Todas las Navidades, en la cocina de la Cooperativa La Juanita, se amasa un pan dulce muy especial. No solo porque contiene un 60 % de frutos secos, sino porque lo que se recauda sirve para que muchas personas de la comunidad del barrio La Juanita de Gregorio de Laferrere, puedan estudiar y capacitarse para acceder a una mejor calidad de vida. Este año, por ejemplo, egresaron 4500 personas de sus 50 cursos de oficios gratuitos, sin apoyo del Estado. Este pan dulce, producto estrella de sus hornos, es también llamado El pan dulce de la dignidad.
Silvia Flores, cuenta la historia de la cooperativa de la que es directora ejecutiva: “Nace con el Movimiento de Trabajadores Desocupados, el MTD, de La Matanza, por el año 94, 95 a partir del rechazo de los planes asistenciales, que era la única respuesta que nos daba el Gobierno en relación a las protestas que llevábamos adelante por la desocupación. No tomamos planes del Estado y eso nos llevó a generar esta cooperativa con el objetivo de tener nuestros propios proyectos productivos y educativos para generar trabajo y una educación de calidad en nuestra comunidad, en Gregorio de Laferrere, el barrio de La Juanita allá por el año 2001, un año muy difícil del país”.
El nombre de la cooperativa se debe al barrio y fueron 25 los fundadores (en la actualidad ya suman 179 miembros). “Empezamos con una panadería con un horno de barro y palos de amasar hechos con palos de escoba cortados y muchos sueños por cumplir. Estábamos en un edificio que estaba en muy malas condiciones que lo teníamos por un sistema de comodato”, cuenta Flores sobre los inicios.
La panadería que había nacido no arrancó muy bien por la falta de experiencia en los temas administrativos. “Vendíamos el kilo de pan a 1 peso, cuando en cualquier panadería salía 3,50. Era porque no sabíamos sacar el costo, así que empezamos a capacitarnos y a conocer personas que nos recomendaron generar otros productos para agregar valor y así se nos ocurrió, a través de la Fundación Compromiso -que nos estaba capacitando- acercamos a Maru Botana”, relata sobre el momento que marcó un antes y después en la cooperativa. La famosa cocinera aceptó de inmediato colaborar y les enseñó la receta de su pan dulce. Así empezaron a elaborar ese manjar con las máquinas pequeñas que tenían y le hicieron un envase con los diseños navideños de una artista de la comunidad. Al año siguiente, convocaron para hacerlo al diseñador Martín Churba, con quien habían trabajado en otro proyecto, la confección y exportación de guardapolvos a Japón.
Maru Botana vende su pan dulce y el de la Cooperativa La Juanita en sus locales. Y Martín Churba también lo hace. “Ellos participan desde la solidaridad absoluta, sabiendo que este pan dulce no es un pan dulce solamente, no es un producto, ni una mercancía, sino que es una forma de demostrar cómo la integración social es posible, cómo desde un barrio que todavía no tiene asfalto, no tiene cloacas, hay un montón de gente con ganas y fuerza para salir adelante sin esperar que el Estado le resuelva los problemas, sino generando las condiciones para generar proyectos sustentables”, expresa la directora de la cooperativa.
Para esta Navidad, se sumaron 42 artistas para el diseño de la caja del pan dulce solidario. Entre ellos, figura Milo Lockett y Alejo Cáceres de Jesús, un ilustrador del barrio. “Es un honor decir que este año somos muchos los que nos juntamos para recaudar fondos de este pan dulce que sostiene proyectos sociales”.
El pan dulce con la receta “inamovible” de Maru ofrece una gran cantidad de frutos secos como su mayor tentación, igual que el toque artesanal de su ralladura fresca de limón. Este año se le agregó una cobertura de chocolate blanco con fruta seca con un preparado azucarado que la hace garrapiñada.
La producción empezó en octubre, con la elaboración de 2000 pan dulces diarios. El sistema organizado y eficiente les permite alcanzar las 3000 unidades diarias si se lo proponen. Hoy están orgullosos del espacio físico del que disponen y cómo aumentaron la capacidad de producción con dos hornos, con los que pueden amasar 140 pan dulces. Hay 8 personas trabajando con las amasadoras, otros se ocupan de la decoración y otros tantos con el packaging, administración y logística. “Nos encargamos absolutamente de todo y somos un total de 54 personas en la campaña de pan dulces”, resume.
Te puede interesar: Se conocieron en el penal de Villa Devoto y hoy sostienen una cooperativa que emplea a 45 personas
La Navidad del año pasado batieron récord. Hicieron 36 mil pan dulces. Y este año se propusieron llegar a los 50 mil. Las venta funciona muy bien, sin embargo el Mundial no está ayudando mucho, confiesa Flores, “porque la gente está preocupada por los partidos y todavía no se está ocupando tanto de las fiestas”. Pero por otra parte, hicieron acuerdos con un banco y una mega plataforma de envíos a domicilio para llegar fácilmente a todas partes. El precio del pan dulce Cooperativa La Juanita es de 3000 pesos.
¿Qué significa comprar un pan dulce de esta cooperativa? Que muchas personas puedan obtener más herramientas para acceder al mundo laboral. Por ejemplo, uno completamente financiado por el pan dulce es el Potrero digital, ideado por el cineasta Juan José Campanella y por donde pasaron este año unos 100 chicos. “Permite que muchos puedan aprendan marketing digital y programación”, explica la directora y agrega: “Y están los cursos de oficios del este año egresaron 4.500 personas. Hubo desde uñas esculpidas, peluquería, barbería, pasando por herrería hasta reparación de celulares y de computadoras. Son 50 cursos que permiten que los integrantes de nuestra comunidad puedan aprender un oficio y armar su propio emprendimiento”, destaca.
Ahora cuentan con dos espacios, uno educativo y otro que sumaron, que es el productivo (Juan B. Justo 4650, Gregorio de Laferrere).
En las redes sociales de la cooperativa, como la de Facebook (CooperativaLaJuanita) pueden verse testimonios de quienes trabajan en la cocina, como Franco (26), que cuenta con orgullo que gracias a su trabajo pudo completar sus estudios secundarios, terminar de hacer su casa y vivir la emoción de viajar por primera vez en avión. También famosos, artistas, vecinos, invitan a comprar el Pan Dulce de la dignidad, el pan dulce que da trabajo y ayuda a educar a una comunidad, respaldando proyectos educativos, que también incluye el jardín de infantes Crecer Imaginando en Libertad (C.I.E.L) al que asisten 90 chicos.
Silvia Flores forma parte de la cooperativa desde los 21 años. “Me apasiona muchísimo venir al lugar que elijo para trabajar todos los días. Tiene ese valor de saber que cada tarea que haces dentro de tu trabajo, estás ayudando a alguien, muchas personas mejoran su calidad de vida. Instalamos la sucursal de un banco dentro de nuestro barrio sin asfalto y sin cloaca, pero tiene un banco. Hoy Lorena, que coordina esa sucursal era empleada doméstica. Imagínate lo que es para ella el ascenso social en su familia. Tenemos también un call center que brinda servicios para distintas empresas y que nos permite que mucha gente que era vendedora ambulante, costurera, empleada doméstica estén trabajando en la computadora, en el área de atención al cliente, cobranzas”, precisa.
Si bien el pan dulce es la campaña más fuerte del año, y la que genera más recursos, también está la de los huevos de Pascua. Además, la panadería vende bombones de chocolate todo el año. Y sus productos se venden a bajo precio para la comunidad.
Más información sobre la Cooperativa La Juanita y su campaña de Pan dulce en su Web www.cooperativalajuanita.org/
Seguir leyendo: