La historia de la Marcha del Orgullo: represión en un bar de Nueva York y el activismo de Carlos Jáuregui en Buenos Aires

Surgió luego de la revuelta de Stonewall para conmemorar la lucha de la comunidad contra el sistema que los violentaba y reprimía. En Argentina se celebra desde 1992. La razón por la que se marcha en una fecha diferente a la de Estados Unidos

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Marcha del Orgullo, el 6 de noviembre de 2021, en Buenos Aires, Argentina (Charly Diaz Azcue / Comunicación Senado)
Marcha del Orgullo, el 6 de noviembre de 2021, en Buenos Aires, Argentina (Charly Diaz Azcue / Comunicación Senado)

El lema que este año tiene la 31ª Marcha del Orgullo es “La Deuda es con Nosotres”, reclamo que también apunta al fortalecimiento de las políticas públicas y presupuestos con perspectiva de géneros y diversidad, entre otros puntos, y refuerza el pedido por el fin de los travesticidios y “Justicia por Tehuel de la Torre”, el joven trans desaparecido desde el atardecer del 11 de marzo de 2021.

Desde 1970, el mundo marcha contra la persecución a causa de la ideología de género y en Argentina desde 1992, cuando realizó la primera Marcha del Orgullo, en la Plaza de Mayo, convocada por la organización Gays por los derechos civiles y encabezada por el histórico activista Carlos Jáuregui. Cinco años después, a causa de la temperatura y la consigna mundial de ponerle color a la jornada, se decidió que celebrarla el primer día de noviembre y, más tarde, se pasó al primer sábado. La reseña histórica en el país y en Nueva York, donde brotó la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ.

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La historia

En la medianoche del 28 de junio de 1969, el bar Stonewall Inn, situado en el barrio Greenwich Village, en Nueva York —nacido como un restaurante familiar y que más tarde se convirtió en el punto de inflexión de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTI+— fue allanado por cuatro policías de civil y dos uniformados mientras era concurrido por hispanos, afros, homosexuales, lesbianas, trans, drag queens, que se manifestaron en contra de las recurrentes injusticias, hechos discriminatorios y el constante atropello a sus derechos cívicos.

La Revuelta de Stonewall que dio origen a la marcha del Orgullo LGBT (AP)
La Revuelta de Stonewall que dio origen a la marcha del Orgullo LGBT (AP)

La razzia la realizaron amparados en las leyes americanas que prohibían desde las expresiones consideradas homosexuales hasta vestir con prendas del sexo opuesto.

Pero esta vez, los señalados no agacharon la cabeza y respondieron a las agresiones y el revuelo se prolongó. Llegaron refuerzos policiales y un micro para trasladar a los detenidos, pero aquellos civiles que salieron del local no se escondieron en la oscuridad de la noche sino que se quedaron en las inmediaciones para exigir justicia.

En el barrio, los vecinos se amontonaban en la vereda frente al Stonewall y vieron cómo un policía zamarreó del brazo a una travesti y la empujó hacia un vehículo de detención. Se defendió dándole un carterazo en la cabeza y se ganó el bramido de la multitud. Una lesbiana, con traje masculino, peleó unos diez minutos antes de entrar a un patrullero e impedir el arresto.

En 1970, en Nueva York se marchó por primera vez por los derechos del colectivo de homosexuales y trans (AP)
En 1970, en Nueva York se marchó por primera vez por los derechos del colectivo de homosexuales y trans (AP)

El amanecer vio esa batalla campal apaciguarse. Hubo decenas de detenidos, vidrieras destrozadas, botellas rotas, rastros de sangre seca sobre el pavimento, pequeñas fogatas que todavía ardían. Por la mañana, reabrió sus puertas como si nada hubiera pasado. Regresó la policía y los manifestantes.

Lo que se inició fue la lucha de reivindicación de los derechos de la comunidad LGBT+ y, sin saberlo, nació el sello del orgullo. Dos días después, los gritos “gay power” quedaron estampados en las paredes como graffitis y la noticia de homosexuales combatiendo por su dignidad llegó a los medios nacionales.

Al año, el 28 de junio de 1970, un grupo se autoconvocó en la puerta del bar para recordar aquella gesta y pronto movilizaron por las calles de Nueva York. Replicaron en Los Ángeles, San Francisco y Chicago. Se estaba realizando la primera Marcha del Orgullo. El mismo días del año siguiente, las marchas se ampliaron en Dallas, Boston, Estocolmo, Londres, Berlín occidental y París.

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Después de la última dictadura, cuando intentaban hacer oír su reclamo en las marchas por los Derechos Humanos (Télam)
Después de la última dictadura, cuando intentaban hacer oír su reclamo en las marchas por los Derechos Humanos (Télam)

La primera Marcha del Orgullo en Buenos Aires

“La palabra ‘orgullo’ empezó a usarse a mediados de los años ochenta y se empezó a discutir en algunos lugares de Norteamérica. En la Argentina, en el 92, fue toda una gran discusión si había que llamarla ‘Marcha de la Dignidad Gay Lésbica’ o ‘Marcha del Orgullo’”, explicó Marcelo Sunthein, vicepresidente de la CHA, sobre los inicios del movimiento fundacional de la marcha en Argentina.

El 3 de julio de 1992, en el cierre de la Semana del Orgullo, la ciudad de Buenos Aires tuvo su primera Marcha del Orgullo Gay-Lésbico que concentró frente a la Catedral y marchó hasta el Congreso de la Nación. Fueron menos de 300 personas y, en su mayoría, usaron caretas de cartón y pañuelos en la cara para tapar sus caras por temor a perder sus empleos. Esa semana se celebró gracias a la iniciativa del movimiento homosexual argentino como la “Semana del Orgullo Gay-Lesbiano” y contó con el apoyo de las Madres de Plaza de Mayo bajo la consigan fue Libertad, igualdad, diversidad.

Antes, en 1984, los activistas Carlos Jauregui (de 24 años) y César Cigiutti formaron la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) para luchar contra la represión y los edictos policiales heredados de la dictadura militar y contra la derogación de la ley de averiguación de antecedentes y los “edictos policiales”, que le daban facultades a los efectivos para detener personas en la vía pública y allanar puntos de encuentro de la comunidad.

Ese era el contexto en el cual los impulsores de la primera marcha junto con la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA), Transexuales por el derecho a la vida (TRANSDEVI), Grupo de Investigación en Sexualidad de Investigación Social (ISIS), Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) y Convocatoria Lesbiana.

Carlos Jáuregui con el megáfono. A la derecha, manifestantes con sus caras cubiertas con máscaras de papel (Télam)
Carlos Jáuregui con el megáfono. A la derecha, manifestantes con sus caras cubiertas con máscaras de papel (Télam)

Más tarde, se sumaron otras agrupaciones que visibilizaban la diversificación de la identidad de género y al año siguiente, en 1993, se incorporó la sigla LGT.

Desde aquella fecha, se realiza ininterrumpidamente cada año y llegó a ser el acto público más importante la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersex y queer del país, que busca “visibilizar los reclamos, las conquistas y el orgullo por la elección de cada orientación sexual, identidad y expresión de género”.

Si bien en los Estados Unidos y en Europa, la marcha se realiza en el junio caluroso y colorido, en este lado del continente el primer festejo quedó opacado por el frío del invierno. Por esto, decidieron postergarla para la primavera.

César Cigliutti, uno de los principales militantes por los derechos de las personas LGBTTI de Argentina y promotor de la primera marcha del orgullo, contó: “Le pregunté a Carlos (Jáuregui) por una persona y me dijo que estaba con gripe, por otra persona y me dijo que también estaba enfermo. Le dije: ‘Loca, ¿en Estados Unidos marchan en sunga y acá con sobretodo y bufanda?’”.

Por eso, el 1 de noviembre de 1997, a 30 años de la creación de la agrupación Nuestro Mundo, se optó por hacer la marcha local y homenajear al colectivo fundacional y comenzó a celebrarse cada primero de noviembre y más tarde el primer sábado del mes y con nuevos lemas: “Visibles para ser Libres e Iguales” (1994); “La discriminación nos condena. La policía nos mata. Seguimos de pie”, (1996); “En la sombra de la hipocresía, a brillar mi amor” (1999); “Amar y vivir libremente en un país liberado” (2002), fueron algunos.

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