A través de un video que resulta alentador para la conservación de la especie que se encuentra en peligro crítico de extinción, la Red Yaguaraté detectó ocho felinos en el Parque Nacional Iguazú. El registro es poco común por la presencia de machos, hembras y hasta un cachorro en un mismo territorio, un hecho que brinda indicios de que los ejemplares que habitan en el norte de la provincia de Misiones gozan de buena salud. Así lo explica Nicolás Lodeiro Ocampo, cofundador y actual director ejecutivo de la fundación integrada por voluntarios que se compromete a la misma misión desde hace 25 años: salvar al yaguareté.
En diálogo con Infobae, cuenta que el clip que recorrió las redes sociales, es un compilado del trabajo que realizaron en los últimos seis meses en el marco del Programa de Monitoreo Poblacional, que tiene como objetivo conocer cuántos, donde y cómo viven los yaguaretés de las tres regiones de Argentina donde aún habitan: las yungas del noroeste, la región chaqueña central y la Selva Misionera. Esas poblaciones no están contactadas entre sí, y se estima que en total solo hay entre 250 y 300 yaguaretés en estado silvestre.
Los ejemplares que aparecen en la filmación recibieron sus nombres para ser asentados en la base de datos, y a algunos ya los conocían por reportes previos: Kerambí (hembra), Kunumí (hembra), Mbegué (macho), Mitaí (hembra), Moconá (hembra), Chusma (macho), Mborayhú (hembra) y su cachorro Ibicuy (macho). “No es frecuente esto, porque si bien en otros sitios hemos llegado a detectar cuatro en un período de tres meses, acá detectamos ocho en seis meses; podríamos decir que son siete porque hay una cría, pero como ya está grande lo incluimos en la compaginación”, detalla Lodeiro Ocampo.
“En otros casos detectamos todos machos, y si bien se infiere que hay hembras, porque sino los machos se mueven cientos de kilómetros hasta encontrar hembra, no está documentado, y por eso lo interesante de Iguazú es que en un solo lugar encontramos machos, hembras, y un cachorro, lo que es muy positivo”, agrega. Además celebra que volvieron a ver al pequeño Ibicuy, que lo filmaron desde que tenía tres meses, y ahora estiman que en este nuevo video ya alcanzó los 9 o 10 meses de edad. Documentarlo junto a su madre, con quien estará hasta los dos años y medio de su vida por lo menos, fue una gran alegría.
Luego explica que fue a través de la tecnología de cámaras trampa que pudieron realizar el registro audiovisual. “Son cámaras de fotos con un sensor de movimiento, que instalamos en el monte de la selva, funcionan con pilas, y tienen una tarjeta de memoria; la podemos configurar para que saque fotos, filme videos o las dos cosas”, comenta, y aclara que cuando pasa cualquier animal por adelante, una persona, o un vehículo, se activa y comienza a grabar.
“Después recuperamos las imágenes de los yaguaretés y los podemos diferenciar por las manchas, porque las de cada ejemplar son únicas en cada individuo. Son como las huellas digitales para nosotros, y por eso al comparar las fotos nos damos cuenta rápidamente si ya lo tenemos en la base de datos o es uno diferente”, asegura. No es una tarea sencilla que coincidan varios ejemplares en un territorio, porque una de sus características es la posibilidad de recorrer grandes distancias: tan solo en la etapa de dispersión juvenil pueden moverse más de 100 kilómetros.
Cabe recordar que el yaguareté es el felino de mayor tamaño en América y el tercero en el mundo, llegando a medir entre 150 y 170 centímetros de largo, sin contar los 80 centímetros que mide su cola aproximadamente, con un peso de entre 70 y 90 kilos, aunque algunos pueden llegar a pesar hasta 135 kilos. Comprometido con la causa, Lodeiro Ocampo remarca la importancia de la protección para la especie, la misma que en a principios del siglo XX habitaba hasta la Patagonia argentina. “Está categorizada legalmente como en peligro crítico de extinción, que es la máxima categoría de amenaza que puede tener una especia animal, y eso quiere decir que de no cambiar las condiciones de cacería, deforestación, y atropellamiento, entre otras, que lo pusieron en este contexto, se podría extinguir”, sentencia.
En cuanto a la crecida de los ríos Iguazú y Uruguay, por las intensas lluvias en la zona de las altas cuencas en territorio brasileño, que ocasionó en los últimos días desbordes de los cursos de agua, evacuaciones y el cierre del Parque Nacional Iguazú, el director ejecutivo de Red Yaguaraté lleva tranquilidad y asegura que no impacta negativamente a la población de yaguaretés: “Es un felino que le encanta el agua, se la pasan cruzando el río Iguazú, el Bermejo, el Uruguay, como si nada, van y vienen con crecida o sin crecida. Pueden cazar carpinchos, yacarés, pescan, y aman el agua”.
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