La peregrinación “Ni un pibe menos por la droga”, organizada por los curas villeros, recorrerá todo el país durante seis meses en una larga marcha que culminará en marzo de 2023. El miércoles llegó a la provincia de Santa Fe, donde se vivió una multitudinaria jornada de encuentro y esperanza.
Miles de personas participaron de esta fiesta popular, que tuvo lugar en la sede del Centro de Salud Deporte Solidario y donde se montó un escenario en plena calle para recibir a los concurrentes. Hubo música en vivo, entrega de distinciones y camisetas a los chicos de los clubes parroquiales y la palabra de quienes ante el padecimiento de las adicciones la luchan a diario y se ayudan entre ellos.
Los peregrinos, que venían desde Paraná, Entre Ríos, subieron la imagen de la Virgen de Luján al escenario y se dio ingreso a las banderas de ceremonia, empuñadas por veteranos de la guerra de Malvinas. La cantante Luciana Tourné entonó Aurora, a lo que siguió la interpretación del Himno Nacional y la marcha de San Lorenzo, a cargo de la banda del Liceo Militar Manuel Belgrano.
Antes de comenzar la misa, el Padre Pepe hizo un llamado para que cada uno actúe desde su lugar para terminar con el flagelo de la droga y pidió trabajar en conjunto para que en todos los barrios de la Argentina los chicos cuenten con “las Tres C: Club, Colegio y Capilla”.
En un momento de la homilía, que estuvo a cargo del monseñor Sergio Fenoy, le dieron la palabra al psicólogo Matías Dalla Fontana, fundador de Proyecto Deporte Solidario y uno de los organizadores del evento. “Tenemos nuevos enemigos, la droga, la división, el chisme, el celular… y a todo ello queremos decirle que con el testimonio de los Hogares de Cristo, del padre Pepe y la Virgen, tenemos dos armas que no vamos a dudar en usar: el amor y la solidaridad”, remarcó ante los presentes.
En diálogo con Infobae, este santafesino de 43 años, ex subsecretario de Prevención de la Sedronar y ex Puma, contó que “durante los tres días que duró la peregrinación se realizaron distintas actividades para que se haga visible la realidad de la religiosidad que se vincula con la lucha contra las drogas en las parroquias, clubes, cárceles y centros de adicciones; tanto del trabajo de los religiosos como de los grupos laicos y las organizaciones de la comunidad”
Dalla Fontana destacó que este evento “tuvo una significación especial que hace visible algo que se llama federalismo de las comunidades, que expresa un modo de ser variopinto y de vivir la religiosidad en toda la Argentina”. Y agregó: “Esto sirve para que la Virgen se encuentre con estas realidades que están muy presente en el interior”.
El ex rugbier, que volvió a ponerse la camiseta para impulsar ese deporte en las cárceles y así alejar los reclusos de las adicciones, contó que cuando los peregrinos arribaron a la provincia se alojaron en el antiguo seminario de la Virgen de Guadalupe para luego salir a recorrer distintos barrios de la ciudad capital.
“Organizamos charlas en escuelas, torneos de fútbol, nos encontramos con las mamás de los presos a los que nosotros acompañamos y les enseñamos rugby, y con mujeres que son víctimas de la trata de personas y la prostitución”, detalló al explicar que “son situaciones donde la droga siempre está presente, la fe es arrasada y las organizaciones como la nuestra son el camino para encontrar una salida”.
Sobre la iniciativa nacional, que fue concebida como una acción para sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática e involucrarla para tratar de resolverla, Dalla Fontana destacó: “La consigna de la 3C del Padre Pepe sintetiza esa integralidad de educación, salud y sentido objetivo de vida, que solucionan en la práctica lo que las élites no están pudiendo”.
Hoy, el Padre Pepe está al frente de los llamados Hogares de Cristo, una red que ya reúne a más de 150 centros barriales y, unida en la Federación Familia Grande Hogar de Cristo, se diseminó por todo el país.
La experiencia, que nació en la Villa 31 de Retiro, se fue replicando en otras localidades del interior. Esto se hizo siguiendo dos ejes, dijo el Padre Pepe: “Un abordaje territorial, dando respuesta en el lugar, no derivando a la persona sino trabajando en comunidad. Y el otro eje es la complejidad, entender que todos pueden aportar”.
Se crearon por inspiración del entonces cardenal Jorge Bergoglio, en sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires cuando, como acto fundacional, lavó los pies al primer grupo de jóvenes que iniciaba el duro camino de salir de las adicciones y de la calle.
“Hogares y papado son dos hechos muy ligados entre sí para nosotros”, dijo Di Paola y es por eso que se unirán también, en marzo próximo, ambas conmemoraciones, fecha en que se cumple el 15° aniversario de Hogares de Cristo.
“Cada año, los Hogares festejamos nuestro aniversario en marzo en Luján. La madre es en general la primera y la que más se preocupa cuando sus hijos son atrapados por las adicciones. Por eso queremos la presencia de la Madre, de la Virgen María para estos chicos”, explicó Di Paola, de la Pastoral Villera y párroco en el barrio La Cárcova, en José León Suárez.
La función de los hogares de Cristo, explicó la referente María Elena Acosta, es “recibir al que no tiene lugar, compartir la mesa, vivir en comunidad, caminar juntos, recibir al chico o chica que viene con una mochila muy pesada, y a su familia, y ayudarlo a ponerse de pie”.
“María nos visita y nos abraza” es otro lema de la peregrinación. Por eso, la réplica de la Virgen de Luján siempre está presente. La bandera con el lema de la peregrinación también. Allí se ven las fotos de algunos de los chicos que ya no están, esos que no se pudieron poner de pie. “La droga es una forma de esclavitud. En un país que se dice independiente, hay una esclavitud por la droga”, advirtió Di Paola.
El 18 de octubre la peregrinación llegará a Resistencia (Chaco) y el 21 estará en Corrientes. En la página web de los Hogares de Cristo se puede seguir el cronograma de la peregrinación.
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