Un paro sorpresivo paralizó la línea C de subtes durante seis horas

Los Metrodelegados continuaron con las medidas de fuerza que vienen tomando desde principios del mes pasado. La medida de esta mañana provocó un caos para los viajeros, que debieron esperar el colectivo durante varios minutos bajo las altas temperaturas

Los pasajeros de subte varados tuvieron que realizar filas "eternas" en las paradas de colectivo (Adrián Escándar)

La semana comenzó con un nuevo paro de subte y en esta oportunidad afectó a los pasajeros de la línea C. El servicio que habitualmente comenzaba a funcionar a las 5:30 de la mañana, este lunes no lo hizo y se llegaron a acumular seis horas sin servicio. Así los pasajeros de este servicio se vieron afectados por las medidas tomadas por los metrodelegados.

De hecho, durante toda la mañana, las inmediaciones de la terminal ferroviaria Constitución se superpobló de pasajeros que no podían acudir a sus destinos a través del subte. Las paradas de los colectivos de la zona se encuentran atestadas y ya muchos de los viajeros llegarán tarde a sus oficinas de trabajo.

El paro fue absolutamente sorpresivo. Ayer por la noche los líderes de este gremio anunciaron una huelga nocturna que afectará a la Línea D. Sin embargo, la protesta en la línea C no fue anunciada con anticipación.

El conflicto, que se inició a principios de noviembre, vuelve a afectar a miles de usuarios que utilizan habitualmente este transporte público y que deberán buscar ahora una alternativa como consecuencia de una disputa entre la empresa Emova, que tiene la concesión, y los Metrodelegados.

Los pasajeros varados se las rebuscan para encontrar sombra bajo los casi 30 grados de temperatura (Adrián Escándar)

Puntualmente, el sindicato reclamaba una reducción de la jornada laboral para trabajar cinco días y tener dos francos, y el reemplazo por parte de las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires de las formaciones con asbesto.

Sin embargo, la compañía se niega a avanzar con el primero de estos pedidos al señalar que el mismo implicaría una disminución de las horas semanales de trabajo, que “resulta incompatible con una operación adecuada del servicio”.

Precisamente, Emova emitió un comunicado en el que detalló los puntos clave de la medida de fuerza y donde se advirtió una inminente reunión entre ambas partes para intentar destrabar el conflicto.

El hall de la estación Constitución, vacío (Adrián Escándar)

“La medida se debe a la grave sanción disciplinaria aplicada el mes pasado a una guarda de la Línea C con motivo de una situación violenta suscitada entre esta empleada y una pasajera en ocasión del servicio”, afirmó Emova. Según pudo averiguar este medio, la sanción impuesta por la empresa contra un guarda de seguridad fue debido a un presunto insulto que el guarda le propinó a una pasajera.

“Este tipo de conductas y comportamientos son inadmisible para la empresa y repudiamos enérgicamente la violencia en todas sus formas”, se agregó.

La empresa indicó también que se citó a las autoridades sindicales para una audiencia hoy a las 10 de la mañana, con el fin de poder encontrar una solución al problema.

El comunicado completo del sindicato

“Desde la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP- Metrodelegados) informamos que el día de mañana continúan las medidas de autodefensa, ya que Emova aún no ha dado respuestas a nuestro pedido de dos francos por semana. De la misma manera, tampoco hay contestación sobre el faltante de personal en todos los sectores ni sobre la compra de trenes nuevos libres de asbesto”, explicó en un comunicado.

Según precisaron en el texto, firmado por los secretarios general, Roberto Pianelli, y adjunto, Néstor Segovia, en esta ocasión se les permitirá viajar sin pagar a los pasajeros de 20:00 a 21:00 en las estaciones Catedral, 9 de julio, Pueyrredón, Agüero, Bulnes, Scalabrini Ortiz, Plaza Italia, Palermo, Ministro Carranza, Juramento y Congreso de Tucumán.

Además, justo cuando termine esa medida comenzará un paro total de actividades hasta el cierre de la jornada, por lo que los trenes de esta línea dejarán de circular a las 21:00 y recién volverán a funcionar en la mañana del martes.

“Recordamos que el asbesto es un mineral reconocido como cancerígeno y que, hasta hoy, hay 75 compañeros con diversas afecciones causadas por la exposición a dicho mineral y lamentablemente 3 compañeros han fallecido a causa de enfermedades provocadas por el amianto. Para los trabajadores, la reducción de la jornada semanal significaría también reducir la exposición a este cancerígeno y ganar en salud”, sostuvo el sindicato.

Como en los paros anteriores, que al principio se realizaban durante el día y luego empezaron a ser nocturnos, los Metrodelegados pidieron “disculpas a aquellas personas que resulten afectadas” por la decisión y le reclamaron a Emova “que reflexione sobre su actitud, que perjudica a trabajadores y a usuarios”.

Este lunes, la línea D finalizará su servicio a las 21

El jueves pasado se realizó una protesta similar, también con levantamiento de molinetes y cese de actividades antes del horario habitual, en la línea B, que esa misma semana también estuvo interrumpida por un paro sorpresivo de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), luego de una discusión entre un supervisor y un delegado del taller Rancagua, donde se reparan y alojan los trenes.

Por su parte, Claudio Dellecarbonara, secretario ejecutivo del AGTSyP, advirtió tiempo atrás que si el conflicto seguía y no recibían una respuesta por parte de la empresa, en el caso de la línea B, no descartaban “la posibilidad de la paralización por tiempo indeterminado del servicio”.

Algunos viajeros sufrieron demoras de hasta dos horas para llegar a sus puestos de trabajo (Adrián Escándar)

“Legalmente, ninguno de los trenes disponibles en dicha línea, podrían circular por contener un material altamente peligroso por su incidencia sobre la salud de las personas que está prohibido desde el año 2001″, se remarcó.

Pero a contramano de este pedido, Emova emitió hace tiempo su propio comunicado, en el que aseguró que resulta inviable la pretensión de reducir la jornada laboral, porque implicaría, sostienen, una disminución de la jornada semanal de 36 a 30 horas semanales “que resulta incompatible con una operación adecuada del servicio”.

Además, la empresa sostiene que no es cierto que falte personal para cumplir con las tareas exigidas en el contrato, “ya que los resultados cumplen con los parámetros de calidad requeridos”.

“Seguiremos con los canales de diálogo abiertos para evitar cualquier medida de fuerza que afecte el servicio y que perjudica a los más de 900 mil usuarios que cada día eligen la Red de Subte para trasladarse por la Ciudad de Buenos Aires, especialmente aquellos que necesitan de este transporte público para llegar a sus lugares de trabajo”, completó Emova.

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