Se imaginan con los pies hundidos en la arena mojada, boquiabiertos ante la furia de una ola y escuchando con los ojos cerrados los sonidos del mar mezclados con el graznido de las gaviotas durante un amanecer o mientras el sol esté cayendo. Los alumnos de la primaria de localidad San José del Boquerón, en Santiago del Estero, sueñan con conocer el mar y para hacerlo realidad iniciaron una campaña que pronto se hizo viral en la provincia.
“Queremos culminar esta etapa de la escuela con un viaje de egresados en el que podamos compartir y conocer otros lugares”, cuentan agrupados y describen: “Vivimos en un lugar muy hermoso, en la ribera del Río Salado, en un lugar de bosques espesos y nuestro gran deseo es conocer el mar todos juntos y disfrutar de otros paisajes”.
No están solos. Los ayudan sus familias, un maestro, la directora de la escuela y Florencia Gómez, una santiagueña radicada en Buenos Aires y que vio por primera vez el mar a los 27 años. “Quienes aún no lo conoce, no logra dimensionar lo que es. Pero cuando ya lo conocés te sigue impresionando”, resume Gómez, miembro de Frente de Mujeres Campesinas del Salado Norte, la ONG que amadrina y desde la cual organizan la colecta de los egresados.
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Rifas, tortas y loterías
Alentados por sus familias, los egresados de la primaria de la Escuelita 806 iniciaron hace meses distintas campañas para juntar el dinero que les permitiera comenzar a cimentar el deseo de su Viaje de Egresados: hicieron rifas, loterías escolares, vendieron tortas y todo cuanto pudieron para comenzar a juntar el dinero necesario.
Más tarde se sumó la Red de Comunidades Rurales, por medio de quienes de quienes lograron conseguir el alojamiento y la comida para todo el contingente en Chapadmalal. Pese a ello, el esfuerzo realizado hasta el momento no fue suficiente y necesitan cerca de $500.000 para poder cumplir el sueño. En las imágenes viralizadas también aparece el alias de la cuenta (pollo.bota.trigo) en el cual cualquier persona puede colaborar con el objetivo de los chicos.
Ese deseo no fue solo de ellos. “También lo tuvieron los alumnos de la Promoción 2020, pero debido a la pandemia de coronavirus, no pudieron viajar. Ellos fueron los que comenzaron a trabajar en este viaje con muchas ilusiones y aunque hoy están en 2do año de secundario, siguen sintiéndose parte de la primaria y piden acompañar”, confía Gladys Cuellar, directora de la escuela que en años anteriores acompañó a otros egresados a Córdoba.
“Había una cuenta pendiente con los que no pudieron viajar, por eso, este año decidimos trabajar para tratar de llevarlos a todos un poco más lejos y darles la posibilidad de que conozcan otros lugares porque la mayoría solo viajó a la ciudad más cercana, Nueva Esperanza, que está a 70 kilómetros, y muy pocos conocen Santiago Capital”, explica la mujer oriunda del lugar y a los 12 años viajó hacia Añatuya, para estudiar internada en una residencia de monjas. “En aquellos años, en estas zonas no había más que una escuela primaria y en aquella escuela de Añatuya me recibí y volví a mi lugar donde en cinco años me jubilaré”, admite.
La directora reconoce también que el sueño que acompaña no es solo de los chicos. “A todos nos pasa esa idea por la cabeza porque la mayoría no conocemos el mar. Los maestros mismos que enseñamos sobre el mar sin conocerlo. Somos de lugares inhóspitos se hace casi imposible, por las distancias, los costos y por ser de zonas rurales. Creemos que esta vez el sueño sí se va a cumplir. Hay mucha gente solidaria que ya colaboró con los chicos”.
Ella será parte del contingente al igual que el maestro del grado, Óscar Argañaraz. “Yo ingresé a la institución hace seis meses, cuando los chicos ya estaban con el proyecto y me contaban que querían realizar un viaje de egresado, que querían conocer otros lugares. Se barajaron otras opciones, como Tucumán, Alta Córdoba, y como el más lejano y quizás el más soñado, Buenos Aires, y de Buenos Aires el mar”, recuerda.
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Desde el momento en que eligieron el lugar “comenzaron a vivirlo con mucha algarabía”, admite el maestro el entusiasmo de los chicos y sigue: “Hemos estado conversando con ellos mucho sobre la posibilidad de hace este viaje y tienen mucho nerviosismo y alegría mezclada. Es todo nuevo para ellos, creo que hasta el momento de hacer el video no habían tomado dimensión de lo que podría significar, pero desde que se difundió en todas las redes sociales, en los medios locales, están conmocionados, con mucha expectativa y también agradecidos”, explica y cuenta que esta campaña es la primera que se hace viral y traspasa las fronteras de la localidad.
El video fue alentado e ideado por Florencia Gómez. “Hablé con una amiga y tutora de una de las nenas, que me contó lo que estaban haciendo, y le pedí que grabaran un video para compartirlo en Buenos Aires, donde hay mayor poder adquisitivo que en el pueblo y la semana pasada lo difundimos en los grupos de familiares y vecinos y los escucharon a ellos contar su sueño”.
Desde entonces, el video que se viralizó en Santiago del Estero, logró recaudar poco más de $100 mil. “Los chicos se sintieron muy decepcionados porque ya sabían las cuentas y querían abandonar el sueño, pero les conté que yo recién pude ver el mar a los 27 años, cuando me mudé a Buenos Aires y que hay gente que muere sin conocerlo, que ellos no podían dejar de lado el sueño de ir todos juntos”, revela la abogada sobre el viaje programado para la segunda semana de diciembre.
No queda mucho tiempo para que logren recaudar el dinero necesario para el traslado. “La idea contratar un micro para salir juntos desde la puerta de la escuela y volver en el mismo transporte. Aunque son pocos, necesitan un micro porque son muchas horas de viaje”, aclara Florencia y dice que está disponible la cuenta de la directora para recaudar fondos con el alias pollo.bota.trigo.
Para que todo sea trasparente, muestran los comprobantes de cada donación y la organizadora registra todo en un archivo de acceso público.
“Tienen que tener la posibilidad de cumplir su sueño. Son chicos que transitan otra realidad que aunque no es igual a la que había cuando yo vivía ahí, en el monte donde no había ni luz y ahora tienen luz y pavimento, y la escuela tiene wifi, sí hay distancias de tipo porque la fibra óptica no llega y quienes tienen internet es satelital. Muchos chicos son de zonas rurales y realidades que aquí ni siquiera nos imaginamos, por eso merecen la posibilidad de cumplir su sueño”, finaliza Florencia.
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