El delicioso encanto de encontrar bandas nuevas y “Qué lindo es acordarme de vos”

Una agrupación puede durar dos o cien años. Algunos se robustecieron tanto que ni la muerte de alguno de sus integrantes los hicieron desistir. Los Fabulosos Cadillacs y Los Auténticos Decadentes llevan casi 40 años juntos. Una de las bandas que me llamó la atención hace unos años fue Bandalos Chinos. Rock psicodélico, tocan bien y componen. Su último disco, El Big Blue, mantiene viva muchas llamas

Guardar
Los Bandalos Chinos es una
Los Bandalos Chinos es una banda integrada por un grupo de amigos de la zona norte de CABA, que arrancó en 2013

Musicalmente hablando nada hay como una banda. De rock, de jazz, de folklore, tango o cumbia santafesina. El reality show que se pierden los canales busca rating. El proceso colectivo de planear algo, ponerse de acuerdo en infinidad de pequeñas situaciones inevitables de todos los colores, establecer límites, iniciarse en códigos nuevos, en fin, un reality con varias personas iniciando unas vidas en comunión.

Unión que puede durar dos o cien años, fuera de discusiones de calidad hubo grupos que en un par de años cambian la historia y otros que pueden cumplir cuarenta años con lo mismo, incluido el mismo público que solo hará desistir a la banda yéndose de a poco, todos, al mundo de los invisibles.

Hay conjuntos que se robustecieron tanto que ni la muerte de algunos de sus integrantes los hicieron desistir.

También la banda protege, pone a cubierto todas las debilidades personales, metidas en el tacho de la basura grupal, en el que todos son para uno y uno es para todos, como los mosqueteros.

Sin nombrarlo porque no hace a la cuestión, el afamado y carismático líder de una importantísima banda de rock respondió ante el requerimiento de un amigo,

-” para qué querés que me haga solista? Para que todos se den cuenta que soy medio tronco en un par de cosas...?”-

Y esas son las actitudes por las que uno los quiere.

Los Fabulosos Cadillacs posan con
Los Fabulosos Cadillacs posan con un Grammy por el mejor album de rock y mejor canción de rock en la entrega en la 17.a edición de la entrega de los Grammys en 2016, en Las Vegas, Nevada. / AFP PHOTO / Tommaso Boddi

Siempre pongo de ejemplo de vida a Los Fabulosos Cadillacs y a Los Auténticos Decadentes que ya llevan casi 40 años juntos, cada vez mejores. Y eso que son un montón, no son tríos ni quintetos, son como una docena en escena, en el estudio, en los aeropuertos, en los hoteles, ellos más la crew, hasta algunos familiares a veces.

Los conozco hace siglos y nunca fueron espíritus relajados, gente quieta digamos. Más bien siempre fueron bastante quilomberos. Así y todo, son un ejemplo de convivencia, complicidad, éxitos y armonía que ni nuestros padres supieron darnos. En poco tiempo subirán a ese podio envidiable los Babasónicos seguramente.

No hay métodos ni manuales que enseñen a tener una banda trascendente.

Podés poner a los mejores de cada casa, con plan previo y facilidades extra, y solo logran ser parte de un lastimoso fracaso. Como de la misma manera se juntan siete desposeídos inspirados y humildes y en poco tiempo logran convertirse en una referencia universal.

Los Auténticos Decadentes en el
Los Auténticos Decadentes en el escenario, en el lanzamiento de su álbum Expansión

Yendo más allá del éxito y el fracaso, esos impostores, pasa también que a veces no hay química entre las partes.

Ya de a dos se complica la convivencia y el aplomo, mirar sino a Simon & Garfunkel terminando el dúo a las patadas con cartas documento, acá más cerca Spinetta y García duraron un tema.

La Banda, una selección de estrellas del rock y del jazz liderados por Rubén Rada, con Jorge Navarro, Bernardo Baraj, Luis Cerávolo entre otros, hizo un solo disco y algunos brillantes shows. Listo.

Testimonio personal.

Crecer entre hippies no es sano para un niño, aunque tiene algunos momentos adorables. Esto viene al caso. Era el verano de 1974 o 1975. Estamos en unas piletas populares que había en Ezeiza, calculo que donde hoy está el campo de la selección de fútbol. Eran los días del carnaval y se había organizado un festival de rock. Mi primo Charly iba con unos amigos, entonces me subieron a la estanciera. Ciertamente no me acuerdo de nada, solo algunas polaroids que me quedaron en el cerebro como esquirlas.

Una, ver a cientos de chicas hippies con vinchas y vestidos de colores, otra polaroid tengo donde está mi primo con 20 amigos más que estaban ya ahí y que yo no conocía. Otra ver policías a la sombra de algunos árboles mirando curiosos el terreno, y la cuarta del que anunciaba en el escenario a los grupos. Muchas bandas conocidas y otras que no, para mi lo mismo porque solo habría distinguido a Pescado Rabioso y a Los Gatos que ahí no estaban. Con una pequeña expectativa el hippie que anunciaba se asoma atrás del escenario, ve que está todo listo y anuncia con énfasis al Trío Pistola, alaridos desde algunos sectores y aplausos respetuosos desde otros. Tocaron 3 o 4 temas hasta que el guitarrista se agarra a trompadas con el bajista por algún conflicto personal, que crece cuando se meten el baterista, los plomos y algunos que se sumaron a la ridícula trifulca. Sube la policía con otros de saco que andaban por ahí, se los llevan y fin del Trío Pistola. Muchas veces traté de averiguar quienes eran los Pistola, para mí podrían ser Pappo, Rino Raffanelli y Moro, aunque después me pasaron otros nombres como Edelmiro, Medina y rockers por el estilo. Parece que después de todo se veía venir la hecatombe.

Cosas que pasaban para demostrar entre otras cosas, que armar un grupo de música cuesta más desde lo personal que desde lo profesional.

Te puede interesar: ¿Es el jazz-rock un invento argentino?

Por eso, adoro las bellas bandas, cada vez que veo aparecer una elevo mis plegarias para que la aventura sea duradera y creativa.

La mirás aparecer, se sumerge y emerge el conjunto en la oleada general, a veces se hunden y no aparecen más, otras desaparecen un rato volviendo mas erecta. Solo esa gran convención humana llamada tiempo da el veredicto cierto.

Una de las agrupaciones que más llamó mi atención desde hace unos años fue Bandalos Chinos.

Un par de amigos me la datearon y los busqué. Conocerlos es tenerlos en el radar permanentemente. Mucho no los entendía pero sin duda estaban yendo a algún lugar.

Un tema de Los Bandalos Chinos, de su quinto y nuevo trabajo El Big Blue

Rock psicodélico, tocan bien, componen. Tienen muchos escenarios caminados. Esta banda cumplió 13 años, la integran un grupo de amigos de la zona norte de CABA, compañeros de colegio y vecinos, en 2009 se juntan para encarar el derrotero del arte, desde la música. Los fundadores fueron Goyito Degano y el guitarrista Iñaki Colombo, llegan ahí nomás Tomás y Matías Verduga en guitarras y batería, Nicolás Rodríguez del Pozo al bajo, y un par de años después se completa la banda con los sintetizadores de Salvador Colombo.

Goyito Degano es un frontman distinguido, los más ásperos y los más sofisticados escenarios son su terreno. Una postura que me trae a la cabeza la impronta de Federico Moura, su desafiante dulzura, una voz tranquila que desnuda un adentro desalmado, con una actitud elevadamente desafiante.

El grupo muy acorde a estos tiempos que corren, contagian desde el escenario lo que se proponen, tienen destino de gloria pareciera, aunque solo dios sabe.

Los fundadores fueron Goyito Degano
Los fundadores fueron Goyito Degano y el guitarrista Iñaki Colombo, se sumaron Tomás y Matías Verduga en guitarras y batería, Nicolás Rodríguez del Pozo al bajo, y un par de años después se completa la banda con los sintetizadores de Salvador Colombo. (Foto: Instagram)

Tienen disco nuevo, su 5to trabajo, El Big Blue, donde se los nota muy a punto. Da verdadero gusto escucharlo, dotado de una producción inigualable, arreglado con relevante buen gusto, puede ser en el futuro uno de esos álbumes que marcan una época. Parece plagado de hits Mi Fiesta es uno de los temas que más me piden en mi programa de radio, aunque hablando con Goyito me refiere otra razonable canción para tener en cuenta. Que lindo es acordarme de vos, un tema de Rafael Colombo, y con razón.

-” Que lindo que es juntarse con los chicos

Acordarnos de todo lo que hicimos.

En público acelero, porque todo lo exagero

Es mejor así, así.

Tengo un adiós trabado en mi corazón

Pero que lindo es acordarme de vos.

Se hizo de noche, y estoy solo otra vez

Pero que lindo es acordarme de vos.

Estoy pensando en el destino

En tu auto, al borde del camino.

Pensé que era imposible, pero ya sos invisible.

Y yo estoy aquí, aquí.

Tengo un adiós trabado en mi corazón

Pero que lindo es acordarme de vos.

Se hizo de noche, y estoy solo otra vez

Pero que lindo es acordarme de vos.

Pero que lindo es acordarme de vos.

Encontré un adiós

Con tu voz.

Un adiós.”-

Me contaba Goyito también al respecto

— “sabés que nos pasó mientras terminábamos la grabación de nuestro ultimo disco El Big Blue ? Ya estábamos terminando las sesiones y nos apareció " Qué lindo es acordarme de vos”, el tema que cierra nuestro álbum. La producción es de Adan Jodorowsky, el hijo del cineasta chileno. Él nos propuso grabarlo todo en vivo, en cinta, como se grababa antes. A la vieja escuela. Así que como ya estábamos en el último tema hicimos algunos cambios de roles. Chapi Colombo el tecladista pasó a tocar la guitarra, Iñaki se puso a tocar los teclados, todo de esa manera. Lo curioso de esto es que hicimos varias tomas, aprovechando que eran las últimas horas que teníamos en los estudios Sonic Ranch para grabar el último tema de la placa. Lo mejor es que después de todas, quedó la primera toma de la canción. Obviamente hubo algo mágico que ocurrió en esa primera toma, que no pasó en el resto. Cuando las escuchamos, entre todos decidimos que esa primera toma era superior a las demás. Se ve que ese primer acercamiento a la canción fue más sincero y honesto. A veces pasa”, cuenta Goyito.

Es muy genial que sea ese cambio de sonido del que hablaba Goyito el que ocurra en la última canción de Big Blue. Seguro uno de los mejores discos de este año tan particular.

Adan Jodorowsky, en el centro,
Adan Jodorowsky, en el centro, en la entrega de los premios de la 22.a edición Anual de los Grammy latinos, en 2021. (Photo by Bridget BENNETT / AFP)

Un párrafo aparte, y casi personal, sobre Adan Jodorowsky, el francés-chileno que se dedica a la música y a la actuación fundamentalmente, con gran éxito en ambas disciplinas. El arte de combinar los sonidos es la definición de la música. El arte de combinar las canciones no tiene nombre, es innombrable como el Tao, que no se puede definir con palabras conocidas. Para mí, una lista de canciones es algo que nos crece desde algunas químicas inorgánicas de nuestro organismo y se construye sola.

Estaba noches atrás armando mi programa de la noche del sábado, cuando me apareció la siguiente secuencia musical que no tenía prefijada.

Bobbi Humphrey, una flautista que tocaba jazz y con Stevie Wonder haciendo Harlem River Drive, que tiene un final impagable para poner un reggae del Francés Ben L´oncle Soul , el final de la versión de Imagine de Soul me llevó al comienzo de un viejo tema del mexicano León Larregui, de su genial disco debut solista Soloist de hace 10 años, y me trabé hasta que reparé en el disco de los Bandalos Chinos, y puse Qué lindo es acordarme de vos generando 20 minutos hermosos radialmente hablando.

Después me di cuenta que con 10 años de diferencia, ambos discos, Soloist de Larregui y El Big Blue de los Bandalos están producidos por Adan Jodorowski. Eso habla muy bien de todo, del plan maestro de Jodorowski, de la performance de los artistas, de la preciada edición de ambos discos, y finalmente de mi oído que creo es lo único en mi que no está deteriorado por el paso el tiempo.

Además de todo, la aparición de discos como éste mantiene vivas muchas llamas.

Eso es para celebrar.

Seguir leyendo:

Guardar