Las palabras de Rodrigo Mónico resonaron fuerte entre los asistentes a la movilización que se llevó a cabo durante el cierre de la Cumbre Mundial de Alcaldes de C40, el pasado viernes 21 de octubre, en la Ciudad de Buenos Aires.
Rodrigo tiene 18 años y es uno de los primeros integrantes de los Guardianes del Riachuelo, un proyecto que surgió a partir del fallo “Mendoza” de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que, en 2008, ordenó la limpieza del Riachuelo. Hace unos veinte días, el joven se paró frente a un micrófono y leyó un “Manifiesto por el Ambiente”.
“Luchamos juntos contra el nuevo enemigo porque si no luchamos, ellos nos cambiarán a nosotros”, arrancó Rodrigo, haciendo referencia al “colapso ambiental”, y fue ovacionado.
El “manifiesto” que leyó forma parte una declaración de principios del movimiento “El Nuevo Enemigo” impulsado por Ricardo Lorenzetti, juez de la CSJN y autor de un libro que lleva el mismo nombre.
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“Reclamamos a los poderes públicos de todos los niveles que adopten políticas de Estado que protejan el ambiente. No deben dejarse dominar por los intereses económicos, sacrificando nuestro futuro”, subrayó el joven más adelante.
Guardianes del Riachuelo
Rodrigo Mónico fue uno de los primeros “Guardianes del Riachuelo”, el proyecto educativo y ambiental que surgió en 2010 en la Escuela Pública N° 72, en el barrio de Villa Jardín, de la localidad bonaerense de Lanús.
Como la mayoría de niños y niñas que concurrían a dicho establecimiento, Rodrigo convivía a diario con la ribera de la Cuenca Matanza Riachuelo, uno de los ríos más contaminados de América Latina y uno de los diez más infectados del mundo.
El grupo “Guardianes del Riachuelo” surgió como consecuencia de las inquietudes de los alumnos acerca de las influencias que la contaminación ambiental tiene en la salud de la población.
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Alentados por la maestra Claudia Leguizamón, Rodrigo y sus compañeros de clase comenzaron a realizar investigaciones en el barrio sobre las problemáticas que veían en la vida cotidiana: basurales a cielo abierto, fábricas contaminantes, barrios sin infraestructura y noticias de niños menores de 6 años fallecidos.
El panorama, para nada alentador, los llevó a salir de la escuela, hablar con los vecinos y realizar distintas actividades: hicieron encuestas en el barrio para conocer los problemas de salud más comunes; un archivo de certificados médicos de niños que, con frecuencia, faltaban a la escuela; llevaron a cabo acciones conjuntas con otros vecinos y organizaciones de la zona, y realizaron jornadas de medioambiente con la participación del barrio y el municipio.
En 2011, tres años después del fallo “Mendoza”, los “Guardianes” tuvieron una audiencia con el entonces presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti, en la que le contaron los estudios que estaban realizando y los dramas de convivir a diario con la contaminación del Riachuelo que, al día de hoy, continúa un proceso de saneamiento encabezado por la ACuMaR.
“Manifiesto por el Ambiente”
A más de una década de su creación, el proyecto “Guardianes del Riachuelo” continúa funcionando para mejorar las condiciones ambientales de la zona.
En ese contexto, hace 20 días, Rodrigo Mónico estuvo presente en el cierre de la movilización del C-40 -que congregó a diversas organizaciones ambientales y políticas en el centro porteño- donde leyó una carta titulada “Manifiesto por el Ambiente”.
“Queremos luchar por un cambio moral porque queremos vivir con la esperanza que dan los ideales y ser recompensados con una vida más plena”, aseguró el joven y advirtió que la pandemia, los incendios, la extinción de especies vegetales y animales, la falta de agua potable, la contaminación de los ríos, el plástico en los mares, “son síntomas de una enfermedad: que es el fin de un ciclo”.
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A pesar de los nervios, evidentes a la hora de pronunciar algunas palabras, Rodrigo también habló de la importancia de la construcción de un “Nosotros”; hizo un llamado a todos aquellos que se sienten inconformes, no solo con la crisis ambiental -“la escasez de agua”, “la contaminación”, “el deshielo de los glaciares”- sino también con la pobreza y la indigencia, la discriminación de todo tipo, y “las pesadillas provocadas por la falta de futuro”.
Además aseguró que “necesitamos luchar juntos contra el Nuevo Enemigo” y que, para ello, necesitamos un movimiento “que nos una a todos y que entienda que el único enemigo que tenemos es el enemigo ambiental”.
Hacia el final de su exposición, agregó: “todo ello es posible porque en nuestra historia se dieron grandes movilizaciones de mujeres y hombres que obligaron a cambiar. Cada uno en su lugar, a su modo, con sus medios; lo que no cabe es la indiferencia”.
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