Quién no tiene esa amiga a la que se recurre para pedirle el teléfono de algún pintor, plomero, carpintero, que haga un buen trabajo y cobre lo justo. Ana Markarian, vestuarista de cine, teatro, estilista de revistas y dueña de una tienda de ropa vintage, es esa persona con agenda cargada de buena data, que antes de la aparición de las redes sociales era consultada a menudo por todos sus conocidos.
“Siempre fui curiosa y tuve datos de todo tipo y mis amigos me llamaban para preguntarme desde donde mandar al hijo a la escuela hasta donde comprar tornillos”, detalla. Quería volcar esa información tan útil en papel, pero resultaba difícil por la actualización de los datos. Pero con la llegada de las redes sociales, dijo que fue natural y fácil.
Agenda Amiga nació hace 10 años de la mano de Ana Markarian y sus 70 amigos de Facebook. La página no tardó en “explotar”, tanto que al sumarse 200 personas por día, requería de otra mano para aprobar publicaciones, contestar y moderar. De manera que su amiga Mercedes Furst Zapiola, que también forma parte del mundo del cine le ofreció a Ana su colaboración. Son dos las administradoras de esta cuenta que ya supera los 36 mil miembros y a la que solo se accede con invitación de uno de ellos.
“La idea de Agenda Amiga es dar buenos datos, esos que le darías a una amiga, de servicios confiables y probados. Con el tiempo con la interacción la gente se fue convirtiendo en un lugar de preguntas de todo tipo, desde pedir recomendaciones de plomeros hasta alguien que necesita ayuda porque sufre violencia doméstica. Es un lugar solidario y amigable. Y la confianza se construyó sola pero porque yo soy una persona confiable. Las personas que me conocen saben … que cualquier dato que yo les pase es confiable”, asegura.
Por ser privado, solo los del grupo pueden verlo, pero pueden extender invitaciones a quien le parezca que pueda interesarle y aportar buenos datos. Así se presenta el grupo en la red social: “La idea de este grupo es realizar una agenda con datos de servicios y lo que queramos compartir que sea útil, de manera de armar una agenda con los datos que siempre podemos necesitar desde lugares para visitar, o un restó de un amigo a puertas cerradas ,un cerrajero 24hs,un gasista, un delivery de bebidas 24hs,una modista que nos cosa un ruedo en el acto, dónde comprar pollo orgánico, una florería cool, bolichones fuera de circuito, etcétera, etcétera, y todo lo que se nos vaya ocurriendo”.
En el grupo privado de Facebook existen reglas claras. Además de las buenas formas, la amabilidad y el respeto esperado, no se puede vender absolutamente nada. Tampoco pedir sugerencias de empleadas domésticas. “Simplemente porque es un rubro demasiado íntimo y creo que no se puede recomendar en una red a alguien que va a cuidar a tus hijos o vivir en tu casa”, explica.
Cuenta la vestuarista que para promocionar productos crearon Agenda Amiga Emprendimientos. Se trata de una página de Facebook y otra de Instagram dedicada a emprendedores. Dice que cobra un mínimo para pagar la publicidad en las redes. En cuanto a Agenda Amiga, destaca que es una sociedad sin fines de lucro, que las administradoras no ganan un peso y le dedican muchas horas al día.
Ya pasaron 10 años del primer posteo. “Nunca imaginé 10 años en algo así. Siempre me río porque tengo más de 30 años de vestuarista y la gente me conoce por Agenda Amiga. Me paran por la calle o en los locales”, expresa. Es que Ana tiene una destacada trayectoria en el mundo del cine, teatro y comerciales. En teatro diseñó el vestuario de Dos más dos, Sin filtro, Entonces la noche, Una relación pornográfica, Quién es el Señor Schmitt?, La chica del adiós, entre otras. En cine vistió a Las viudas de los Jueves, Kamchatka; Vidas Privadas. En televisión trabajó para Los Siete Locos; Nueve Lunas, entre otros títulos. Y lleva realizados más de 200 comerciales en cine publicitario, con directores argentinos y extranjeros.
Para dar con su locales de ropa vintage, se puede visitar la cuenta de Instagram @vintagelocasporlostrapos. Tiene ropa del “siglo XX y siglo XXI”. Nacional, importada, de películas. Desde 2004 vende indumentaria y accesorios con muy poco uso, algunas que todavía tienen etiqueta, sin usar. Y toda la selección de los percheros es propia, curada por Ana. Son dos las tiendas. Una en Tigre y otra en el Once. Atiende con cita y vende online, también.
“A mí me me llegan noticias de gente que solo recurre a Agenda Amiga para buscar todo tipo de servicio o de respuesta. Y que les resulta como un oráculo. Dicen que buscan todo tipo de cuestiones. Hay gente que considera el grupo imprescindible”, comparte.
Las interacciones entre los usuarios son permanentes. Siempre hay personas dispuestas a volver a recomendar, cuando la pregunta ya fue hecha. Los que están duchos con el grupo, buscan con la lupa en el costado izquierdo de la página las preguntas que ya se respondieron en otras consultas. La data probada, confiable siempre está disponible, en cualquier momento.
En todo este tiempo, sucedieron muchas cosas. La gente puede pedir un plomero, pero también cosas extrañas, graciosas, desopilantes. “Una noche una chica escribió que le había entrado un murciélago en la casa y si alguien podía ayudarla a sacarlo, y pedía un tip. Otra chica dijo que necesitaba un compañero para ir a una fiesta. Escribió si un actor se podía hacer pasar por el novio y estaba dispuesta a pagarle. Quería ir a una fiesta con alguien que no fuera un amigo. Que fuera alguien nuevo”, relata la creadora de Agenda Amiga. Ana recuerda otro pedido insólito con final exitoso: “El marido de una chica perdió su auto. Se había olvidado dónde lo había estacionado. Escribió a Agenda Amiga, dio una aproximación de dónde podría estar, pasó la chapa y ¡le encontraron el auto!”.
Los emoticones acompañan cada recomendación, sugerencia. A mucha gente le gusta, le encanta, le importa. Y es toda una rareza que alguien se enoje.
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