El proyecto por recuperar y reintroducir al yaguareté en el Iberá fue iniciado en 2012 como una acción de conservación casi similar a una gesta, y con el paso de los años comenzó a hacerse realidad luego de 70 años de que la especie fuera declarada extinta en la región.
En ese año, comenzó un trabajo conjunto entre Tompkins Conservation, Fundación Rewilding Argentina, el Gobierno de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales con la construcción del Centro de Reintroducción de Yaguareté en el Parque Nacional Iberá (CRY).
Con el claro objetivo de salvar a la especie, el proyecto avanzó y la alegría llegó en 2018 cuando nacieron Arami y Mbarete, las primeras cachorras nacidas en el CRY. Fueron criadas en condiciones de semi libertad, pero sin contacto con el humano, y con la única meta de poder ser liberadas.
Hace siete meses, Mbarete fue trasladada al Parque Nacional El Impenetrable, en Chaco, para presentarla con Qaramta, el único macho silvestre registrado en ese parque nacional. La unión se produjo sin inconvenientes en los grandes corrales que allí tienen y, tres meses más tarde, nacieron dos saludables cachorros. Pero falta la última parte final de la hazaña: buscar la manera de capturar a madre e hijos para trasladarlos de vuelta a Iberá.
Luego de una cautelosa y cuidada captura, se realizó un viaje épico en avión y camioneta, y Mbarete y sus dos cachorros llegaron a Iberá en perfectas condiciones. Hoy se acostumbran a los nuevos aromas en un inmenso corral a la espera de ser liberados pronto para vivir la vida salvaje.
“Lo que se hizo con Mbarete y sus cachorros, que comprende la crianza en semi cautiverio, la junta con un individuo silvestre y el traslado, es una acción extrema pero indispensable si queremos revertir la amenaza de extinción que pesa sobre la especie”, aseguró Sebastián Di Martino, director de Conservación de Fundación Rewilding Argentina, al frente de estos desafíos.
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La historia antes del regreso de Mbarete a Corrientes
Aunque el trabajo de Tompkins Conservation inicia en 2012, Douglas R. Tompkins y su esposa Kristine McDivitt llegaron a la Argentina en 1997, recorrieron Iberá y a fines de 1998 compraron la primera estancia, San Alonso, donde actualmente se está llevando adelante el proyecto de reproducción de yaguareté.
“El matrimonio estaba muy vinculado al movimiento de Rewilding, destinado a sacudir un poco las bases de la conservación, y fue parte del nacimiento de ese movimiento en los Estados Unidos. Como en otros lugares, planteó esta nueva necesidad de restauración de especies claves, los grandes depredadores, grandes herbívoros y grandes carnívoros. Como parte de ese grupo de activistas conocían muy bien algunas iniciativas, por ejemplo, la vuelta del lobo al Parque Nacional de Yellowstone, en los Estados Unidos. Y cuando Douglas llegó a Argentina visualizó el retorno del yaguareté al Iberá”, arranca la historia Di Martino.
Esa fue, a su consideración, una iniciativa que “se la debemos en muy buena medida a ellos”, dice. “El hecho bisagra sucedió a fines de la década del 90 cuando llegaron al Iberá y empezaron a comprar tierras para luego hacer el gran parque que tenemos hoy para poder introducir un montón de especies incluido el yaguareté”.
Pasaron catorce años hasta que esa misión comenzó a tomar forma hasta convertirse en el proyecto que es hoy. “En este tiempo hubo una sucesión de logros que, en su momento, eran cosas impensadas y que van viendo la luz a pesar de que siempre haya muchas dificultades que atravesar, pero yo creo que la construcción del Centro de Reintroducción de Yaguareté, que realmente es obra monumental que representa uno de los grandes logros, la llegada de los primeros animales en cautiverio, en 2015. Aunque el centro se empezó a hacer en el 2012, en el 2015 llegó la primera hembra; en el 2016, el primer macho y esos animales nunca llegaron a reproducirse, pero abrieron la llegada de otros animales, del nacimiento de los primeros cachorros en el CRY que fueron Arami y Mbarete, a mediados de 2018, fue otro de los grandes hitos sin ningún lugar a dudas”, detalla e indica cuáles fueron esos logros.
Lo que siguió fue la introducción de yaguaretés llegados del exterior. “Cuando parecía imposible mover animales de otros países con fines de conservación, trajimos animales de Brasil, primero de cautiverio, luego algunos animales de origen silvestres; luego de Paraguay y más tarde de Uruguay. Y obviamente la liberación de los primeros individuos, en enero del 2021, el nacimiento de los primeros ejemplares ya totalmente en libertad, a principios de este año 2022, es toda una sucesión de de logros”.
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El ultimo traslado fue el de Mbarete y este es un logro por lo que en la visión conservacionista significa para la especie. “Fue algo muy audaz. Ella fue una de las dos primeras cachorras nacidas en el CRY y criada en condiciones especiales para poder ser liberadas, decidimos trasladarla a El Impenetrable, de Corrientes a Chaco, y ahí cruzarla con un macho silvestre, o sea, una movida que nunca se había probado antes con un gran carnívoro. Fue hacer que un macho silvestre se acerque, que logre entrar a los corrales, que se sienta cómodo, que esté durante el período de celo con la hembra, que la hembra quede preñada, que para sus cachorros y después capturar de vuelta a la hembra y volverla a Iberá. Ese es otro gran logro y es una medida de manejo activo extrema, pero también es extrema la necesidad de conservación del yaguareté, una especie casi extinta. Ante necesidades, extremas soluciones extremas”, subraya.
Continuando, define: “Para mí, en los de Mbarete es lo más importante porque derriba barreras en cuanto a lo que se puede y lo que no se puede hacer para conservar especies. Para muchos sectores del conservacionismo parece una medida extremadamente arriesgada, entonces creo que la importancia está en esto de seguir derribando fronteras en el tipo de acción que necesitamos para conservar especies amenazadas y después, por supuesto, el hecho de que regrese a su hábitat con dos cachorros que cargan los genes de Qaramtá, este macho silvestre de El Impenetrable, que van a aumentar la variabilidad genética de la incipiente población del Iberá, que es algo que estamos buscando alcanzar ahora”.
La importancia de este proyecto radica también en que por primera vez en el mundo se trata de recuperar el territorio perdido por un gran carnívoro como este. “Es el primer y único proyecto hasta ahora en el mundo de introducción del yaguareté, entonces va a tener una importancia mayúscula para conservar una especie que en Argentina está en peligro crítico de extinción. Es un ejemplo de que la conservación debe ir hacia recuperar territorios perdidos, no únicamente conservar lo que todavía queda en pie, que sí que es lo que ha hecho la la conservación tradicional. Con esta idea, vamos un paso más allá y recuperamos territorio, ganamos territorio perdido. Creo que además este proyecto del yaguareté, que si bien no es un proyecto terminado ni mucho menos, pero está dando sus pasos y esos van muy bien. Nos marca un antes y un después, porque ahora vemos que podemos utilizar este tipo de conservación para recuperar no solo a esta especie sino a muchísimas especies también amenazadas”, finaliza.
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La historia de una gran hazaña
Evitar la extinción del yaguareté fue el objetivo y la acción entre la Fundación Rewilding y las provincias de Chaco y Corrientes, y los Parques Nacionales Iberá y El Impenetrable, que trabajaron codo a codo.
Luego de que se iniciara el trabajo conjunto entre Tompkins Conservation, Fundación Rewilding Argentina y el Gobierno de Corrientes con la construcción del Centro de Reintroducción de Yaguareté (CRY), en 2012, se sumó la provincia del Chaco, en 2019, con esfuerzos para preservar la especie en el interfluvio Bermejo-Bermejito.
El año anterior, habían nacido en el CRY las dos primeras cachorras, Arami y Mbarete; en 2021 los primeros individuos nacidos fueron liberados en el que siempre fue el habitat natural de la especie. Actualmente, doce yaguaretés viven libres en el Parque Iberá.
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También durante el año pasado, nacieron los yaguaretés Nala y Takajay, a los que se prevé liberar en un futuro cercano, en El Impenetrable chaqueño.
“La recuperación del yaguareté en las provincias de Chaco y Corrientes viene dando grandes pasos y es ejemplo del esfuerzo conjunto y políticas públicas de conservación de la biodiversidad. Estos logros no solo se traducen en la posibilidad de vivir en mayor armonía con la naturaleza, sino también en más trabajo genuino”, dijo el gobernador de la Provincia del Chaco, Jorge Capitanich.
Por su parte, el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, dijo: “La provincia apuesta a la recuperación de yaguareté, demostrando que el trabajo articulado con otras provincias e instituciones nos fortalecen. Estamos felices y orgullosos de que Mbarete y sus cachorros vuelvan para vivir libres en el Parque Iberá”.
Con el regreso del yaguareté, la sociedad correntina también recupera un símbolo cultural, sinónimo de fuerza y coraje, y una figura emblemática que permitirá fomentar el turismo a través del avistaje de fauna.
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Sobre la especie
El yaguareté (Panthera onca) es el mayor felino del continente americano y está categorizado como en Peligro Crítico de Extinción en Argentina, principalmente debido a la cacería, la disminución de la abundancia de sus presas y la destrucción y fragmentación de su hábitat. Con una población estimada entre 200 y 250 individuos, la especie ocupa menos del 5% de su área de distribución histórica en Argentina.
Al ser el depredador tope, el yaguareté es una especie clave para garantizar la salud y el buen funcionamiento de los ecosistemas que habita. Los resultados del proyecto de reintroducción en los esteros del Iberá son contundentes: en los últimos dos años se logró pasar de cero a 12 yaguaretés libres en el humedal correntino. Todos se están desempeñando muy bien en su vida en completa libertad: se alimentan por sus propios medios y llegaron a reproducirse, logrando que la población crezca favorablemente.
Esa población está renaciendo y los resultados esperanzadores demuestran que todo el trabajo realizado en verdad permite restituir y enriquecer poblaciones de especies extintas o amenazadas localmente.
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