La hermana de Macarrón: “Estoy casi segura de quién mató a Nora”

Gabriela, en su primera entrevista con un medio, habla de la intimidad de su hermano Marcelo, recuerda a su cuñada y dice por qué cree que el principal sospechoso la habría matado

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Gabriela habló con Infobae ante
Gabriela habló con Infobae ante la atenta mirada de Marcelo Macarrón, su hermano (Mario Sar)

Marcelo Macarrón, 62 años, están sentado a unos metros de su hermana Gabriela, de 57, en su casa de Villa Golf, en Río Cuarto. También lo acompaña su amigo incondicional Martín Leopoldo Alvarez. El viudo de Nora Dalmasso, asesinada a los 51 años en esa casa el 26 de noviembre de 2006, la mira a su hermana, una mujer que inspira tranquilidad, que habla pausado, y dice: “Aprovechala, ella nunca dio notas, y creo que tiene mucho para decir”.

Gabriela lo mira con ternura y admite, poco más de cinco meses después de que la Justicia absolviera a su hermano del delito de “Homicidio calificado por el vínculo, alevosía y precio o promesa remuneratoria”, delito que prevé cadena perpetua, que el temor a que su hermano fuera condenado se terminó cuando el fiscal Julio Rivero declinó la acusación el 5 de julio.

“Hasta ese momento teníamos miedo de que fuera condenado. Era inocente, no había pruebas, pero con todo lo que vivimos tuvimos ese pensamiento”, revela la mujer, una de las últimas de la familia en ver con vida a Nora, cuando su hermana Silvia la invitó a una muestra de pinturas que presentaba en Río Cuarto, un día antes del asesinato.

“Nora era una gran mujer, compañera, familiera, una gran madre que le brindó a sus hijos una educación independiente”, dijo a Infobae. En la charla participará también Martín Alvarez, uno de los mejores amigos de Macarrón.

-Hasta último momento les costaba creer en una familia que llegó a acusar, a su hermano incluido, a cuatro inocentes.

“Nora era una gran mujer,
“Nora era una gran mujer, compañera, familiera, una gran madre que le brindó a sus hijos una educación independiente”, dijo a Infobae (Mario Sar)

-Claro. Una se guía por lo que te dice la Justicia. Nosotros confiábamos. Siempre creímos en la Justicia. Pero cuando empezó esta pesadilla al inicio decían que era un suicidio en un juego sexual, después que fue, mal llamado, “crimen pasional”; después querían hacer creer que Facundo (Macarrón), mi sobrino, la había violado a la madre. Cuando me tomaron declaración en su momento me querían hacer cambiar lo que yo decía. Que eso consta.

-¿Cambiar para involucrar a quién?

-A Facundo.

-La noche anterior a los alegatos, me dice Marcelo: ¿me vas a acompañar mañana? Interviene el amigo de Macarrón. Por supuesto, le digo. Estaba medio asustado. Le digo: no te asustés porque hasta el mismo fiscal te va a pedir la absolución, sino tiene pruebas. ¿Qué va a pedir? Pero estaba el caso de (Carlos) Carrascosa, condenado por suma de indicios. Pensar que yo soy amigo del hermano de María Marta García Belsunce (Horacio), y él de entrada me decía que era Pachelo.

-¿Cómo vivió de cerca el día a día de la familia?

-Marcelo y toda su familia, y la de Nora, vivieron un calvario- interviene el amigo de Macarrón. Como amigo íntimo y vecino puedo decir que le hicieron la vida imposible. Las guardias periodísticas eran tremendas. “Son inocentes, es una gran familia, él y sus hijos”, eso le dije una vez a un periodista que me paró en la puerta. A Marcelo lo conozco de toda la vida. Somos como una familia. Y me pareció bien que Marcelo decidiera ir a juicio. Porque quería que todo el mundo supiera que él no tuvo nada que ver. Y además era una manera de sentirse aliviado. Más allá de que, como dice Gabriela, el temor a la condena estaba. Más con un par de periodistas maliciosos que no lo quieren a Marcelo ni a sus hijos.

Gabriela suma: -En realidad tanto el doctor (Marcelo) Brito, defensor de mi hermano y el mismo fiscal se refirieron a un juicio de las puertas para adentro y otro juicio de las puertas para afuera. Cierto sector de la prensa informaba lo contrario a lo que pasaba.

Martín Leopoldo Álvarez, amigo de
Martín Leopoldo Álvarez, amigo de toda la vida y vecino de Marcelo Macarrón (Mario Sar)

Marcelo Macarrón interviene:

-Al final no contaste de dónde me conocés -le dice a su amigo.

-Uff, de hace tanto tiempo. Qué se yo. De los tiempos del Uru Curé Rugby club de Río Cuarto. Eramos del mismo grupo y lo conozco desde siempre. Hacíamos las Olimpiadas entre Rio Cuarto del club. Se jugaba tenis criollo, vóleibol, fútbol. Yo jugaba al tenis criollo, pero no con él. Ahí conocí a Marcelo, un tipo muy generoso un tipo muy generoso con sus amigos y con la gente que necesitaba una mano. Era así con todo el mundo.

-Es así -dice Gabriela. Mi hermano siempre fue así, y somos todos los Macarrón un poco así. Venimos de descendencia italiana y mi mamá decía que mi abuelo Aldo era así. El enseguida se brindaba sin conocer a la persona y por ahí eso es lo que le criticamos un poco nosotros a Marcelo.

-En la entrevista con Infobae él reconoció que a muchos hombres que creía amigo lo traicionaron.

-Claro, eso no está bueno. Nosotros por ahí somos más medidos pero él es así. Enseguida se brinda o sea no hace diferencia entre un amigo y un conocido. Por ejemplo, cuando yo cumplí 50 él quiso invitar a sus amigos y yo le dije: no, Marcelo, yo invité a tus amigos, a tus verdaderos amigos que siempre estuvieron con vos. Pero esa persona que vos querés invitar, tal vez compartís un trabajo, pero no hay una relación de amigos. Se lo decía con la confianza que hay entre hermanos. Más que nada porque el abría las puertas a todo el mundo, como era mi abuelo. Así contaba mi mamá y mis tías que eran mellizas cuando se casaron y que mi abuelo por el diario invitó y dijo que todo aquel que se sintiera amigo de la familia, fueran a la fiesta de casamiento.

Otro momento de la entrevistsa
Otro momento de la entrevistsa a Gabriela y atrás Marcelo Macarrón la escucha atento (Mario Sar)

-Alvarez, como amigo real de Macarrón, ¿coincide con Gabriela?

-Si. El cree que todo el mundo es como él, y sus amigos entre comillas fueron los que después hablaron mal de él en el juicio. Cómo será que cuando estábamos esperando el fallo de los jurados, hablando con Facundo él me dijo: “yo no sé por qué papá no tiene amigos como vos o como tus amigos y tiene estos tipos que en realidad no son amigos y son “amigos” de la peña, no son buena gente. El lo creía, pero se dio cuenta”. Y es verdad, Marcelo se dio cuenta. Quedó claro en el juicio.

Gabriela:

-Todo el tiempo que duró el juicio aparecieron pocos amigos verdaderos.

-Alvarez, estando tan cerca de su amigo, ¿cómo lo vio en los años en que se mantuvo la acusación en su contra?

-Por empezar, destrozado por el crimen de su mujer. A Nora la conocí y era una mujer excepcional, como dice Marcelo, se amaban. Y con el transcurso de los años lo vi deprimido porque acusaron a su hijo, lo acusaron a él y no buscaban al verdadero asesino. Y en el juicio lo vi medio aplastado. Y le dije que cuando se supiera que no tenía nada que ver ahí se iba a levantar.

-¿Cómo vivieron su absolución?

-No me sorprendió. Fue lo que tenía que ser. Yo trataba de darle ánimo, de que se sintiera bien. Porque yo estaba convencido de que Marcelo no tuvo nada que ver en nada. Fue una víctima. Hasta se dijo que vino en avión a matarla. Un horror.

Gabriela: -Yo la viví con emoción, lágrimas, abrazos. Como decía, siempre tuvimos miedo de que lo culparan. Hasta hubo mujeres que se adjudicaron ser amigas de Nora y no lo eran que acusaron a mi hermano sin fundamento. Y eso que una de ellas vino enseguida a buscar la ropa de Nora que repartió mi sobrina Valentina. Hasta habló mal de mis sobrinos. Como que fueron directamente a acusarlos. No sé por qué. O si fueron enviadas.

-¿Cómo fue la infancia de tu hermano?

-Marcelo siempre quiso ser médico. Viajaba a dedo para estudiar. Pero le tocó el Servivio Militar. Estudió Enfermería en Río Cuarto. No le gusto, se empezó a preparar para ingresar a Medicina en Córdoba. Mis padres eran de ingresos medios, con mucho esfuerzo mi hermana trabajaba en el Anses y siempre apoyó a la familia para que él pudiera estudiar en la Universidad Católica, así que nosotros hemos ido a visitarlo a Córdoba. Vivía con un chico en un departamento. Siempre fue muy estudioso, le gustaba, le apasionaba.En el rugby él había llegado al seleccionado de Córdoba. A él le gustaban el estudio y la carrera.

El viudo de Nora Dalmasso
El viudo de Nora Dalmasso en la cocina de la casa en la que fue asesinada su esposa (Mario Sar)

-¿Era introvertido, tenía amigos?

-Si, tenía amigos, los de rugby eran muchos de ellos. Era tranquilo pero siempre estaba activo, haciendo algo. Lo mismo vos venías acá, te hacía un asado. Viste que enseguida acomoda, limpia, quiere que la persona esté cómoda. De chico siempre fue prolijo y muy detallista. Estructurado.

Alvarez: -Y es activo porque desde mi escritorio, desde la ventana, veo toda la casa. El tiene una rutina, riega, arranca la moto, arranca el auto y siempre está haciendo algo. No es un tipo que dice me tiro a ver televisión o me tiro a descansar un rato. Se levanta temprano. A veces se sienta a fumar unos cigarrillos, cosa que le estoy prohibiendo, pero no me da bola. No fuma mucho, pero fuma y no debería fumar. El sobre todo que tiene puesto unos sten no debería fumar, entonces, medio que lo reto. Pasa en el carrito y va fumando y le digo: “¡loco estás fumando! “¡No, uno solo!. “Y le digo: nada, ni uno tenés que fumar”.

Gabriela: -Ahora está más calmado, pero antes se la pasaba trabajando. Se iba a las 7 de la mañana y volvía a las 9 de la noche.

-¿A qué se dedicaban sus padres?

-Eramos del barrio Abilene, de Río Cuarto. Mi mamá siempre fue ama de casa, aunque cosía y hacía trabajos de decoración, y mi papá fue militar. Estuvo en la docencia en el colegio de la Base, después trabajó en Anses en la parte de Recursos Humanos, fue viajante de comercio. Falleció a los 82 años y tres meses antes hacía la parte administrativa en una cooperativa de vivienda. Marcelo era el más malcriado, por ser varón, pero era, y sigue siendo, muy bueno. Recuerdo que papá invitaba a sus amigos y decía: “vieja, poné la pasta”.

Gabriela Macarrón, hermana del viudo,
Gabriela Macarrón, hermana del viudo, y Álvarez, el mejor amigo de Marcelo y vecino del country (Mario Sar)

Gabriela Macarrón tiene una forma de ser, calmada, espiritual, que parece contrapuesta a una persona que vivió un calvario. Todos estos años, confiesa, “fueron de mucho dolor”. Es la hermana más chica. Marcelo es el mayor y Silvia la del medio, que fue operada en marzo de un cáncer de mama. “Yo sentía el dolor de ellos, no es fácil. Y el dolor por el crimen de mi cuñada, y el dolor de mis sobrinos”, dice.

-Yo tenía mucha bronca contra la sociedad. Imagínate que yo tenía el estudio en ese momento en la casa de mis padres. Mi mamá veía la tele, te enterabas cosas que no eran ciertas. Yo me enfermé y tuve cáncer. En noviembre del 2006 yo me estaba haciendo controles y en abril del 2007 tuve cáncer de mamas. Me trataron con quimio. Fue un estrés muy fuerte. Estos hechos te enferman.

-¿Cómo logró superar la bronca?

-Con el perdón.

-¿Es creyente?

-Muy creyente. En una de esas quimio que venía de Córdoba se me acerca un chico. Yo venía con un pañuelito y tenía peluca porque mis sobrinos regresaban, justo Valentina, y otro sobrino. Este chico se acerca y me da un rosario, y me dice: “no se preocupe señora, todo va a ir bien”. Yo era católica cristiana, practicaba, me crié en un ambiente así. Iba a un colegio religioso pero no estaba convencida, no tenía la fe , fui más por esos mandatos. Y ahí este chico me dice eso y bueno, cuando quise agradecerle antes de bajarme, el chico ya no estaba más. Y de ahí en más se fortaleció mi fe. Necesito rezar el rosario. Marcelo también es creyente. Se acercó mucho en la facultad, en la Católica. Con todo esto esto estaba como medio rebelado y en esta etapa del juicio, que se metió mucho para adentro, porque estuvo mucho tiempo solo, yo creo que ahí eso le acercó de nuevo. Estuvo enfermo, lo operaron, estaba agitado, volvió al médico, el juicio, todo. Estaba asustado. No hemos ganado para sustos estos años.

-Muchos pacientes, vecinos o personas en general, Infobae fue testigo, lo han llamado a su hermano para decirle que rezaban por él o para regalarle una estampita o un rosario.

-Si. Muchas veces me han encontrado y me dijeron: “¿usted es la hermana del doctor?”. Y me han hablado con emoción de mi hermano o de Nora porque siempre fueron de ayudar, de ser generosos, de pensar en el otro o en la otra. Y mucha gente me dijo que rezó por él y por la memoria de Nora. Un día una mujer me dice: “¿vos sos la hermana de Marcelo, el médico? Yo rezo mucho por él”. El cariño de la gente se ve también, un día abrí la heladera y dije: qué linda está bondiola, ¿dónde la compraste?. Y Marcelo me dice: me la trajo un paciente. Me acuerdo que venía gente de Mendoza y le traían frutas, naranjas, y bueno eso, cosas así. Ya era querido antes de todo esto. Se estilaba hacerle regalos al médico si el médico era buena persona o se preocupaba más en lo humano que en cobrar por lo que hacía.

-Pero por otra parte escuchó cosas que no hubiese querido escuchar...

-Sin dudas. He tenido que escuchar cosas que ni hablar. Cosas dolorosas. Que fue mi sobrino, que fue mi hermano. Que fue mi padre. Y de gente conocida. Yo iba a una librería, y decían “Macarrón”, todos se daban vuelta. Mis hijos eran chiquitos, recién ahora les tuve que explicar cómo fue lo que sucedió porque ellos no sabían, tenían tenían tres, seis y nueve. Pero hasta gente conocida decía “familia enferma” hasta mi pobre padre tuvo que leer y oir que el linaje Macarrón estaba bajo sospecha, que él era sospechoso también de matar a Nora. A mis sobrinas les decían en el colegio “fue tu primo”. Para el día del padre, nosotros tenemos una cochera abierta, me acuerdo del día del padre y habían puesto que mi papá era el asesino.

Una imagen en la casa
Una imagen en la casa de Villa Golf de un Macarrón más joven (Mario Sar)

-Marcelo, Facundo, Valentina y el doctor Brito, y hasta el hermano de Nora, tienen un sospechoso nunca investigado, Miguel Rohrer...

-Para nosotros también es el sospechoso. No sé si se lo puede nombrar (a su hermano Marcelo le puso una especie de bozal legal para no nombrarlo en los medios). Pensar que estuvo invitado en mi casamiento, pero no vino. Estuvo en mi casa, una noche con Marcelo.

Interrumpe Alvarez: -Estuve en el campo porque el padre de Michel era íntimo amigo de mi viejo porque era el mayordomo de la estancia Trebolares, que son gente de Buenos Aires y tenían el campo acá y nosotros le hacíamos el remate todos los años. El hijo fue una porquería siempre , que querés que te diga. No tengo ningún despacho en decirlo y ya me voy a cruzar con él, en algún momento. Valentina declaró que sentía desprecio por él. Y no se equivocó.

Gabriela: -Se tiene que seguir investigando. Se llegó a decir que mi hermano contratró a un sicario colombiano. Durante el juicio le preguntábamos a mi hermano si quería hablar o no. Dependía de eso. Estábamos para él. Vivió una injusticia. Respecto a mis sobrinos, siempre dialogamos con ellos, siempre les decíamos que tuvieran en cuenta lo que fue su madre, que pensaran en ella. Muchas veces se me viene una imagen de Nora. Ella andando a caballo, algo que amaba, y yo atrás, cerca del río, y ella galopando. Era una mujer audaz en la vida.

-¿Están seguros de quien la mató?

Gabriela: -Si. Eso creo.

Gabriela Macarrón tiene una sospecha
Gabriela Macarrón tiene una sospecha sobre un hombre del entorno de Nora Dalmasso (Mario Sar)

Alvarez: -Estoy casi seguro. El día del velorio de Nora estaba con un amigo y le dije: “ese es mi candidato”. Había llegado por la vereda de enfrente, todo vestido de negro, con anteojos negros.

Gabriela: -Yo lo encontré en la esquina, cuando dijiste que llegó vestido de negro yo me acuerdo, no por mafioso. Llegó impecable, y preguntamos dónde estaban ustedes. Y dijeron en Buenos Aires.

-¿Eso se probó?

Alvarez: -Un muchacho que lava perros me dijo que le lavó el perro a ese señor el viernes. El día del asesinato.

Gabriela: -El fiscal dijo que como dejó tapada a Nora, por la mitad, podría ser una persona que tenía relación con ella, no una relación de odio. Según el fiscal fue un femicidio. Que ella se levantó a ir al baño y ese hombre le vio el celular, que justo le llegaba el mensaje de otro hombre que no era mi hermano. Y ese hombre tuvo la reacción de matarla. Esa es la teoría de que hubo sexo consentido y luego un femicidio. Pero no sé. Pudo ser violada. Yo hablo por lo que dijo el fiscal. Lo que más importa ahora es que se sepa quién mató a Nora.

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