La abuela argentina que se reencontró con su novio belga tras 60 años y se casó en Bruselas

Jacques, de 93 años, y Cristina, de 79, dieron el “sí” frente a sus familiares y amigos. Se reencontraron en Facebook. Hablaron por videollamada todos los días durante un año y luego se fundieron en un abrazo en Bruselas. El video que es furor en TikTok

Se conocieron hace 60 años, y aunque el flechazo fue a primera vista, no pudieron continuar con su noviazgo hasta que se reencontraron en plena pandemia

Mi abuela se casó a sus casi 80 años con Jacques, un belga con el que estuvo de novia hace 60 años: ellos son la prueba de que para el amor no hay edad ni fronteras”, escribió Valentina Pesci en su cuenta de Tik Tok, acompañado de un emotivo video de la ceremonia civil en la que la pareja se unió en matrimonio frente a sus familiares y amigos. La publicación se viralizó en cuestión de horas, y sus seguidores deseaban saber más de la historia de los recién casados que inspiraron a otros y le brindaron esperanza a quienes todavía suspiran por los recuerdos de un romance único.

Algunos usuarios compararon el reencuentro con la trama de las películas El amor en tiempos de cólera -basada en la novela homónima de Gabriel García Márquez- o en la comedia romántica Cartas a Julieta, pero como suele ocurrir, este es uno de los momentos en que la realidad supera la ficción. Cristina y Jacques estuvieron separados durante seis décadas, y atravesaron muchas vivencias personales en el correr de ese tiempo, hasta que volvieron a encontrarse en plena pandemia. Ninguno imaginaba que se convertirían en marido y mujer, pero sí catalogaban de inolvidable la conexión que los unió de inmediato cuando se conocieron. “Nunca se sabe las vueltas de la vida, siempre hay que confiar”, asegura Cristina, la novia de 79 años en diálogo con Infobae.

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“En aquella época, cuando lo conocí, nuestra relación era misión imposible, las cosas eran muy diferentes a ahora. Y me dio mucha tristeza y pena no poder seguir juntos, pero él tenía que volver a Bélgica y yo me quedé en Buenos Aires”, explica sobre los temores que sintieron en ese entonces, y la falta de apoyo de su entorno. Recuerda el primer encuentro, que ocurrió gracias a amigos en común, y cuenta que no hubo dificultad en el idioma porque si bien Jacques no hablaba español, ella había estudiado francés y la charla fluía sin inconvenientes.

Las miradas y la complicidad de los novios emocionó a todos los presentes (Gentileza Valentina Pesci)

“Fue muy fuerte lo que sentimos. Nos enamoramos desde el minuto en que nos conocimos”, confiesa con honestidad. Sin embargo, en aquel entonces su amor no pudo avanzar, y siguieron caminos separados. En tiempos donde era muy fácil perderle el rastro a alguien que vivía en otro continente, ambos se resignaron, atesoraron los hermosos momentos compartidos y rehicieron sus vidas. “Después pasaron los años y me casé con mi primer marido; nos fuimos a vivir a la provincia de Córdoba, y tuvimos ocho hijos”, revela, y suelta una carcajada por la numerosa familia que formaron, que ahora se extiende además a 20 nietos.

Hace 19 años su esposo murió, y reconoce que atravesó “problemas insolubles”, pero trató de mantenerse fuerte y concentrarse en mantener a flote la empresa familiar que habían fundado. “Falleció a los 60 años, muy joven, y pasé muchos años viuda; por eso lo de Jacques era un recuerdo muy lindo, precioso, que guardaba en mi alma, pero era algo muy lejano, y no sabía absolutamente nada de él”, cuenta. Y agrega: “Por la diferencia de edad que tenemos, yo pensaba que incluso podía no estar más en este mundo, no tenía idea ni que seguía en Bélgica”. La primera pista llegó durante un viaje a la capital porteña, cuando se enteró de algo que la hizo pensar qué sería de la vida de aquel gran amor.

"Lo esencial es que el amor no tiene edad ni rostro, y eso es lo que deseamos transmitir como mensaje", asegura Cristina Pesci en diálogo con Infobae

“Una amiga que lo conoce y que siguió en contacto con él, me dijo: ‘Una vez vino a Buenos Aires y me llamó para ir a buscarte, pero yo le dije que estabas casada, que vivías en Córdoba, que tenías chicos, y que no te iba a decir nada de esto por respeto’”, revela. “Por supuesto que no me enteré hasta seis años después de enviudar, recién ahí supe que alguna vez él había intentado volver a verme”, agrega. Y asegura: “La vida quiso que fuese así, que nuestro momento fuese ahora”.

Con la ayuda de sus hijos y sus nietos, encontró su perfil de Facebook y supo que Jacques había tenido tres hijos, 11 nietos y 21 bisnietos. Su esposa estaba muy enferma y a los pocos meses también enviudó. Los dos sabían lo que era perder un compañero de vida, y lo que en un comienzo fue una amistad a la distancia, poco a poco se fue transformando en el anhelo de darse la oportunidad que antes no habían tenido. “Todos los días durante un año nos hablamos por la camarita del Messenger, y así pasamos la pandemia, poniéndonos al día de todo lo que habíamos vivido sin saber del otro”, detalla Cristina, que resume la historia con emoción. Las restricciones en torno a los viajes por el aumento de casos de Covid-19 hizo que varias veces postergaran la idea de verse en persona, hasta que llegó el majestuoso día en que el sueño se hizo realidad.

Después de separarse en su juventud, no se vieron más, y recién en 2021 pudieron reconectarse a través de Facebook hasta que se vieron en persona en Bruselas.

Con los barbijos puestos, una mirada fue suficiente para decirse todo y fundirse en un abrazo entre sollozos en el Aeropuerto de Bruselas. Caricias, besos y una sensación de incredulidad absoluta los invadió, porque al fin, estaban de nuevo juntos. Sentían que era la oportunidad de oficializar el noviazgo que en su juventud no había podido prosperar, y el deseo de casarse fue lo primero que se les vino a la mente. Había mucho por celebrar, y no lo dudaron. El 12 de enero de 2022 contrajeron matrimonio en una iglesia del Siglo XI en la capital belga, acompañados de los hijos de Jacques, dos testigos y un sacerdote amigo.

“Cuando se pudo volar de nuevo, vinimos a Argentina para que conociera a mi familia, y queríamos casarnos por civil acá también, pero yo pensaba hacer algo parecido a lo de Bélgica, muy sencillo e íntimo, hasta que una de mis nueras me propuso hacer una celebración en su casa y organizaron todo”, indica con alegría. El 3 de diciembre volvieron a dar el “sí”, pero esta vez rodeados de un verdadero batallón: “Estuvieron nuestros testigos, nuestros amigos, los hijos, los nietos; también vino su hija mayor de Bélgica, vino gente de Buenos aires, y ahora empieza la retirada”.

La primera foto que se sacaron al reencontrarse después de 60 años en plena pandemia de Covid-19 (Gentileza Valentina Pesci)

Al momento de intercambiar los votos, Jacques la sorprendió y leyó una carta que había escrito en español que resumía su primer encuentro, el alejamiento y el reencuentro. “Yo no había preparado nada, dije lo que me salió en ese momento, pero él como es ingeniero es muy puntilloso, así que lo hizo todo con anticipación, y practicó todos los días la pronunciación para que le saliera lo mejor posible”, expresa, y se conmueve porque vio que sus hijos y sus nietos estaban muy emocionados por el romántico gesto.

Su nieta Valentina también habló con Infobae y aseguró: “Nunca pensé que iba a tener la repercusión que tuvo, fue impresionante, y obviamente todos estábamos llorando durante la ceremonia”. Antes del fenómeno viral por el casamiento, sus publicaciones giraban en torno a tutoriales de maquillaje y belleza de manos, y en el gran día de su abuela aprovechó todos los conocimientos que viene acumulando, y la maquilló para el evento.

Valentina maquilló a su abuela para su gran día y fue quien grabó la secuencia del casamiento que luego se viralizó
Mientras se ponían las alianzas, sus familiares no podían contener la emoción: la familia se compone de ocho hijos y 20 nietos del lado de Cristina y Jacques tiene tres hijas, 11 nietos y 21 bisnietos

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“Anteriormente había conocido a Jacques por videollamada, y ahora lo pude conocer más, con mi abuela traduciendo como intermediaria, y él es una persona excelente. Mi abuela está muy feliz, y eso es lo que importa, porque esperó muchísimo para esto”, sostuvo. En este sentido, Cristina vuelve a tomar la palabra y recuerda una conversación que mantuvo con su primer marido: “Él decía: ‘No hay un amor único, hay una capacidad de amar’, y yo nunca me iba a imaginar que después de 18 años de viudez iba a pasar todo esto”.

Los planes del matrimonio son permanecer en Buenos Aires durante algunos meses para estar con la familia, y más adelante volver a Bruselas. “Mientras nos de la fuerza, esa es la idea, y trabajé todos los días sin parar hasta mis 78, así que ahora voy a presentar mi renuncia; ya es hora de descansar un poco”, revela. Agradece que su pareja está muy feliz, disfrutando tanto como ella de los días en Argentina, y transmite el mensaje de que “el amor no tiene edad ni cara”.

"Un amigo sacerdote que vive en Bruselas nos dijo: 'Ya no pueden seguir por la camarita de la compu, tienen que volver a verse', y fue lo mejor que pudimos hacer", asegura la feliz pareja

“Él tiene una salud envidiable, mejor que la mía, y una cabeza maravillosa; Dios dirá cuánto tiempo podremos pasar juntos”, reflexiona y se aferra a la fe para enfrentar las adversidades, como hizo siempre con su espíritu optimista y tenaz. “Los caminos no son fáciles, están llenos de escollos, pero la vida es superior a todo eso. Lo más difícil es aceptar la dificultades, que en realidad son un camino de enseñanza que te ayuda a encontrar fortaleza interior, y por eso uno tiene que atesorar muchísimo las cosas lindas, así que cuando llegan los momentos bravos, te apoyás en eso y sabés que después va a haber otros momentos lindos”, sostiene.

“No existe la familia perfecta, existen las familias que se quieren, y el camino es intentar que funcionen como núcleo de unidad para enfrentar dificultades”, remarca. Con picardía, responde la pregunta qué más le hicieron estos días: “¿Cuál es el secreto para un amor verdadero?”. “Todos los días hay que decir ‘te amo’, de diferentes formas, y solucionar los problemas antes de cerrar los ojos, aunque a uno le duela, aunque se te caiga una lágrima por dentro del corazón, decir un te amo antes de empezar otro día es muy importante, y nunca dormir cola con cola”, remata con humor. Sin dudas el 2022 será un hito para ambos, porque lo empezaron con su casamiento en Bélgica y ahora cierran el año con la celebración en Argentina. Se acerca el primer aniversario, y sienten que el regalo ya está frente a sus ojos.

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