual quedó completamente destruido.

Al momento del choque, el conductor, de 41 años, presentaba un total de 2,20 gramos de alcohol en sangre, tres veces más del nivel permitido en la Ciudad de Buenos Aires, donde el máximo tolerado es de 0,5. De acuerdo a los registros fílmicos, el auto venía circulando desde Castro Barros a una alta velocidad.

El vehículo destruyó todo el
El vehículo destruyó todo el local

En los instantes previos al incidente, un cliente visualizó las luces del auto que se acercaba rápidamente, y gracias a sus reflejos, corrió hacia uno de los laterales, logrando escapar a tiempo. Dentro del kiosco se encontraba Marcos, uno de los empleados del turno nocturno. “Estaba despachando unos cigarrillos, cuando escucho el freno del móvil. Apenas me dí vuelta, ya tenía el auto encima. Pude retroceder un poco, pero quedé presionado en el fondo del local”, contó el encargado del kiosco al canal C5N.

“Veo que el conductor no estaba consciente, y que también estaba impactado”, agregó.

“Antes del momento del choque el cliente cambió de opinión, me pidió otro tipo de cigarrillos y por eso es que tuve que ir al fondo”, detalló el empleado del comercio, que aseguró que se salvó “por obra de Dios”. Tras el impacto, Marcos quedó atrapado bajo las estanterías del kiosco.

Minutos más tarde, personal de la Comisaría Vecinal 5B de la Policía de la Ciudad y una ambulancia arribaron al lugar para asistir a las víctimas, quienes no presentaron lesiones de gravedad.

Por su parte, la Unidad de Flagrancia Oeste de la Fiscalía General, a cargo de Inés González, dispuso realizar el control de alcoholemia al conductor, que terminó por comprobar su elevado estado de ebriedad. Con el resultado del test, la Fiscalía ordenó el secuestro del coche y de la licencia de conducir del hombre.

Un auto atravesó un kiosco en Almagro

Tras el choque del vehículo, tanto el interior como la fachada del kiosco quedaron en ruinas. El mayor daño lo sufrieron el vidrio y las rejas protectoras del exterior, a los que el auto atravesó de manera directa.

Félix, dueño del comercio, relató que “sufrió un ataque de nervios” luego de ver el estado del local, su principal fuente de ingresos. “La Policía nos dijo que el caso lo pasó a Fiscalía y que el seguro tendrá que encargarse de los gastos de todo”, sostuvo en declaraciones al citado medio.

“Yo dependo de esto, mi familia depende de esto. Nos tocó mucho sacrificio levantar este kiosco. Me da mucha tristeza”, concluyó.

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Mayores controles

Días atrás, la Secretaría de Transporte y Obras Públicas porteña informó que duplicará los controles de alcoholemia en la Ciudad de Buenos Aires para las fiestas de Año Nuevo, con un total de 20 puestos ubicados en puntos estratégicos.

Las autoridades estiman que el 21% de los siniestros fatales registrados en Capital Federal —1 de cada 5— están vinculados con el consumo de alcohol. Por eso, para reducir la cantidad de accidentes viales, desde 2016 a noviembre de 2022, los controles de alcoholemia se incrementaron un 177% (de 119.772 a 331.986) mientras que la cantidad de positivos disminuyó de 3,3% a 1,5%.

En CABA, el límite máximo permitido de alcohol en sangre es de 0,5 gr/l para vehículos particulares, 0,2 gr/l para motociclistas y 0,0 gr/l para principiantes y conductores profesionales. A partir de este año, las personas que dan positivo en un control se les quita la licencia por un mínimo de dos meses y para recuperarla es obligatorio realizar un taller de seguridad vial.

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