La noticia del ataque de un militar a otro en la Antártida fue impactante y el relato de los hechos es congruente con el revuelo que se generó. El domingo pasado por la noche, la dotación de la base antártica “Comodoro Marambio” se encontraba en horario de descanso y un grupo miraba por televisión el último partido de Marcelo Gallardo como entrenador de River en el estadio Monumental.
“Al finalizar el encuentro, el suboficial mayor de la Fuerza Aérea Argentina, Gustavo Echenique, ordenó a todos los suboficiales presentes que se retiren a descansar porque al día siguiente había que trabajar”. La voz es del Comandante Conjunto Antártico General de Brigada Edgar Calandín, quien detalló los momentos previos al incidente y el hecho en sí.
El militar aseguró que todo el personal acató la orden y que a las pocas horas, cuando todos ya se encontraban durmiendo, un sargento primero del Ejército ingresó a la habitación de Echenique con un martillo y le propinó al menos dos golpes contundentes que obligaron a la intervención de parte del grupo, que acudió en auxilio del agredido al escuchar sus gritos.
Siempre de boca del general Calandil, se pudo determinar que Echenique recibió al menos un profundo corte en su rostro que demandó 6 puntos de sutura. “Inmediatamente, la víctima fue tratada por el equipo médico y el agresor sargento primero del Ejército Argentino, Rodrigo Domínguez, fue confinado bajo arresto en su habitación. Posteriormente se dispuso enviarlos a ambos al continente: Echenique fue atendido en el hospital de Rio de Gallegos, donde se determinó que se encuentra fuera de peligro”.
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En cuanto al paradero actual del agresor, Infobae pudo saber que Domínguez se encuentra alojado en una dependencia militar dependiente del COCOANTAR (Comando Conjunto Antártico) a la espera de ser trasladado a Buenos Aires donde será notificado de su suspensión inmediata del servicio activo y se le permitirá tomar conocimiento de las actuaciones militares iniciadas en su contra. En forma paralela, el propio Comandante Conjunto Antártico radicó la denuncia penal correspondiente ante la Justicia Federal de Rio Gallegos.
Una investigación realizada por el propio General Calandín precisa que el único antecedente similar registrado desde 1904 a la fecha data de 1955, cuando fue protagonizado también por dos suboficiales del ejército aunque sin llegar a registrar el mismo grado de violencia.
Infobae consultó a distintas fuentes Antárticas que —al margen de manifestar su estupor por lo ocurrido— brindaron precisiones sobre los próximos pasos a seguir, como así también algunas generalidades sobre los requisitos para ser parte de la dotación de una base antártica.
“En primer lugar debemos destacar que, habiendo sido derogado en 2010 el Código de Justicia Militar, las Fuerzas Armadas ya no tienen la potestad de castigar penalmente los delitos ocurridos en el ámbito militar específico, por lo que solo podremos llevar adelante una acción disciplinaria que, a juzgar por el tenor de los hechos, puede llegar a constituir una falta gravísima penalizada con la destitución, baja y pérdida del estado militar del agresor”, señala un auditor (abogado) militar consultado.
El letrado consultado refiere en forma taxativa al capítulo III del Código Disciplinario militar que considera como falta gravísima la agresión física de parte de un militar que causaré la muerte o lesiones a un superior o subordinado.
“En este momento la instrucción sumaria esta iniciada, luego el instructor debe meritar la conducta del imputado como pasible de ser tratada en un Consejo de Disciplina Militar y posteriormente el Consejo de Guerra deberá convalidar lo actuado y dispone si es que por la gravedad de la sanción se dispone la baja del agresor”, indicaron desde la sede militar.
Los Motivos del ataque
Si bien los primeros trascendidos procedentes desde la misma Base Marambio indicaron que la enemistad entre los protagonistas del hecho se origina en discusiones previas mantenidas entre ambos por las diferencias salariales que el personal de la Fuerza Aérea Argentina destinado en la Antártida tiene respecto a sus pares del Ejército y la Armada. Esto fue desmentido por el propio comando antártico desde donde se sostiene que “si bien hay una diferencia monetaria importante en virtud de un suplemento que solo paga la FAA, todo el personal sabe que ya se dispuso el otorgamiento del mismo a las otras fuerzas. Solo falta que lo reciban en sus haberes de los próximos meses y en forma retroactiva”.
También desde el Estado Mayor Conjunto se dejó aclarado el tema de un supuesto exceso en la ingesta de alcohol por parte del agresor: “En las bases se autoriza el consumo de alcohol solo dos días a la semana, los sábados por la noche que se sirve pizza con cerveza y se autoriza una lata de cerveza por persona y los domingos si hay asado donde se autoriza consumir vino, pero también racionado a una copa por persona”.
No obstante, el propio General Calandín indicó que los miembros de la dotación antártica de Marambio reciben encomiendas que envían sus familiares y que las mismas no pueden ser controladas por las autoridades militares al tiempo que aclaró que se recomienda fuertemente no enviar alcohol en las mismas.
Despejadas esas dos hipótesis las autoridades militares, abonan la teoría de la enemistad personal de los suboficiales a partir de los comentarios vertidos por el propio jefe de la base Marambio. “Si esto fuera así, no es improbable que se genere una actuación de Justicia paralela para determinar la responsabilidad del personal superior de la unidad militar que debió haber actuado con anterioridad a estos graves incidentes”, señaló a este medio un excomandante antártico consultado.
La misma fuente señaló también: “La dotación de una base antártica tiene varios pasos. En primer lugar, todo el personal es voluntario. Es decir que solicitan entre sus destinos deseados a la Antártida y son preseleccionados de acuerdo con el orden de mérito respectivo ya que normalmente hay mas interesados que vacantes. Luego de la preselección, se someten a pruebas de salud, rendimiento físico, aptitud psicológica e intelectual ya que tienen que capacitarse para la función específica. Evidentemente en este caso algo falló pues el hecho es de una gravedad impensada que no puede volver a repetirse.
Por último, Infobae pudo saber que desde el Ministerio de Defensa se sigue con atención el tema, pero aclaran que todo esta en manos de las autoridades militares y judiciales correspondientes
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