Los cuatro se llaman Diego Huberman. Tres viven en Buenos Aires y uno en Córdoba. No son familiares ni tampoco se conocían. Sabían de la existencia de los otros a través de búsquedas azarosas que había hecho en Google o de insólitas situaciones que les tocó atravesar, donde los confundieron de persona.
El Diego Huberman cordobés, por ejemplo, recibió inesperadas felicitaciones por el lanzamiento de un libro que no había escrito; mientras que al Diego Huberman que vive en el barrio porteño de Villa Devoto empezaron a reprocharle distintas situaciones de su supuesto pasado, que en realidad pertenecían al Diego Huberman que reside en Almagro.
“Fue algo insólito que se fue dando por caminos paralelos”, admitió a Infobae Diego Huberman (de Almagro), quien descubrió que con el otro Diego Huberman (de Villa Devoto) compartieron el mismo colegio en la adolescencia. Ambos iban al Nacional N°4 Nicolás Avellaneda, en Palermo, se llevaban un año de diferencia pero pocas veces cruzaron palabras. Cada uno hizo su vida y volvieron a reencontrarse ya de grandes en una muestra de autos de lujo, donde otras vez confundieron sus identidades.
“Él asistía como visitante y yo estaba trabajando en el sector de prensa”, admitió Diego, quien actualmente se desempeña como periodista radial y escritor. “En un momento me llaman por alto parlante: ‘Diego Huberman presentarse para la prueba de manejo’. Mi jefe me llama por el handy y me dice: ‘¿Qué es lo que estás haciendo?’. Cuando fui a ver qué pasaba, me lo volví a encontrar pero después no nos vimos nunca más. Esto fue hace como 30 años, en la década del 90″, recordó.
Pero lo más asombroso ocurrió cuando, en 2017, recibió un mensaje de Diego Huberman (de Córdoba) por el Messenger de Facebook, donde le contaba que lo estaban llamando de distintos medios para entrevistarlo por el lanzamiento de la novela “Baigorri hacía llover”. Ahí, se dio cuenta que ya eran tres los que tenían el mismo nombre y apellido.
“Cuando le escribí nos dimos cuenta que tenemos muchas cosas en común. No solo compartimos la profesión sino también la pasión por la radio”, contó a Infobae Diego Huberman (de Córdoba), quien trabaja como productor de radio en Cadena 3 y tiene como hobby hacer cabos y vainas de cuchillos criollos.
Mientras chateaban, aprovechó para contarle de la existencia de otro tocayo; quien meses atrás lo había contactado para comprarle uno de sus cuchillos en la Muestra Anual de Cuchillería, que se realiza en Buenos Aires y de la que participa a menudo.
Convencido de que ya eran un número importante para organizar “una convención de Diegos Huberman”, ambos desplegaron su experiencia como productores periodísticos y organizaron un primer encuentro presencial, que tuvo lugar el octubre de 2019 en el restaurante El Globo, en pleno centro porteño.
A la cita asistieron los dos periodistas; el Diego Huberman de Almagro, que es odontólogo; y el Diego Huberman fanático de los cuchillos, que es ingeniero, músico y vive en la zona norte del conurbano bonaerense.
“Si bien con el Diego de Córdoba ya tenía una relación más fluida vía chat y con el Diego de Villa Devoto ya me había cruzado en diferentes oportunidades, con el Diego de zona norte era distinto. No sabía con qué me podía encontrar”, relató Diego (de Almagro).
“Para mí el ingeniero era el nuevito del grupo. El tipo es muy sobrio y modosito, con un trato muy frío de ingeniero. Pero tiene un gran sentido del humor y es fanático enfermo de Los Beatles, algo que si lo ves jamás te lo vas a imaginar. Fue como una cita ciegas y los cuatro tuvimos química enseguida, las charlas fluyeron y no hubo un momento en que nos quedamos sin temas de conversación”, graficó en alusión a la “buena onda” que hubo durante el encuentro.
<b>La última cena</b>
Luego de dos años de pandemia, donde la amistad se consolidó a través de un grupo de Whatsapp, finalmente volvieron a encontrarse el viernes pasado en el bodegón El Ferroviario, del barrio de Liniers.
“Lo organizamos tres meses antes, una vez que me confirmaron la fecha de la muestra anual de cuchillería, que fue del 21 al 23 de octubre”, remarcó Diego (de Córdoba). En esta oportunidad, sus tres tocayos pasaron a visitarlo por el stand y luego se fueron los cuatro juntos a festejar la vuelta de las juntadas presenciales.
“Fue muy gracioso. En un momento, no parábamos de hablar y cuando quería comunicarme con alguno en particular al decirle ‘Diego’ se hacían cargo todos”, recordó el cordobés.
Otro momento imborrable se produjo cuando la fotógrafa del lugar, que pasaba por las mesas para retratar a los comensales, les preguntó qué estaban festejando. “Al contarle el motivo de la cena, la chica no lo podía creer. Fue tal su sorpresa que nos terminó regalando la foto para que nos quedara de recuerdo”, aseveró Diego (de Almagro), quien además se refirió la broma que le hicieron al mozo. “Al momento de pagar la cuenta, todos sacamos las tarjetas con los DNI donde figura el mismo nombre. El tipo se nos quedó mirando. No entendía nada”, relató entre risas.
Durante la velada, los integrantes del “clan Huberman” hablaron sobre la posibilidad de seguir sumando gente tras el rechazo que recibieron recientemente de un músico chileno que tiene el mismo nombre.
Se enteraron de su existencia por Google, los dos periodistas le escribieron para proponerle sumarse al grupo de Whatsapp y reunirse una vez al año pero fue su respuesta fue tajante: “Les agradezco pero no me interesa”.
“Un amargo total, no quiso saber nada”, ironizó el cordobés. “Es un tipo muy hippie, con la barba re larga que está todo el día con su guitarra cantándole canciones al amor y la naturaleza”, lo describió el escritor.
Sin embargo, hay una nueva luz de esperanza con un dato inédito que aportó el odontólogo “Trajo un trascendido que aún no pudimos confirmar de que habría otro Diego Huberman en Alemania”, deslizó el cordobés. “Le pedimos que sea más riguroso con su fuentes, más habiendo dos periodistas en la mesa, pero terminamos riéndonos de esa posibilidad y el tema quedó ahí. Tenemos que ponernos a investigar”, concluyó ante el eventual reclutamiento de un nuevo miembro de otro continente para la juntada del 2024.
<b>El origen del apellido</b>
Motivado por conocer un poco más sobre sus antepasados, Diego el escritor hizo una investigación periodística junto a su tío, Silvino Huberman, que también era periodista y falleció hace 3 años.
“Publicamos un libro sobre los primeros inmigrantes judíos en Argentina y los Huberman son uno de ellos. Llegaron en el año 1889. Venían de lo que se llamaba Podolia, que ahora es parte de Ucrania y de Rusia”, precisó.
Y señaló que con las primeras persecuciones antisemitas, se formó un contingente de refugiados que autogestionaron la llegada al país y se instalaron en la provincia de Entre Ríos, donde se dedicaron a la agricultura.
“Gracias a ese trabajo me encontré con un montón de hombres que no eran parientes míos pero que sí tenían el apellido Huberman. En Podolia era un apellido muy común y hablando con Diego (de Córdoba), le conté sobre esto y resultó que uno de ellos era pariente suyo. Lo contactó por redes, el hombre lo invitó a visitar Nueva York y el año pasado se conocieron”, contó orgulloso sobre su iniciativa que busca contactar a no sólo a los Diego Huberman sino a los parientes que andan esparcidos por distintas ciudades del mundo.
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