A excepción del líder, Fernando Araujo, que no perdió el pelo, no tiene arrugas y parece más atlético (el jura que no hubo entretejido ni cirugías plásticas sino yoga y ejercicio), el resto es una sombra de lo que fueron hace 16 años y 9 meses y un día: están con kilos de más, más viejos, con vidas sedentarias y menos pelo.
Pero no se trata de saber la apariciencia actual de los ex siete ladrones de la banda que cometió el histórico robo del siglo al banco Río de Acassuso, ocurrido el 13 de enero de 2006, de donde huyeron con dos gomones con alrededor de 20 millones de dólares, hecho inmortalizado en un documental y en una película vista por más de tres millones de personas.
La reunión que no fue
Por segunda vez, a un productor millonario se le ocurrió reunir a los ex ladrones del siglo alrededor de una mesa, con asado y vino de por medio. La idea fue hacerlo en Uruguay, donde Luis Mario Vitette Sellanes, la voz y la cara cantante de la banda, está “exiliado”.
Imaginaban un programa especial. Complementario al documental, a la película, al libro y a la serie que estaría en preparación. Por primera vez, los delincuentes se reencontrarían para hablar del audaz asalto.
Iba a ver plata de por medio. Y no poca, pero ni siquiera puede estimarse, aunque jamás superaría a la que obtuvo cada uno en el golpe.
“Yo no tenía drama. No fui yo el que frenó la reunión, más allá mis diferencias con una de las personas”, dijo Vitette en relación a su conflicto con el ideólogo Fernando Araujo. Vitette dijo que Araujo se adjudicaba haber hecho todo: “Líder fue de la Torre, líder fue el Doc, líder fui yo. Y haber que ver por qué la repartija se hizo entre gallos y medianoche”, disparó.
Para el “ladrón invisible”, el séptimo de la banda, que nunca cayó ni dio el nombre ni la cara, hubiese participado con el rostro cubierto. “Pero antes de hablar del asalto, cada uno tiene que sacar los trapitos al sol en privado. A mi me deben joyas y parte del botín. ¿Eso no es para decir al aire, no? En privado, cara a cara”, dijo a Infobae.
El “Doc” o “Ladrón fantasma”, que nunca cayó, pensaba ir a cara “cubierta”, pero no quedó claro quién o quiénes boicotearon el encuentro. “A mi uno me dice Vitette, el otro Araujo. Ya lo hablaré con ellos”, dijo.
Julián Zalloechevarría, que no avaló la película ni fue convocado al documental, pensó en ir al encuentro. “Hay cosas poco claras. Usaron mi personaje en la película sin mi autorización. Sería bueno dar la cara y juntarnos y decirnos lo que tenemos para decirnos”, sostuvo.
De Bolster no se sabe nada. Y Araujo, en ese sentido, es un misterio.
Las internas de la banda
Para Rubén “Beto” de la Torre, “es muy feo que toda la banda esté distanciada. Es la primera vez que me pasa, y eso que estuve en cinco bandas”.
Este fue el segundo intento fallido por volver a unir a la banda. Hubo otro plan hace dos años.
Pensar que hubo un tiempo en que eran inseparables. Se reunían para debatir el plan hasta el detalle mínimo. Lo ejecutaron a la perfección, con armas de juguete, y la última vez que estuvieron todos juntos fue a la hora de repartir el millonario botín. Cada uno siguió su rumbo y por un tiempo acordaron no verse. Ni siquiera se reencontraron en el juicio oral, porque dos de ellos nunca fueron atrapados, y otro fue juzgado aparte.
Hoy pareciera más probable que vuelvan a reunirse los miembros de Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota que ellos.
Los asaltantes venían distanciados desde hace rato, entre celos, egos, sospechas, supuestas traiciones y rumores que corren entre ellos, boca en boca o a través de intermediarios.
Sólo dos integrantes de la banda participan en la película: el líder de la banda e ideólogo del golpe (llamado “Maestro” en el robo y ahora productor ejecutivo y guionista del film) y Luis Mario Vitette Sellanes, el negociador del grupo criminal que pudo engañar a los expertos en toma de rehenes. Sebastián García Bolster, “El Ingeniero”, y Rubén “Beto” de la Torre hacen cameos.
La idea fue volver a reunir a la banda en el proyecto cinematográfico. Ya sea para que cedan sus nombres o participen como extras. Incluso el experto del grupo Halcón que negocio con la banda asesoró en el guion y fue extra: Miguel Sileo.
Es decir: la película podría haber unido a los ladrones y a su adversario.
En la actualidad, lo único que parece unir a todos es que juran que están retirados del delito.
Cuando salió en libertad, el jefe de la banda tuvo la idea de escribir la película. Pensarla con la misma meticulosidad con la que planeó el robo. En su atelier escribió escenas con otros guionistas y fue clave en la producción, a la hora de sumar a dos productoras de peso en el cine internacional.
“En mi atelier no hago nada ilegal. Escribir escenas para la película y pintar cuadros, además de meditar y hacer yoga”, le había dicho el líder a Infobae hace unos meses.
La banda quedó con grietas. Vitette está peleado con Araujo y se amigó con De la Torre (nmo le perdonaba haberles presentado a la mujer, Alicia Di Tullio, que terminó por delatarlos) y Sebastián García Bolster, el “ingeniero” del golpe. Bolster no se lleva bien con De la Torre y Vitette nunca se llevó bien con Bolster. “Es un gil que cuando lo apretaron nos delató”, decía Vitette. “El uruguayo este es un agrandado, anda con joyas, se cree superior, pero yo prefiero estudiar y razonar antes que robar”, llegó a decir Bolster.
La idea, la primera fallido, de un productor audiovisual, cuya identidad se mantiene en reserva, era ofrecerle dinero a cada uno de la banda para que ocurra el reencuentro espero. Todos juntos, otra vez. Sin armas y sin rencores. Pero algo quedó en claro: quizá sea más fácil cometer un robo perfecto que mantener unida a la banda del siglo. ¿La tercera vez será la vencida?
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