En occidente predominan las religiones llamadas Abrahámicas, es decir las religiones monoteístas que reconocen a Abraham como padre de su fe. Son el judaísmo, el cristianismo y el Islam. En todas, las serpiente simbolizan al mal. Todos conocemos de donde proviene que este animalito sea considerado un ser maligno: de La Biblia, y sobre todo del libro del Génesis. Leemos el texto del Génesis 3. 1-16. El cual comienza explicando que: “la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Yahveh había hecho…” y luego que le indica a Eva, que pueden comer del fruto del árbol prohibido (nota: el “fruto” nunca dice que fuera una manzana, solo dice “fruto”. Miguel Ángel en la capilla Sixtina pinta higos, por ejemplo) esta lo prueba, se lo da a Adán, y al advertir el daño causado Dios castiga a la serpiente diciéndole: “Y Yahveh/Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón” Para la iconografía católica esta imagen está plasmada en casi todas las representaciones de la Virgen María, quien aplasta con su pie la cabeza de una serpiente, que en muchas oportunidades tiene una manzana en su boca.
De acá se desprende que la serpiente es maldecida por el mismo Dios y por tanto es uno de los peores animales del mundo. ¿Es así?, ¿es la serpiente un animal maldito en la Biblia? Si seguimos leyendo en el texto sagrado, podremos observar que la serpiente también es fuente de salud y con solo observarla, cualquiera puede ser salvado de una muerte segura.
Leemos en el libro de los números 21.4-9: “Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y Dios envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: ‘Hemos pecado por haber hablado contra Dios, y contra ti; ruega a Dios que quite de nosotros estas serpientes’. Y Moisés oró por el pueblo. Y Dios dijo a Moisés: ‘Haz una serpiente de bronce, y ponla sobre un asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá'. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.” El mismo Jesús hablará sobre este evento en su prédica, como podemos leer en Juan 3.14: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Es decir que en un texto, simbólicamente, la serpiente representa un animal que trae la desobediencia y la muerte; y en otro texto es un animal que trae la salvación, tanto que el mismo Jesús se sentirá identificado con ese evento de Moisés.
En algunas oportunidades, los ofidios son utilizados como la representación de la vida del cristiano después de morir; porque así como la serpiente cambia la piel, es así como el cristiano cambiará de cuerpo para ingresar a la vida eterna.
Entonces, ¿por qué se prefirió la visión negativa? Y acá entran en juego los artistas y la prefiguración del mal en las predicas y los sermones. El ser humano necesita de imágenes para poder concebir un pensamiento; es muy difícil concebir una acción o un pensamiento en abstracto. Cuando se habla del mal, cuando se deseaba representar al mal… se lo hace con la forma de la serpiente que tentó a Eva. Algo que se nos pasa siempre de largo en el tema de la serpiente y Eva: los ofidios hablaban y el mismo Dios dice que es el animal más inteligente de la tierra. Y, si seguimos el hilo del desenlace de la escena, en ningún momento el texto bíblico dice que la serpiente estaba enroscada en el árbol, como la representan los artistas; (salvo Miguel Ángel que le da forma humana en la Sixtina) y si la maldición de Dios es que “sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida…” puede significar que antes de dicha maldición se encontraba erguida. No obstante, en la Biblia se la menciona infinidad de veces casi siempre en sentido negativo: es temida (Sab 17,9) por su astucia (Gén 3,1) y por su veneno (Sal 140,4) y como símbolo de falsedad (Gén 48,17), maledicencia y difamación (Sal 140,4) astuta malignidad (Mt 3,7; 23,33) y peligro mortal (Eclo 21,2; Prov 23,32).
Como hemos visto, en el judaísmo y el cristianismo los ofidios podrían haber sido considerados como un animal de simbolismo positivo, como son la paloma, el cordero, los bueyes, etc... Pero por otras cuestiones, se trasformó en un animal con simbolismo negativo.
Pero no en todo el mundo y tradiciones los ofidios poseen representaciones negativas.
El dios Esculapio para los romanos o Asclepio, a para los griegos, patrono de la medicina y sanador de los males, porta un báculo con una serpiente considerándola como símbolo de la sabiduría, la fertilidad, la salud y la prosperidad. Y hasta el día de hoy el símbolo de la medicina es el báculo con la serpiente enroscada en ella. Copa de Higia o símbolo de las farmacias, que tiene relación con la hija de Asclepio llamada Higea, que preparaba los remedios y los venenos.
Los cretenses rendían culto a la diosa minoica de las serpientes y esta representada en el Palacio de Cnosos y le atribuían propiedades curativas.
Los egipcios adoraban a la diosa Renenutet a quien representaban como serpiente y, también, le atribuían propiedades curativas o a la diosa Uadyet, que podía transformarse en serpiente y era la diosa protectora del bajo Egipto, que junto con la diosa Nekhebet, protectora del alto Egipto, formaban parte de la nomenclatura real de los faraones con el título de «Las dos Señoras». Ambas figuraban en el tocado que usaban en la frente los faraones como diosas protectoras, como se aprecia en la imagen de Tutankamón. Resumiendo, el reptil entre los egipcios era símbolo de sabiduría, inmortalidad, fortaleza y protección.
En la ciudad india de Silaba, todos los veranos se celebra una festividad para conmemorar su especial relación con las serpientes. Todo el gentío acude a admirar a las cobras y a presentar sus respetos, de esta forma los habitantes de la ciudad renuevan el pacto con el dios Shiva. Después de la fiesta se deja a la cobra donde fue encontrada y se las libera con gran gratitud y así las cobras no le harán daño en el resto del año. Las serpientes son consideradas como símbolo de la fertilidad en toda la India y las mujeres hindúes que desean ser fértiles adoptan a una cobra hembra.
Para el budismo, la serpiente es un ser benévolo. Un día, mientras Siddhartha meditaba, una cobra lo cubrió del sol desde un árbol (otras tradiciones dicen que lo protegió de un fuerte temporal de lluvia y viento) y en agradecimiento, Siddhartha le tocó la cabeza al reptil para que tuviera una especie de ojo místico. Ese ojo es la mancha que presenta en la parte superior de la cabeza.
Para los chinos, la serpiente forma parte de su horóscopo y las personas nacidas bajo este signo son creativas, talentosas, selectivas, comprometidas y absolutamente encantadoras. Demuestran una gran lucidez en cada cosa que hacen saber escuchar es una de sus virtudes, al igual que la capacidad de organización.
En las culturas mesoamericanas la serpiente posee un sentido fertilizante y anuncia a las lluvias bienhechoras que producirán abundantes cosechas. En los grandes templos, los mayas veneraban a Cuculkan, un dios serpiente emplumado, que era representado en la tierra por una serpiente cascabel tropical. El calendario maya estaba basado en el número de escamas que estas serpientes tenían en su cascabel. Trece escamas de arriba hacia abajo en cada lado, cincuenta y dos en total, número que correspondía a los ciclos de tiempo de los mayas. Entre los aztecas la serpiente desempeña un papel como signo del día quinto del calendario. Su valor de augurio para todos los nacidos bajo este signo es negativo, ya que a este reptil se le considera pobre y sin hogar.
No obstante en regiones de España, como en el país vasco, se mantienen tradiciones orales en la que se cuenta sobre una deidad masculina de serpiente: el Sugaar. El cual protege los rebaños, aumenta la fertilidad de los animales domésticos, tiene poderes curativos y ahuyenta tanto a la muerte como a la enfermedad. En Pontevedra se ubica “A Pedra da Serpe de Penalba” se representa una forma de serpiente de gran tamaño, aproximadamente de 2 metros, aunque hay expertos que postulan que se muestran dos serpientes en el momento del apareamiento. La serpiente es un motivo muy representado en el arte gallego, y esta es una de sus representaciones más antiguas.
A principios del siglo XIX en Lituania, Malta y Grecia estaba extendida la creencia en las serpientes como diosas del hogar: son las guardianas de la familia y de los animales domésticos, especialmente de las vacas; aseguran la fertilidad, la prosperidad y la salud; cada familia y cada animal tiene como protectora a una serpiente, cuya energía vital le transmite al hombre o animal al que protege lo que se pone de manifiesto en la superstición de que si se mata a una serpiente, morirá el dueño de la casa, uno de sus hijos o una vaca. Aún hoy en día, los campesinos bálticos decoran con serpientes las esquinas, ventanas y tejado de las granjas.
A San Patricio se le atribuye la expulsión de las serpientes de Irlanda y muchas veces está así representado. En Bretaña como en Irlanda monumentos religiosos de piedras gruesas del país llevan todavía la señal del culto de la serpiente. En el caso de los druidas, los magos y los adivinos atribuían el poder mágico no solamente a ciertas plantas, sino a los huevos de serpientes sagradas.
En Italia, en la región de los Abruzzos, en el pueblo de Cocullo, se venera a santo Domingo de Sora, abad nacido en el año 951 en Foligno y muerto el año 1031 en Sora. Fue un reformador de la vida monástica al que se atribuyen propiedades curativas, especialmente contra la mordedura de las serpientes muy abundantes en esa región. Pero con una particularidad es venerado en la “festa dei Serpari”, que se celebraba tradicionalmente el primer jueves del mes de mayo. Con el inicio de la primavera, los jóvenes del pueblo van cazar serpientes no venenosas y el día de la fiesta del santo se la enroscan al cuello del santo o en su aureola, mientras se le saca en procesión por las calles del pueblo. Los fieles tratan de entrar en contacto con los ofidios y poder tocar a uno de ellos, sostiene los devotos del santo; que los protegerá por un año de la picadura de una serpiente. Una vez acabada la fiesta, las serpientes son liberadas de nuevo en el monte.
Como vemos, las serpientes no son ni buenas, ni malas. Solo son amínales que cumplen su función, pero los seres humanos las hemos dotado de dones benéficos y de maldiciones, según las tradiciones de la cultura en la cual nos movemos.
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