Fabio Guidozzolo (44) de la ciudad bonaerense de 9 de Julio - a 250 km de la Capital- es el padre orgulloso de 2 mujeres: Valentina, de 18 años fruto de la relación con una ex pareja y Victoria, que nació el 29 de abril de este año, gracias a la técnica de subrogación de vientre, también denominada como gestación subrogada o solidaria. Una opción terapéutica de reproducción asistida que brinda la posibilidad de lograr una gestación en una persona (denominada gestante), quien llevará adelante el embarazo con el fin de que el niño nacido tenga vínculos de filiación con una persona o pareja denominada.
El hombre, mecánico de profesión y que había prosperado en lo económico, deseaba fuertemente ser padre. Pero su segundo hijo no llegaba. Había intentado con su última pareja, e incluso se inscribieron para poder adoptar.
“Siempre fue un deseo que estuvo ahí empujando y a veces me resignaba a decir bueno, ya está, no es para mí. No tengo que ser tan caprichoso. Yo tengo un comercio. Además soy mecánico. Me ha ido muy bien en todo lo que yo me propuse entonces sentía que era un poco egoísta. Me quería convencer de que no se podía todo en la vida y que bueno que ya está que no tenía que ser tan hincha, pero siempre volvía a eso”, recuerda.
A Valentina, su primera hija, que nació de una relación que duró poco y no fue buena, no pudo disfrutarla como hubiese querido. Todo lo contrario. “Se complicó muchísimo poder verla, de todas maneras pude ir encontrando relación y lo que logramos hoy es increíble. Pero no fue nada sencillo. Lejos de disfrutar, sufrí la paternidad, porque no estaba pudiendo darle a ella todo lo que quería darle como padre. El vínculo siempre estuvo, pero con interferencias”, cuenta sobre la relación con su hija mayor, con quien hoy comparten mucho en familia, con su pequeña hermana. Esa paternidad complicada cree que también potenció sus ganas de volver a ser papá.
Con su última pareja habían intentando adoptar, lo hicieron todo y se quedaron sin energías para continuar. Cuando se separaron y quedó solo, no desistió y probó por otras vías. Indagó sobre copaternidad, pero quienes estaban dispuestos no estaban cerca de su ciudad. “Eso en 9 de Julio, no existe. No había nadie para hacerlo”, expresó con gracia. “Y con alguien de Capital, era imposible”, dijo sobre esa opción que se le había cerrado.
Cuenta Fabio que los deseos revivían cada vez que veía a padres con chicos de la mano en la plaza o con un simple anuncio de pañales que le daba ternura. Fue entonces, que por los medios se enteró que existía una posibilidad de ser padre soltero. Que podría recurrir a la subrogación de vientre en la Argentina. De manera que tuvo su primera entrevista en plena pandemia, en junio de 2020.
Las consultas sobre este método de gestación son cada vez más frecuentes y aún existe cierto desconocimiento, como por ejemplo, que en la Argentina es legal, pese a que aún no existe una ley regulatoria. La abogada Florencia Daud, especialista en gestación subrogada y técnicas de reproducción medicamente asistida, aseguró que últimamente ha recibido “gran cantidad de consultas de hombres que están en pareja con una mujer, o lo estuvieron, pero consideran que no es la indicada para encarar un proyecto de vida familiar, o la mujer no quiere tener más hijos y ellos sí”. En todos los casos, dice la especialista, es fundamental asesorarse con un profesional en la materia que despejará las inquietudes previas y posteriores. En cuanto a la inscripción del menor a nombre del padre de intención, dice la especialista “tanto sea con autorización judicial previa -que es necesaria en todas las provincias del país- o anotando directamente al menor nacido en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el Registro Civil, siempre en la partida de nacimiento va a figurar el padre intencional como progenitor y nunca la gestante. Eso los deja más tranquilos, entienden que el vínculo filiatorio, desde lo legal, será con ellos. A veces tienen miedo, piensan que si quieren hacer un viaje al exterior o tomar ciertas decisiones de trascendencia en la vida del menor van a tener que consultar a la gestante -quien en la mayoría de los casos es pariente, o una amiga íntima- y les explico que no, que el vínculo es sólo con ellos, más allá de que en el legajo interno del Registro Civil quedarán anotados los datos identificatorios de la gestante y el menor tiene derecho por ley a conocer cómo nació”, explica Daud.
Nicolás Neuspiller, director médico del Instituto de Medicina Reproductiva Fecunditas dice que “esta técnica beneficia a distintos grupos de personas que, por algún motivo, no logran o no pueden gestar, como son: mujeres con imposibilidad de llevar adelante un embarazo por diversas patologías que lo impidan como malformaciones uterinas, histerectomía parcial o total, falta de útero congénita o adquirida, y otras patologías en el útero; mujeres que sufren alguna insuficiencia renal, cardíaca, hepática, entre otras cuestiones que pondría en riesgo su vida o la del bebé al quedar embarazadas; también mujeres con cáncer, que no puedan gestar por temas oncológicos; parejas del mismo sexo o personas solteras”.
La decisión de volver a ser padre
Tras la primera entrevista profesional, Fabio evaluó los gastos, y decidió ir para adelante. Llevó su material genético y se embarcó por un largo camino de obstáculos, incertidumbre, donde no faltaron las desilusiones. Es que su hija Victoria, llegó con la cuarta transferencia de embriones. Era ya la última chance, el segundo intento con una segunda subrogante, porque con la primera- que era de Mendoza- no había funcionado. Cabe aclarar que la donación de óvulos, la hace otra mujer desde el anonimato. Ya ni sus amigos querían preguntarle si el test había dado positivo o negativo.
“Todo fue dentro de la pandemia, con el costo del todo el proceso, la logística que implicó siendo del interior, dos subrogantes y 4 transferencias hasta que finalmente se produjo el embarazo, hizo que me demande muchísima estabilidad emocional, mucha convicción y fundamentalmente apoyo. Tengo un pequeño pero muy fuerte e importante grupo de personas que supieron aguantarme y entiendo fueron fundamentales”, expresó Fabio.
El embarazo se produjo en el último intento. “Era el último, ya no había más plata, no había más ganas, no había más nada. Tenía desilusión, estaba enojado”, confiesa. Después de tres intentos negativos y de haber gastado el equivalente a un departamento de 1 ambiente, llegó el test positivo. Victoria se anunciaba. Solo que todavía no podía contarlo hasta los tres meses y estaba desesperado por compartir la alegría.
Victoria llegó a este mundo el 29 de abril de 2022. Cuando nació se la dieron para que la abrazara. Cambió el primer pañal. Le dio la mamadera y la durmió. Cada acción era un logro y al principio le costaba dormirse. Fabio se despertaba cada tres horas. Y enseguida empezó a recibir ayuda de sus hermanas y amigos. Hoy está completamente organizado.
“Fundamentalmente en Argentina, lo que se tiene en cuenta es la voluntad procreacional. La familia es una construcción social cultural y se basan en el deseo, en el amor, justamente la voluntad. Ya no se trata únicamente del vínculo sanguíneo o genético, sino las elecciones de las personas. Eso es lo que manifiestan las familias diversas. Los niños se lo toman de una manera muy natural, y los adultos tenemos que plantearnos el hecho de que somos una generación bisagra”, expresó la Lic. en Psicología y miembro de la Asociación Somos Grupo de Mujeres más y Somos Gesta Argentina, Lorena Laserre.
Con la gestante, que es de Florencio Varela, crearon un vínculo tan bueno que dice que se escriben cada dos o tres veces por semana, como si fuese una pariente, una amiga. “Es una buena persona, una chica divertida. Ella tenía muy claro lo que estaba haciendo y yo también”, manifiesta el hombre de 9 de Julio.
La bebé, además de traerle alegría, lo acercó a su hija Valentina con quien no se veía hacía dos años. Fue a buscarla para contarle que iba a tener una hermanita. Al principio a su hija no le entusiasmo la idea. Incluso se lo dijo. “Hasta que la vio. Entonces ocupó un rol con su hermana fantástico, está chocha, está feliz y está buenísimo”, concluye el papá de las chicas.
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