El misterio de la manifestación de la Virgen del Pilar y el milagro que hizo durante la Guerra Civil Española

Desde que en el año 40 después de Cristo se le apareció sobre un pilar al Apóstol Santiago -cuando la Virgen María aún vivía-, en la región de Zaragoza comenzó la veneración a Nuestra Señora del Pilar, que culminó con la construcción de la espectacular Basílica en su honor que las bombas que le arrojaron no pudieron dañar. Los otros milagros que se le adjudican

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La manifestación de la Virgen del Pilar ante el Apóstol Santiago y sus discípulos
La manifestación de la Virgen del Pilar ante el Apóstol Santiago y sus discípulos

El 12 de octubre no solo es el día en el cual Cristóbal Colón llegó a lo que luego fue llamado América, sino también, para los católicos, es la festividad de Nuestra Señora del Pilar y el día nacional de España. La aparición de la Virgen en Zaragoza (España) es calificada como la primera aparición mariana en la historia del cristianismo católico, aunque no es específicamente una aparición, como sería Lourdes, Fátima, o Lasallette, sino una “manifestación”.

El apóstol Santiago, alrededor del año 40 de nuestra era, se encontraba por demás frustrado a ver que su misión en la península ibérica era infructuosa. Por más que su prédica era insistente, no lograba una sola conversión. Llegado a este punto de frustración y de cansancio, se puso a descansar a orillas de lo que hoy se conoce como el rio Ebro y solicitó al cielo una señal. Había en ese lugar un pilar de jaspe y se recostó sobre él; otras tradiciones argumentan que ese pilar fue traído por los ángeles conjuntamente con la visita de la Virgen María. Fue entonces cuando se le apareció la Virgen (quien aún estaba viva) y le animó a seguir adelante. También le hizo la promesa, que todavía se mantiene, por la que mientras estuviera ese pilar en pie, habría verdaderos discípulos de su Hijo en España.

Luego de dicha manifestación o bilocación, Santiago el apóstol, logró convertir a siete personas del lugar, los que edificaron una primitiva capilla de adobe a orillas del Ebro. Algunos documentos, a partir del siglo IX, citan la existencia de una “antigua iglesia dedicada a la Santísima Virgen” en la ciudad de Zaragoza.

La Basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza vista desde el puente sobre el río Ebro
La Basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza vista desde el puente sobre el río Ebro

En 1317 encontramos una ofrenda hecha por Sancho López de Roméu Sanz, donde especifica que lo hace por amor a Dios y a “Santa María del Pilar de Zaragoza”. Un monja llamado Aimonio, perteneciente a la abadía de Saint Germain de Paris que fue a la península ibérica a buscar reliquias de san Vicente Mártir, narra en el año 855 narra que en Zaragoza había una iglesia dedicada a Santa María, madre de todas las iglesias de Zaragoza, y que el diácono san Vicente había sido arcediano de la iglesia de Santa María de esa ciudad. Es decir que hay algunas menciones de esta devoción en la región.

Pero también posee sus detractores, basados en que durante la época visigótica y mozarábica callan por completo sobre la existencia de un templo dedicado a la Virgen bajo la advocación del Pilar o similar. Tampoco san Ildefonso de Toledo, que fue arzobispo de Toledo del año 657 al 667 -uno de los padres de la Iglesia y quien redactó un tratado sobre la perpetua virginidad de Santa María- no dice nada sobre la manifestación milagrosa de la Virgen a Santiago apóstol. Otros escritores visigóticos como Tajón de Zaragoza, el Biclarense o san Eulogio de Córdoba, quien realizará un viaje hacia Zaragoza, no mencionan templo alguno dedicado a la virgen bajo esta advocación. Tampoco la liturgia mozárabe menciona dicha manifestación mariana.

El papa Bonifacio II  (Photo by Hulton Archive/Getty Images)
El papa Bonifacio II (Photo by Hulton Archive/Getty Images)

Si bien es cierto que no hay pruebas documentales de lo narrado por la piadosa tradición, el papa Bonifacio VII certificará en 1297 la existencia de dicho culto mariano mediante una bula solicitada en 1293 por el obispo Hugo de Mataplana para la rehabilitación del edificio que amenazaba convertirse en ruinas, y se recuperó gracias a las donaciones propiciadas por la mencionada bula papal.No obstante a estas faltas de mención en varios tratados durante algunos siglos, se da fe que alrededor de ese pilar de jaspe hubo una capilla o ermita dedicada a la Virgen María. Sobre el pilar de jaspe, de 1,77 m de altura y 24 cm de anchura, se colocó una imagen de la virgen con el niño en brazos. La columna fue recubierta por un cofre de plata y por él se puede ver un orificio, por donde los devotos pueden besar el pilar. Solo se lo puede observar en días específicos durante el año: La fiesta de la Venida de la Virgen el 2 de enero; La fiesta del Pilar el 12 de octubre y la fiesta de la coronación canónica el 20 de mayo: Durante el resto del año, el pilar está cubierto por diferentes mantos que donan los devotos de toda la región de Aragón, de España y del mundo entero.

Con el paso de los siglos se construyeron varias iglesias rodeando siempre al pilar, el cual permaneció en el mismo lugar desde la manifestación mariana. En 1435, se incendió el retablo que lo protegía, y se quema la imagen de la Virgen, así que no se sabe cómo era ni hay descripción alguna de la misma. La que vemos hoy es una talla y según los estudios realizados por la especialista en escultura y pinturas góticas de Aragón y Navarra María del Carmen Lacarra, quien es historiadora del arte y catedrática de Historia del Arte Antiguo y Medieval en la Universidad de Zaragoza, " la imagen que vemos hoy es de madera, monoxila, en bulto redondo, de 36 cm. de altura, labrada según los cánones de la mejor escultura gótica europea de la primera mitad del siglo XV por Juan de la Huerta y representa a María como reina y madre, coronada, con regio vestido gótico de gran recato, abotonado desde la cintura y con cuello alzado y también abotonado; es una larga vestidura ceñida por un cinturón con hebilla, abrochado a la altura de su lugar natural; por debajo del vestido asoma discretamente el final puntiagudo del calzado de sus pies, el derecho más visible que el izquierdo, algo retraído; una gran pieza de paño, que sirve a la vez de capa y tocado, sobre la cual ciñe la sencilla corona, la envuelve casi por completo y deja ver parte del peinado suavemente ondulado de su cabello; la mano derecha sostiene un amplio pliegue de este ropaje que, extendido desde el costado izquierdo de la Virgen, cubre todo su abdomen en un primer plegamiento, y la parte alta de su pierna derecha y casi toda la izquierda, en otro interior. El Niño, a quien la Madre mira desde atrás, reposa sentado sobre la mano izquierda, en cuenco, y la cadera materna, sostenido por el brazo de María; aparece desnudo y despreocupado, en posición casi frontal, algo girado a su derecha, y con las piernas, cruzadas, el talón izquierdo sobre la pierna derecha; sujetar por debajo de las alas abiertas a una paloma simbólica de la divinidad o del alma humana, cuya cabeza apunta al cinturón de la Virgen; el Niño extiende el brazo derecho que cruza el pecho de su Madre, para asir al borde del manto. Las partes visibles del cuerpo de María (rostro, cabello y manos) y del Niño tuvieron pigmentos de entonación naturalista”. La imagen fue restaurada en septiembre de 1990 por el Instituto del Patrimonio Histórico Español. Y luce una corona imperial y, en el centro de la misma, una aureola de brillantes. En 1596 Felipe II donó, como manifestación de su devoción mariana y pilarista, los dos ángeles de plata que siguen haciendo guardia de honor a la Virgen.

La actual basílica comenzó a diagramarse en 1670 cuando Juan José de Austria era virrey de Aragón y propicio la construcción del templo que, con variantes, llega hasta nuestros días, y fueron sus arquitectos Felipe Busiñac y Felipe Sánchez, continuada por arquitecto real Francisco de Herrera el Mozo. Las obras dieron comienzo en 1681.

Tras la ampliación del templo culminada en 1730, la Basílica alcanzó las actuales dimensiones: 130 m de largo por 67 de ancho. Estaba ya previsto que fuera rematado por once cúpulas, diez linternas y cuatro torres, aunque al comienzo del siglo xix solo se habían construido las cinco cúpulas que coronan y rodean la Santa capilla, y la torre del ángulo suroccidental. Solo en la segunda mitad del siglo xix fueron construidas las cúpulas y cupulillas restantes, y en el siglo xx las altas torres angulares, que fueron finalizadas en 1961.

23-11-2021 El Papa recibe una imagen de la Virgen del Pilar en el encuentro con el contingente español en el Cuartel General del Mando Conjunto de la OTAN en Nápoles.
ESPAÑA EUROPA SOCIEDAD MADRID
ARZOBISPADO CASTRENSE
23-11-2021 El Papa recibe una imagen de la Virgen del Pilar en el encuentro con el contingente español en el Cuartel General del Mando Conjunto de la OTAN en Nápoles. ESPAÑA EUROPA SOCIEDAD MADRID ARZOBISPADO CASTRENSE

Durante la guerra civil española, el santuario y su imagen fueron centro de bombardeos. El 3 de agosto de 1936, un avión republicano lanzó tres bombas, de 50 kilogramos cada una, sobre las torres de la Basílica del Pilar, ninguna de ella estalló, por lo que se consideró un gran milagro.

Para las fiestas del Pilar y desde 1958, por iniciativa del concejal Manuel Rodeles, tras mirar como los Valencianos homenajean a la Virgen de los Desamparados, se instaló la llamada “ofrenda floral” por la cual, personas vestidas con el trajo típico, ofrendan a la virgen un ramos de flores, en un monumento ubicado fuera de la basílica, en el año 2016, la ofrenda duró más de 12 horas.

Se le atribuyen a la Virgen del Pilar muchísimos milagros, como ser: la curación de doña Blanca de Navarra, devolver la vista a Manuel Tomás Serrano y al organista Domingo de Saludes o el llamado “Milagro de Calanda” por el cual a Miguel Pellicer, nacido en Calanda, se le restituyó la pierna que le fue amputada en octubre de 1637. Este suceso extraordinario ocurrió el 29 de marzo de 1640 y fue proclamado como milagro el 27 de abril de 1641 por el arzobispo Pedro Apaolaza Ramírez, tras un proceso en el que intervinieron tres jueces civiles y fueron interrogados veinticinco testigos.

La devoción a la virgen del Pilar fue portada por los adelantados españoles en esta región y varios pueblos y ciudades, poseen su nombre; como así infinidad de parroquias y templos.

Un dato de color: Siempre se dice que la patrona de España es la Virgen del Pilar y no lo es; la patrona de España es la Inmaculada Concepción de María; pero la confusión se da porque ese mismo día, el 12 de octubre es el día nacional del reino de España.

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