Los relojes con sonería marcaron el tiempo en las ciudades hasta que las personas pudieron adquirir relojes para sus hogares o llevar en sus bolsillos y como pulsera. En la actualidad, la función la cumplen los teléfonos celulares. La ciudad de Buenos Aires, como muchas de las ciudades de la Argentina, poseía y aún hoy posee estos relojes, alguno de ellos famosos.
Torre Monumental
También se lo conoce como “La Torre de los Ingleses”. Fue una donación de los inmigrantes de origen británico para conmemorar el centenario de la revolución de Mayo. Tiene 59 metros de altura, y para su construcción se utilizaron 55 mil ladrillos rojos y piedra labrada. El proyecto, a cargo de la empresa Hopkins y Gardon Ltd fue dirigido por el arquitecto Ambrose Poynter y demoró seis años por -mucho más de lo previsto- por la Primera Guerra Mundial. El reloj fue fabricado por la firma Gillett & Johnston de Croydon, Inglaterra, y sus campanadas replican la melodía de los Cuartos de Westminster, igual que el Big Ben londinense.
Del Bicentenario, en la Casa Rosada
Este se encuentra ubicado en la parte superior del arco con el que el arquitecto Tamburini unió la casa de gobierno con el edificio de correos y telecomunicaciones creando así, un solo edificio. Cuando el proyecto estuvo concluido, el costo era muy por encima de lo proyectado, por tanto, el espacio del reloj quedó sin él. Se acercaban los festejos del bicentenario de la revolución de mayo y el Guillermo del Valle, dueño de la empresa de relojes monumentales “Gnomon”, que se encontraba realizando las tareas de reciclaje del reloj de la iglesia de san Ignacio de Buenos Aires, observó ese faltante en la fachada. Por lo tanto, decidió donar el reloj para poder completar el diseño de la misma. Y así fue que luego de solicitar los pertinentes permisos a la dirección de la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos y el visto bueno de la presidenta de la república por entonces, Cristina Fernández de Kirchner, se instaló el reloj, completando así la fachada de la Casa Rosada.
Cabildo
La torre del Cabildo de la ciudad de la Santísima Trinidad (hoy Buenos Aires) fue la hora de la metrópoli durante mucho tiempo. Pocos tenían relojes en su casa, solo las familias más acomodadas. Pero el reloj que hoy se ve en la torre, dista mucho de ser el original. En 1849 el gobernador don Juan Manuel de Rosas decretó que la hora oficial de la ciudad y la campaña sería la del Cabildo de la ciudad. Pero el edificio tuvo sus bemoles y el reloj también. Cuando se planeaban los festejos para el centenario de la revolución de Mayo, el edificio del Cabildo no estaba adecuado a las corrientes arquitectónicas imperantes en ese momento, dejando de lado que la ciudad se sentía más francesa que latinoamericana. Por tanto se elevó la torre y se la afrancesó, se ubicó en la misma un reloj de cuadrante más grande que el que tenía en la época colonial. Luego de los fastos del centenario, la torre se comenzó a inclinar notablemente, lo que hacía peligrar la estabilidad de todo el edificio, así que se la demolió, y el reloj pasó a la torre de la Iglesia de San Ignacio. Fue el arquitecto Buschiazzo que recreó a un nivel más pequeño, la fachada y la torre campanaria del cabildo, que es la que vemos hoy día. La campana es la misma de la época virreinal, más el reloj en mucho más actual.
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Ex municipalidad de Buenos Aires
El antiguo edificio de la sede de la municipalidad de Buenos Aires se comenzó a construir en 1880 y fue proyectado por los arquitectos Buschiazzo y Cagnoni. En 1893 se añadió un ensanche al proyecto original. El estilo del conjunto responde al Academicismo francés con unos toques de eclecticismo. Sobre Avenida de Mayo se halla un reloj de cuatro esferas, cada una de 4 metros de diámetro con que culmina la mansarda. Este reloj suena a golpe de campana cada media, la que se ubica debajo del cuadrante y está oculta a los ojos de la gente.
Diario “La Prensa”
El edificio, actual sede de la casa de la cultura de la ciudad de Buenos Aires, es de estilo Garnier y fue completado en Argentina por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza. Se destaca especialmente la monumental farola con su figura femenina, un signo de identidad de la avenida como de la ciudad y es la representación alegórica de la libertad de prensa. Debajo de ella, se encuentra un reloj y sobre el reloj un águila, que simboliza que el periodismo lo ve todo. Vale la pena destacar que el reloj fue diseñado por el mismo Paul Garnier y es el único en toda América.
Legislatura porteña
Ubicado a 97 metros de altura, es el reloj más alto de la ciudad. Posee cuatro esferas de 4,40 metros de diámetro, fue fabricado en Alemania por la empresa J.F. Weule y está conectado a cinco campanas: la Pinta, de 250 kilos, que suena en Do natural; la Niña, de 350 kilos, en Si bemol; la Santa María, de 500 kilos, en La bemol, la Porteña, de 1.500 kilos, en Mi bemol y la Argentina, la más pesada, de 1.800 kilos que vibra en tono La bemol. Este reloj marca la hora oficial de la ciudad de Buenos Aires. Y también, escondido en la azotea de la legislatura porteña, hay un carrillón alemán que posee 30 campanas que en conjunto pesan 27.350 kilos (la mayor supera las 4 toneladas). Cuando se inauguró era el más grande de Sudamérica.
De los Colosos (o Moros)
Ubicado en la esquina de Diagonal Sur y Bolívar. Fue encargado en 1930 por la empresa Siemens para su edificio en la avenida de Mayo. Pero luego pasó a la sede del diario “Democracia” que se ubicaba detrás del edificio “Alas”, sobre la calle Bouchard. Ahí permaneció olvidado durante años. En 1988 comenzó su puesta en valor y el traslado al nuevo lugar. Comenzó a funcionar nuevamente en 1992. Pero lo que se ve de los autómatas de cemento blanco no es lo que parece. Cuando dan la hora, se van intercalando para golpear la campana, pero en realidad no llegan a tocarla: por detrás un martillo golpea el borde de la misma.
Relojes solares de Plaza de Mayo
Son dos y se encuentran ubicados a los costados de la Pirámide de Mayo, sobre Alsina y otro sobre Reconquista. Los relojes están comprendidos dentro del inventario del mobiliario urbano y su cuidado está a cargo de la Dirección General de Mantenimiento de Edificios Públicos y Mobiliario Urbano que son quienes se encargan de la limpieza, de sus vidrios, la pintura, el cambio de pilas que se realiza una vez por año, la reparación de las células solares y la puesta en hora.
Los Moros del Congreso
Sobre la plaza de los Dos Congresos, podemos observar otro reloj similar al de los Colosos de Siemens, sobre lo que era el Instituto Biológico Argentino. Esta obra de arte fue realizada en Italia por la firma Fratelli Miroglio de Turín e instalada en ese sitio en 1926. El grupo posee dos figuras y cada una mide tres metros y medio, realizadas en bronce que aparentan golpear la campana de bronce y plata de dos toneladas que está sobre el reloj. El cuadrante de este reloj mide dos metros y medio de diámetro y su mecanismo posee un contrapeso de 500 kg que se encuentra encerrado en un hueco que llega hasta el sótano.
Reloj Zodiacal
Sobre la avenida Corrientes en la esquina con San Martín, se proyecta sobre el ingreso al edificio un imponente reloj que no solo indica la hora, también señala los meses, y las estaciones del año y su correspondiente signo zodiacal. Este extraño y curioso reloj fue proyectado por el arquitecto Alejandro Christophersen en 1940 para la compañía Transradio Internacional, que fuera propietaria del edificio. Como dato adicional el edificio fue agredido por esquirlas de proyectiles disparados por un tanque Sherman del ejército, al ser éste tomado por militantes peronistas durante la Revolución Libertadora de 1955.
Reloj del Trust Joyero Relojero
Sobre la avenida Corrientes pero en su intersección con Carlos Pellegrini, nos encontramos en las alturas una cúpula, que posee un reloj con tres esferas. Lamentablemente, la cúpula quedó sepultada por la construcción anárquica de pisos sobre la terraza, que destroza que manera brutal la bella arquitectura del edificio (demostrando, una vez más, el poco aprecio por el arte arquitectónico de la ciudad) este reloj fue hora oficial dictada en la radio hasta que ésta pasó a ser patrimonio de Radio Nacional. Es el que se menciona en el tango “Campanadas”: Ya son las siete de la mañana/Me lo dice aquel viejo reloj, /Son como truenos sus campanadas/Y esa gran tormenta sos vos.”, dado que durante mucho tiempo poseía un carrillón, actualmente enmudecido.
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Banco Central de la República Argentina
Sobre la calle San Martín y a manera de coronación del edificio del Banco Central de la República, se encuentra un reloj Bailey construido en Manchester en la fábrica Albion Works. El mismo se encuentra enmarcado entres dos cariátides, coronado con un frontis que se ubica el escudo Nacional. El edificio fue construido por los arquitectos Hunt y Schroeder en 1876.
Casa Escasany
Ubicado en Florida y Rivadavia Este impresionante reloj fue ubicado allí en 1892 para la casa Escasany, tiendas de joyería y relojería. Corona este imponente edificio de estilo ecléctico, el cual cierra a manera de cúpula el inmenso reloj. La casa Escasany funcionó hasta 1978, año en que cerró sus puertas.
Iglesia del Pilar
La iglesia de Nuestra señora del Pilar era la capilla de los frailes recoletos fundados por san Pedro de Alcántara el cual creó una reforma de la orden franciscana, dedicados a la estricta observancia. Este convento se encontraba muy a las afueras de la ciudad de la Santísima Trinidad (actual Buenos Aires) para dar privacidad y silencio a los frailes. Este reloj puede ser el más curioso de todos los que se encuentran en la ciudad de Buenos aires, dado que es el único esférico total (podríamos hacer la salvedad del reloj del frontis del ex Banco Francés, que es semi-esférico, ubicado en Reconquista y Perón) fue el primer reloj de la región pero como se ubicaba en la campiña, no podemos decir que era el primero de la ciudad. Fue construido en 1740 por el maestro relojero Thomas Windmill. Funciona mediante un péndulo de 2 metros de largo y se contrapesa con unas pesas de 10 kilos cada una. Tiene la esfera adherida a una bola de cemento y un mecanismo de cuerda hecho con sogas comunes, que se cambian con el desgaste.
Reloj de Tokurato
Si bien no es monumental, llama la atención. Es un reloj solar que se encuentra en el parque de acceso frente al Planetario “Galileo Galilei”. Fue construido en Japón y donado a la Municipalidad de Buenos Aires en 1970 por su creador el ingeniero Tokutaro Yabashi. Emplea la sombra arrojada por un gnomon o estilo (podríamos decir “aguja”) sobre una superficie con una escala para indicar la posición del Sol en el movimiento diurno. Según la disposición del gnomon y la forma de la escala se pueden medir la hora solar, diferente a la hora oficial de la Argentina. Otro similar a este se encuentra en la ciudad de Mar del Plata, donado por la embajada de Japón. Otro reloj solar que pasa casi inadvertido se encuentra en la Plaza Arenales del Barrio de Devoto (más conocida como “plaza Devoto”) ubicado en la esquina de las calles Fernández de Enciso y Bahía Blanca.
Por supuesto, estos no son todos los que existen en la Ciudad. Están el de la actual ministerio del Interior, el del edifico Shell, el de la SIGEN, y en varias de las torres de las iglesias. Lamentablemente, de estos últimos, casi ninguno funciona.
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