La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP- Metrodelegados) anunció la continuidad de sus medidas de fuerza, que volverán a ser por la noche y nuevamente incluirán levantamiento de molinetes y un paro total de actividades para este jueves, esta vez en la Línea B.
El gremio viene reclamando desde hace varias semanas una reducción de la jornada laboral para trabajar cinco días y tener dos francos, y el reemplazo por parte de las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires de las formaciones con asbesto.
Según precisaron en el último comunicado que difundieron los líderes del sindicato, Roberto Pianelli y Néstor Segovia, en esta ocasión habrá apertura de molinetes de 20:00 a 21:00 en la estación Rosa y a partir de esa hora las formaciones dejarán de circular hasta el día siguiente.
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Este mismo ramal estuvo interrumpido durante toda la mañana del martes por otra protesta gremial realizada por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), luego de una discusión entre un supervisor y un delegado del taller Rancagua, donde se reparan y alojan los trenes.
Por su parte, los Metrodelegados sostuvieron que estas nuevas medidas de fuerza se tomaron debido a que no hubo respuestas a sus reclamos por parte de la empresa Emova, que tiene la concesión del subte, lo cual -aseguraron- “se ve agravado por el faltante de personal en todos los sectores y por el atraso en la compra de trenes nuevos sin asbesto por parte del Gobierno de la Ciudad”.
En ese sentido, uno de los puntos que más preocupa y que más insistencia plantea por parte de los trabajadores es el material de las formaciones: “El asbesto es un mineral cancerígeno. Hay 75 trabajadores con afecciones causadas por exposición al mismo”, alertan.
En su argumento, esta es una de las claves por las que piden la reducción de la jornada laboral a cinco días, con dos de descanso, ya que aseguran que reducir la jornada semanal significaría bajar la exposición a este material cancerígeno y ganar en salud.
Este tipo de plan de lucha ya provocó protestas similares, la última tuvo lugar el viernes pasado, cuando el servicio de la Línea A permaneció paralizado, también desde las 21:00, luego de una hora en la que se les permitió a los pasajeros viajar sin pagar.
Ese fue el comienzo de los paros nocturnos, ya que hasta la protesta anterior a esa, que afectó a la línea C, el levantamiento de molinetes era de 13:00 a 14:00 y el cese de actividades se realizaba de 14:00 a 15:00. Así se había hecho también en los ramales H, D, E y Premetro.
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El reclamo
Con el correr de las semanas, un acuerdo con la compañía parece cada vez más difícil. Los gremialistas piden reducir la jornada laboral y al mismo tiempo que el Gobierno de la Ciudad reemplace las formaciones contaminadas.
Es en ese contexto que dirigentes como Claudio Dellecarbonara, secretario ejecutivo del AGTSyP irrumpieron para apuntar contra la compañía. “Queremos alertar que, de no obtener respuestas a nuestros pedidos, profundizaremos las medidas de fuerza de conjunto, y en el caso de la línea B no descartamos la posibilidad de la paralización por tiempo indeterminado del servicio, ya que legalmente ninguno de los trenes disponibles en dicha línea, podrían circular por contener un material altamente peligroso por su incidencia sobre la salud de las personas que está prohibido desde el año 2001″, se advirtió.
Pero a contramano de este pedido, Emova emitió hace tiempo su propio comunicado, en el que aseguró que resulta inviable la pretensión de reducir la jornada laboral, porque implicaría, sostienen, una disminución de la jornada semanal de 36 a 30 horas semanales “que resulta incompatible con una operación adecuada del servicio”.
Además, la empresa sostiene que no es cierto que falte personal para cumplir con las tareas exigidas en el contrato, “ya que los resultados cumplen con los parámetros de calidad requeridos”.
“Seguiremos con los canales de diálogo abiertos para evitar cualquier medida de fuerza que afecte el servicio y que perjudica a los más de 900 mil usuarios que cada día eligen la Red de Subte para trasladarse por la Ciudad de Buenos Aires, especialmente aquellos que necesitan de este transporte público para llegar a sus lugares de trabajo”, completó Emova.
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