Prefectura cedió al Museo de Malvinas cordobés un histórico helicóptero que operó en la guerra de 1982

Participó de operativos de rescate de pilotos eyectados, traslado de tropa de infantería y vigilancia marítima costera. La emoción de uno de los tripulantes que se reencontró con la nave a 40 años del fin del conflicto en el Atlántico Sur

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Listo para el último viaje. El Puma fue acondicionado para trasladarlo por ruta a Oliva, en la provincia de Córdoba
Listo para el último viaje. El Puma fue acondicionado para trasladarlo por ruta a Oliva, en la provincia de Córdoba

Para el helicóptero Puma SA 330 L PA-13, comenzó su última misión. Su destino es la ciudad de Oliva, en Córdoba, donde funciona el Museo Nacional de Malvinas. Es una de las máquinas que participó de diversos operativos de rescate de pilotos eyectados, traslado de tropa de infantería, vigilancia marítima y costera y traslado de insumos y equipos mediante operaciones de carga externa durante la guerra de Malvinas.

En ese museo, compartirá un hangar -que deberá ampliarse- con un Augusta, un Canberra, un Pucará y hasta con el Dagger C415, que fue piloteado en la guerra por el primer teniente post mortem Carlos Castillo, oriundo de Oliva y único caído del II Escuadrón Aeromóvil Dagger “La Marinete”.

La cesión fue efectivizada ayer en el edificio de la Prefectura, arma para el que dicho helicóptero sirvió desde el 28 de octubre de 1980 hasta que fue dado de baja luego de su último vuelo el 28 de noviembre de 2012. Del acto participaron el prefecto general Mario Rubén Farinón, Prefecto Nacional Naval, y el doctor José Octavio Ibarra, intendente de Oliva. Farinón destacó “el esfuerzo para mantener viva nuestra memoria, precisamente cuando se cumplieron 40 años de la gesta”, mientras que Ibarra remarcó que “se exhibirá en el museo de Oliva, que refleja la historia de vida de los que allí combatieron”.

La plana mayor del museo de Malvinas: Dino Torti, vicepresidente; Flavio Giannone, tesorero; de saco gris Oscar Scorza, el transportista que donó el traslado. Detrás, sonriente, Fioni
La plana mayor del museo de Malvinas: Dino Torti, vicepresidente; Flavio Giannone, tesorero; de saco gris Oscar Scorza, el transportista que donó el traslado. Detrás, sonriente, Fioni

En primera fila sonreía complacido Gabriel Fioni, no solo el alma mater del museo sino uno de los impulsores de esta iniciativa. Fioni contó a Infobae que todo comenzó en 2006 cuando se propuso encargar una maqueta del “Río Iguazú”, embarcación de Prefectura que fue atacada el 22 de mayo en las cercanías de Darwin, transportando veinte soldados y dos obuses 105 mm. En el ataque hubo un muerto y dos heridos. Pero los costos para realizarla eran elevados y entonces surgió la propuesta de Osvaldo Aguirre, que en la guerra se desempeñó como primer oficial del Guardacostas Islas Malvinas, de recuperar el Puma que había sido raleado del servicio.

Técnicamente lo que se entrega es el fuselaje del rezago, esto es, el helicóptero completo pero sin el motor, que se conservará para fines didácticos. La máquina conserva parte de su instrumental.

Huellas de gloria. Las condecoraciones que exhibe el helicóptero
Huellas de gloria. Las condecoraciones que exhibe el helicóptero

Entre los asistentes se encontraba Pedro Mele, que con 23 años fue copiloto de estos helicópteros durante la guerra. Recordó que operaron tres para Prefectura,-Alfa 11, 12 y 13- cubriendo un triángulo que unía Malvinas, Río Grande y Río Gallegos. El voló en el 12 en misiones de búsqueda y rescate.

Los vuelos más arriesgados eran cuando se internaban en el mar unas cuarenta millas para esperar a los aviones que regresaban de sus misiones. Sabiendo que volaban con el combustible justo, estos helicópteros se mantenían alertas en el caso que tuvieran que ir al rescate de un piloto eyectado.

Viejos tiempos. Por 1981, la máquina cuando estaba en servicio y aún no se hablaba de guerra (Gentileza Jorge Figari)
Viejos tiempos. Por 1981, la máquina cuando estaba en servicio y aún no se hablaba de guerra (Gentileza Jorge Figari)

En Malvinas soportaron un duro bombardeo entre la noche del 8 a la madrugada del 9 de mayo en Moody Brook. Esquirlas de las bombas averiaron seriamente al helicóptero que tripulaban. De haber estado en condiciones de volar, hubieran sido los indicados para ir al rescate de los náufragos del buque pesquero Narwal. En su lugar fue un helicóptero de Ejército, tripulado por Juan Carlos Buschiazzo, Roberto Fiorito y Horacio Dimota. Remarcó que le prestaron las camillas y los implementos de rescate. El helicóptero fue derribado por un misil Sea Dart sobre la isla Bouganville cuando se disponían a enfilar hacia la zona donde estaba el pesquero. Todos los 9 de mayo Mele y sus compañeros cumplen el ritual de llamarse, evocando ese trágico día.

Estas máquinas hicieron sobrevuelos de Puerto Argentino hasta el Cabo San Felipe a fin de ubicar a buques británicos a través del barrido del radar.

Durante la guerra, formó parte de las escuadrillas de aeronaves de la Prefectura desplegadas, las que completaron 252 misiones y 458 horas de vuelo.

El Puma que encontró un nuevo hogar fue condecorado con la distinción “Operaciones en Malvinas”. En sus días de gloria, podía cubrir 680 millas náuticas, elevarse hasta a 5600 metros con una velocidad promedio de 230 millas. Luego de la guerra –nunca aterrizó en las islas- cumplió tareas en Comodoro Rivadavia, Mar del Plata y ciudad de Buenos Aires.

Se planea presentarlo en sociedad formalmente con un importante acto el próximo 2 de abril.

El prefecto general Mario Rubén Farinón y el doctor José Octavio Ibarra, intendente de Oliva luego de rubricar la cesión de la histórica máquina (Gentileza Prefectura Naval Argentina)
El prefecto general Mario Rubén Farinón y el doctor José Octavio Ibarra, intendente de Oliva luego de rubricar la cesión de la histórica máquina (Gentileza Prefectura Naval Argentina)

Fioni no está satisfecho. Puso en marcha una colecta contrarreloj para recaudar cuatro millones de pesos para evitar que se transforme en chatarra el Fokker F-28 5-T-20 “Islas Malvinas”, el segundo en aterrizar en las islas el 2 de abril de 1982 y el que llevó al continente el cuerpo del capitán Pedro Giacchino. Deben conseguir el dinero para desarmarlo, transportarlo a Oliva para luego rearmado.

También tiene en la mira un helicóptero Bell UH-1H de Ejército, que había quedado en Malvinas y que los ingleses se lo llevaron. Logró ubicarlo en Belice, donde vuela para una empresa.

El Puma va al lugar indicado. Es un hecho para destacar que el Museo de Oliva está contemplado en el artículo 9 de la carta orgánica municipal: “Declarar a la ciudad de Oliva y al denominado “Museo Nacional de Malvinas”, lugar de homenaje permanente a los héroes y refugio de los veteranos de guerra que participaron en el conflicto bélico de 1982. Reconocer el valor histórico y cultural de todos los elementos, monumentos y documentación que fueron afectados o directamente relacionados a la Guerra de Malvinas”.

En sus orígenes, el museo fue itinerante entre 1995 y 2002, luego ocupó la estación del ferrocarril y desde 2005 funciona en una réplica a escala uno a uno del Crucero General Belgrano. Desde el primer objeto con el que contó, las caponas de gala del aviador Gustavo García Cuerva, donadas por su viuda, logró atesorar una importante colección que ahora cuenta con la incorporación del Puma. Para continuar contando una historia que ya lleva cuarenta años.

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