Nadie dice nada, pero en una terminal de un aeropuerto descansa un avión con un mensaje potente e incómodo para muchos. Tiene tres frases en inglés y la imagen de dos personas, una mujer y un hombre. La mujer está muerta, fue asesinada a los 22 años. El hombre todavía vive, pero está detenido a la espera de su ejecución. Antes de que eso suceda, este avión saldrá de gira por el mundo para intentar detenerlo.
Pero antes, recapitulemos.
El 13 de septiembre de 2022 la Policía de la Moral iraní detuvo en Teherán a Mahsa Amini. La joven de 22 años estaba en la capital de Irán de visita. Llevaba el velo para cubrir su pelo, pero según dijeron varios testigos, se la detuvo porque “no lo estaba usando correctamente”.
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“El agente de policía dijo: ‘Vamos a agarrarla e inculcarle las normas, enseñarle a llevar el hiyab y a vestirse correctamente’... Ella estaba vestida normal, como todas las mujeres de Irán, y llevaba el hiyab”, contó Erfan Salih Mortezaee, primo de Mahsa. Nada importó: se la detuvo, le dieron una golpiza brutal, la dejaron en coma y tres días después murió.
La ira de muchas mujeres en Irán despertó y comenzaron manifestaciones feroces. “Los jóvenes sabemos que si este régimen cae, nos espera una vida mejor”, agregó Mortezaee desde Irak, donde está refugiado.
Las protestas derivaron luego en la ya famosa revolución del pelo suelto, y a lo largo y ancho de todo Irán comenzaron los jóvenes a salir a las calles. El saldo hasta el momento es de 500 manifestantes muertos, entre ellos 69 menores menores de edad.
El caos no terminó ahí, acaso recién comenzó. El 16 de noviembre se detuvo a Amir Nasr-Azadani, un futbolista iraní de 26 años que apoyaba públicamente la lucha de las mujeres. Se lo acusó de participar del asesinato de 2 agentes de seguridad y de formar parte de un grupo armado. Si bien las versiones sobre su condena son confusas, trascendió que caerá sobre él la pena máxima y será ejecutado por el crimen de “odio contra Dios”. No sería el primero: en lo que va del mes, ya se ejecutaron dos hombres que fueron parte de las movilizaciones (Majidreza Rahnavard y Mohsen Shekari, ambos de 23 años) y hay otras 26 personas a la espera de su sentencia.
“Es algo que me escandaliza mucho, me parece increíble que suceda, y pensé qué podíamos hacer, cómo aportar un pequeño grano de arena para intentar detener la ejecución”, explica Enrique Piñeyro, que en el 2022 ya vistió su avión con un mensaje en contra de la guerra de Rusia contra Ucrania y ahora busca apoyar la lucha de las mujeres.
“Vamos a volar el avión por todos lados, yendo a aeropuertos importante para llamar la atención sobre el problema e intentar detener esta locura”, cuenta Piñeyro, que planea unos de los primeros aterrizajes con el avión nada menos que en el aeropuerto JFK de Nueva York.
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Su avión es un Boeing 787 en el que ya trasladó a más de 5000 refugiados de diferentes países como Afganistán, Ucrania o Níger, y ahora quiere convertirlo también en una bandera contra la obligatoriedad del velo. “Un avión es toda una herramienta de comunicación si se la sabe usar: queremos transformar al 787 en un avión activista”, dice. Allí puso meses atrás la imagen de Kim Phuc Phan Thi, “la niña del napalm”, alertando sobre el grave daño que tiene la guerra sobre los más inocentes.
“Nuestra esperanza es que Amir Nasr-Azadani todavía no fue ejecutado. Por eso desde Solidaire decidimos plotear nuestro avión, para intentar cambiar algo. Elegimos poner la imagen de Amir de un lado y la de Mahsa del otro, y decir una frase que resume lo que pensamos: ninguna mujer debe ser obligada a cubrirse la cabeza, ninguna mujer debe ser asesinada por no cubrírsela, y ningún hombre debe ser ahorcado por decir esto”, explica.
Su avión pronto estará en el aire. Mientras, aunque pocos lo saben, en Ezeiza descansa un Boeing 787 con un mensaje profundamente crítico del régimen de Irán. A veces le toca a los ciudadanos decir lo que sus gobiernos prefieren callar.
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