Tras 45 días internada, recibió el alta la joven que viajó desde Chubut para ver a Coldplay y quedó atrapada en un incendio

Mariela Campillay (24) tenía el 45% del cuerpo quemado. Seguirá con tratamiento ambulatorio

Mariela Campillay con sus padres, Jorge y Rosario, y su hermana mayor, Gabriela, tras recibir el alta hospitalaria este jueves 15 de diciembre

Tras 45 días de internación, 35 de ellos en terapia intensiva, Mariela Campillay (24) -la profesora de danza que viajó desde Chubut para ver a Coldplay, pero quedó atrapada en un incendio en La Plata con el 45% del cuerpo quemado- recibió este jueves el “alta hospitalaria”.

La noticia se la confirmó a Infobae su hermano, Fabián Campillay (30). “Estamos muy aliviados y felices”, dijo el joven, que también compartió la buena nueva en sus redes sociales. “Hoy después de 45 días Mari tiene el alta hospitalaria. Continuaremos con tratamiento ambulatorio en el hospital San Martín, con quienes estamos eternamente agradecidos. Como decimos: el camino es largo, pero hoy hemos dado un gran paso. Gracias por el cariño de siempre familia y amigos. Gracias a todos”, escribió en su cuenta de Instagram.

A la publicación le sumó unas fotos de Mariela en la puerta del hospital. En las imágenes, la joven sonríe. Lleva puesto un vestido y una camisa de jean y parte de los brazos y las piernas vendados.

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“Hoy estamos afuera con mi familia que fue mi pilar en todo esto. El alta te lo dedico particularmente a vos, Fabi, que te cargaste de valor para tener y repartirme. Te amo. Gracias al equipo profesional del Hospital General San Martín que me asistió y me seguirá asistiendo un tiempo más y gracias familia y amigues por la ayuda, fuerza y buenos deseos”, escribió Mariela en sus redes.

Las publicaciones del hermano de Mariela

La familia de Mariel Campillay vive en el barrio Las Torres de Comodoro Rivadavia en la provincia de Chubut. Hasta antes del siniestro, la joven de 24 años -hija de un ex combatiente y amante de la música y el arte- impartía clases de danza clásica para niños y formaba parte de “Girajuegos”, un programa destinado a promover jornadas recreativas para chicos en distintos barrios de la ciudad chubutense.

Según contó su hermano a este medio, ella tenía entrada para ver el recital de Coldplay el día lunes 7 de noviembre, pero viajó algunos días antes a La Plata para evitar cualquier inconveniente. En ese contexto, el miércoles 2 a la madrugada, quedó atrapada en un incendio en un PH ubicado en el barrio La Loma junto a su amigo Álvaro Palindra (22), con quien se habían juntado a cenar.

Después de comer, mientras ambos se encontraban durmiendo, se originó el fuego. Aunque los motivos aún se investigan, se cree que habría sido desatado por la explosión de un artefacto electrónico que se estaba cargando.

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El fuerte olor a humo alertó a los vecinos de la cuadra, quienes dieron aviso a los bomberos voluntarios. A ingresar al domicilio, la dotación encontró a dos personas en estado de inconsciencia y con marcas de quemaduras en el cuerpo.

De acuerdo con el diario El Día, el siniestro se originó en un sector utilizado como dormitorio y, luego, las llamas se expandieron por toda la casa. Se presume que ambas víctimas, que fueron halladas en la entrada de la habitación, pudieron haberse desplomado cuando intentaban abandonar la casa.

Aunque fueron trasladados de urgencia al Hospital San Martín de la capital bonaerense, el cuadro de Álvaro era sumamente grave: tenía lesiones en el 85% del cuerpo. No pudo resistir y murió el mismo miércoles por la tarde.

El fuego se habría desatado por la explosión de un artefacto electrónico que se estaba cargando

Hace unos días, cuando se cumplió un mes del trágico episodio, Rosario, la mamá de Mariela le dedicó una sentidas palabras a su hija.

“Hoy, hace un mes, nuestra vida cambiaba para siempre. Recibíamos la peor noticia que un padre puede recibir. La vida de mi hija Mariela pendía de un hilo y me aferré fuerte a la fe. Sin saber qué podía pasar, ni saber en qué condiciones estaba Mari, el mundo se detuvo y nada más tuvo importancia para nosotros. Como familia nos unimos con el único fin de acompañar a Mari a salir adelante. Con miedo, sí, pero confiando en Dios, invocando a la Santa Madre para que nos ampare. Y nos mudamos a La Plata donde permanecemos junto a Mari esperando que salga de terapia intensiva. Ella puso toda la fuerza de su parte y está soportando todo lo que tiene que sanar, que es bastante, pero sin rendirse porque sabe que la vida le dio una segunda oportunidad”, arrancó Rosario Astete.

Y concluyó: “¿Qué aprendimos con todo esto? Que la vida puede cambiar en dos segundos y tenemos que valorar cada día que despertamos y tenemos la oportunidad de respirar (...) Fue un mes que no vamos a olvidar jamás”.

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