Tenía apenas 8 años cuando se sentó por primera vez frente al tablero de ajedrez de su papá. A Luca Bona le gustan las matemáticas y ese primer contacto fue para él un camino sin retorno. Hoy, esta disciplina representa en él una pasión que además lo divierte aunque, como todo adolescente, también pasa su tiempo estudiando, con amigos y disfrutando series que nada tienen que ver con el juego.
“Comencé a jugar ajedrez en la biblioteca de mi pueblo cuando en la escuela nos dieron esa posibilidad. Íbamos con un amigo hasta que dejaron de dar las clases y seguí estudiando por mi propia cuenta, en casa, y aprendiendo las técnicas que enseñaban los libros”, le cuenta Luca a Infobae recién llegado de una larga jornada escolar.
La historia
Nació el 21 de abril de 2008 en Videla, la localidad cabecera de la comuna homónima en el departamento de San Justo y ubicada a 81 kilómetros de la capital santafesina. Allí casi no hay rejas, los chicos juegan en la vereda, andan en bicicleta y cuando se cansan las dejan ahí nomás o apoyada en algún frente, o al lado de una puerta de entrada abierta de par en par porque no hay temor a que pase nada mal. Los casi 2600 habitantes se conocen entre todos, hasta por su nombres. En ese ambiente crece la promesa del ajedrez en Argentina, que solo lamenta la falta de lugares para jugar en el tablero y no tener que entrenar siempre de manera virtual.
“Un día le saqué el polvo a mi viejo tablero y le dije a Luca: ‘¡Vení que te enseño a jugar!’, y le gustó. Pasaron los días y lo siguió jugando hasta llegar a convertirse en el jugador que es hoy”, recuerda los inicios muy orgulloso Marcelo, su papá.
Él y Lorena, la mamá, acompañan al joven a cada torneo y lo viven con un sabor especial y mucho nerviosismo. “Yo tengo muchas cábalas y si cuando él gana una partida yo estaba sentada en determinada silla, sigo ahí el resto de la competencia. ¡Ni loca me muevo!”, confía con gracia la mujer que a la vez se entierra en sus recuerdos: “A los tres meses de embarazo ya se movía y daba golpes, creo que era con la mano y no patadas”, bromea sobre el talento innato de su segundo hijo.
Cuando Luca decidió tomar al ajedrez como algo más que un pasatiempo, comenzó a tomar clases con el maestro Fide Daniel Pérez que le enseña de manera remota desde San Luis y lo entrena para los torneos provinciales, nacionales e internacionales.
El futuro contador cursa el segundo año de la escuela Comercial y las materias que mas disfruta son las exactas.
Las competencias
Hace no mucho tiempo que comenzó a competir. Fueron los meses de cuarentena los que ayudaron a que Luca se entrenara de manera virtual e iniciara partidas con chicos y grandes de todo el mundo. Durante el año pasado materializó su deseo de recolectar medallas: ganó el primer premio local, el TCF de San Justo, obtuvo el primer puesto en el Torneo IRT de Videla y se consagró campeón del infantil Sub 13. “Ese fue para mi el mejor torneo que tuve”, considera el también campeón infantil de la provincia, que también compitió en el IRT Circuito Minero, en Catamarca donde participaron alrededor de 200 jugadores (los mejores de cada categoría) del país, y también de España, Bolivia y Chile. Allí donde obtuvo el premio al Mejor Jugador de la región Litoral luego de disputar contra competido con rivales adultos.
En diciembre pasado participó en el Campeonato Argentino que se disputó en Buenos Aires y quedó en el puesto décimo primero. “Fue un torneo bastante fuerte al que llegaron jugadores de todo el país”, recuerda quien también disputó otros certámenes en julio y se prepara para los Evita de Mar del Plata, que se disputarán a fin de año y en diciembre, participará del Campeonato Sudamericano de Ajedrez, en Paraguay.
“Cada vez que él juega nosotros sufrimos mucho”, admite la madre y Luca reconoce: “No me doy cuenta de nada de lo que hacen ellos porque cuando juego estoy con la mente al ciento por ciento en la partida, no existe nada más que el tablero en el mundo en esos momentos”.
Cuando los torneos son largos pueden durar hasta tres días y uno corto, un día. Entre cada partida es poco el tiempo que los jugadores tienen. “A veces apenas se come algo, pero no se piensa en comer tampoco”, asegura el chico que con total madurez cuenta: “Entre una partida y otra no hay pensamientos, no me quedo pensando en la jugada anterior sino que inicio una nueva partida dejando de lado la que pasó y me enfoco ciento por ciento en la que sigue. Cuando termina la competencia recién reviso mis apuntes y cada jugada”.
A modo de entrenamiento, Luca juega partidas por internet y dedica entre dos y cuatro horas diarias, y una vez por semana toma clases con su maestro. ¿Cómo lo hace? Mirando con ojos agudos todos los videos de partidas que encuentra en la web y también leyendo libros en los que detallan jugadas. “No tengo un referente en esta disciplina, solo la estudio y leo, y también me divierto jugando”, asegura.
Gracias a sus propios méritos, la Cámara de Senadores de Santa Fe le otorgó en 2021 un diploma que reconoce porque “lidera el ranking argentino de ajedrez Sub 13 en la partida ritmos rápidos y participa del Campeonato Argentino”.
“Quedé primero en Argentina en la competencia de partidas rápidas y gracias al torneo de Videla sumé bastante puntos que me colocaron primero en la tabla de partidas rápidas”, detalla sobre aquellas jugadas que no llevan entre diez y quince minutos. “Este es el ritmo que más me gusta”, admite y con timidez reconocer que no hay nadie más en el país con su edad y marcas.
Es por esto que la Federación de Ajedrez lo considera “la gran promesa” que en abril de este año jugó el Torneo de Carlos Paz, segundo en importancia luego del nacional. “Ahí también llegan jugadores de todo el país”, explica el chico que crece en una familia de trabajadores y que aprendieron a amar el juego: Lorena es maestra de escuela y Marcelo hace changas. Ambos profundizan sus estudios de ajedrez para saber qué pasa mientras su hijo juega.
Luca sueña con ser campeón argentino y representar al país internacionalmente. “Para esto hay que estudiar y trabajar muy duro”, dice seguro. El 30 de noviembre junto con Lorena y Marcelo llegarán a Mar del Plata para disputar el Campeonato Sudamericano. Tendrá la posibilidad de ganar un certamen sudamericano y comenzar a hacer realidad sus sueños más alto de poner el ajedrez argentino en lo más alto.
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